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Es bien sabido que los niños que nacieron entre los 30s y 40s en México crecieron en un entorno de austeridad, cubriendo las necesidades básicas y sin mayores lujos, pero sus hijos y nietos, nacidos en los años 60s y 90s, vivieron un Día de Reyes diferente, esto ha logrado un fenómeno muy particular, evidenciado en redes sociales recientemente; que los Reyes Magos vuelvan, años después, a realizar acciones mágicas, trayendo regalos a aquellos niños, que ahora son abuelos, abuelas, madres y padres de familia, que sufrieron las consecuencias de un panorama económico poco favorable.
Para los niños de los 60s y 70s, las mejoras económicas en el periodo del “milagro mexicano” permitieron un acceso más amplio a regalos comprados en tiendas, como bicicletas, muñecas y trenes eléctricos, pero esto no ocurrió en todos los casos, por eso, a raíz de la celebración del Día de Reyes se ha podido observar en redes sociales como TikTok a las nuevas generaciones tomando cartas en el asunto, trayendo a su padres o abuelos, los juguetes que más deseaban en su infancia.
Esto ocurre por que en los años 90 y 2000, los nietos de esas generaciones vivieron un Día de Reyes transformado por la globalización y el auge del consumismo. Las grandes cadenas comerciales y el marketing masivo promovieron juguetes costosos, electrónicos y de marca. La figura de los Reyes Magos empezó a competir con Santa Claus, desplazando la atención hacia la Navidad en algunos hogares.
El Día de Reyes, una de las tradiciones más queridas en México, ha evolucionado a lo largo de las décadas, reflejando las circunstancias económicas y culturales de cada generación. De la austeridad de los años 30 y 40, pasando por la crisis de los 80, hasta la abundancia y mercantilización de la actualidad, esta celebración ha sido un espejo de las transformaciones del país.
1930s-1940s: La sencillez de los Reyes Magos
Para los niños que crecieron durante la Gran Depresión y la posguerra, el Día de Reyes se vivía con sencillez y pocas expectativas. En esa época, México enfrentaba los efectos de una economía deprimida: pobreza, desempleo y carencias eran el pan de cada día.
Los regalos, cuando los había, eran modestos y hechos en casa: muñecas de trapo, juguetes de madera o incluso frutas y dulces representaban la ilusión de los Reyes Magos. Muchas familias, especialmente en zonas rurales, apenas podían permitirse un detalle simbólico. Sin embargo, el arraigo cultural y religioso de esta festividad mantenía viva la magia de la tradición, aunque fuera sin lujos.
En paralelo, la rosca de Reyes, aunque básica, era un elemento infaltable, compartido en comunidad como símbolo de unión familiar.
1980s: Los Reyes en tiempos de crisis
Décadas después, los hijos de esa generación enfrentaron su propia realidad difícil. En los 80, la crisis de deuda externa sacudió la economía mexicana. El peso se devaluó, la inflación disparó los precios y millones de familias luchaban por cubrir lo esencial.
En este contexto, el Día de Reyes pasó a ser más simbólico que material. Las familias optaban por juguetes económicos, como pelotas de plástico o pequeños carritos, o, en algunos casos, no podían dar regalos en absoluto. La figura de los Reyes Magos seguía viva, pero la ilusión quedaba limitada por la economía.
La rosca de Reyes, aunque más pequeña o modesta, continuaba siendo un momento de esperanza y tradición para reunir a las familias, incluso en medio de la precariedad.
Las generaciones más jóvenes están conscientes de estas carencias vividas por su padres y abuelos, mismas que influyeron en que ellos estuvieran rodeados, algunos hasta la actualidad, de regalos, ropa, dulces en este día. Con este contexto, en un emotivo gesto de amor y nostalgia, cada vez más personas están eligiendo regalar a sus padres y abuelos aquellos juguetes que siempre desearon en su infancia pero que nunca pudieron tener debido a las limitaciones económicas de la época.
La tendencia también ha impulsado el mercado de juguetes retro. Empresas dedicadas a la reproducción de artículos clásicos y coleccionables han visto un auge en la demanda. Plataformas en línea también han jugado un papel clave en esta tendencia. Sitios de subastas y marketplaces se han llenado de búsquedas de modelos específicos que datan de los años 50, 60 y 70, permitiendo a las familias encontrar piezas originales o fieles recreaciones.
En 2025, al menos en la Ciudad de México, las festividades del Día de Reyes Magos generarán una derrama económica estimada en 5 mil 519 millones de pesos (mdp), informó la Secretaría de Desarrollo Económico (SEDECO). Las actividades relacionadas con esta tradición incluyen la compra de juguetes, artículos electrónicos, ropa, dulces y la tradicional rosca de Reyes.
Regalar un juguete no es solo un gesto material. Psicólogos como Laura Herrera señalan que este tipo de obsequios tienen un fuerte impacto emocional, es por esto que los obsequios, en su mayoría, vienen acompañados de una carta, donde los Reyes Magos se disculpan por los contratiempos y recuerdan a esos niños, que ahora son adultos, lo buenos que han sido al esperar por tantos años que la magia ocurra.
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