Tiempo de lectura aprox: 2 minutos, 12 segundos
El miércoles 8 de enero de 2025 Claudia Sheinbaum cumplirá cien días como presidenta de México y, al mismo tiempo, marca el final de una regla no escrita en la política y el periodismo mexicanos: “conceder el beneficio de la duda” a quien encabeza el gobierno federal.
Recuerdo que en 2012 Enrique Peña Nieto apenas tenía quince días como titular del Poder Ejecutivo Federal y en la radio -como es mi costumbre- critiqué varios de los primeros actos y erratas verbales del mandatario. Con datos, con audios, con sátira y con humor político tundí un par de buenos argumentos en su contra. El entonces director de la estación me dijo: “¡Coño, no seas cabrón! Por lo menos dale 100 días antes de pasarle la aplanadora encima”. No lo hice, pero me quedó claro que esa regla no escrita existe en los hechos.
Cien días. Un poco más de tres meses. ¿Suficiente? No lo sé, pero así lo marca el estilo político y las necesidades de los grandes medios nacionales. Estarán a la orden del día los “cortes de caja”, las mesas de análisis, las columnas de opinión y las encuestas para evaluar esta -al fin y al cabo- efeméride. En plena cuesta de enero no se escatima. Así suele hacerse. Como también suele hacerse en la arena política: eventos rimbombantes, mucho verdeblanocyrojo, codazos y piquetes de ombligo con la crema y nata de la administración pública, la intelectualidad orgánica del momento, los liderazgos sociales y -por supuesto- con el pueblo bueno como invitado de honor.
La presidenta Sheinbaum ya anunció que mantendrá el estilo obradorista de autofestejarse, autoexhortarse a rendir cuentas (es un decir) y a presumir los otros datos alcanzados durante el primer trecho de su gobierno. I-gua-li-to que su predecesor, líder moral y creador del partido-movimiento que hoy tiene casi todo el poder. Por ello, hará lo propio el próximo domingo 12 en la plaza pública, obvio, en el Zócalo de la Ciudad de México.
A cien días de iniciado su gobierno, Claudia Sheinbaum tiene niveles de popularidad que están por las nubes. Entre 65 y 70% de “las y los encuestados” aprueban su gestión. Y aunque no necesita encender el apoyo y el capital político que le dejó el abrasador triunfo del 2 de junio en las urnas, pareciera que sí le urge mantener a sus fieles prestos para defender su causa. Sobre todo, para que la apoyen a ella personalmente ante las primeras grandes fisuras en Morena que aún no se resuelven ni se resanan.
Además, a los pleitos, malas caras y golpes bajos entre Adanes y Monreales, deben sumarse los dos grandes retos que tendrá el claudismo en el arranque de 2025. Uno, la llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos; y, dos, la rampante violencia del narco y el crimen organizado en buena parte del territorio mexicano.
En cien días pueden pasar muchas cosas. Buenas y malas. Por ejemplo, desde que Sheinbaum arrasó en las elecciones presidenciales del 2 de junio de 2024, pasaron exactamente 99 días para que se recrudeciera la guerra interna en el Cártel de Sinaloa -tras el secuestro/capturar/traición de Ismael ‘El Mayo’ Zambada. Hoy, ese estado y en particular Culiacán están a su merced, con un gobernador inoperante y con un registro de casi 600 muertos, 43% más violencia que durante todo el año 2023.
Y aquí estamos. Hablando de la primera centena de jornadas laborales 24/7 de Claudia Sheinbaum al frente del gobierno de este país. Apenas el arranque. Le digo, festejar los primeros cien días es casi un ritual. Y se entiende. Pese a todo, son días todavía de novedad, del ‘beneficio de la duda’ y de letargo después de las vacaciones de fin de año. Se pueden dar ese lujo.
¿Por qué?
Porque aún le quedan por delante otros dos mil 90 días de gobierno.
También te puede interesar: Netflix pagará más de $5,000 millones a WWE por derechos de transmisión de “Raw” y otros eventos en vivo