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La moneda norteamericana toca números sin precedentes para la economía de Brasil. El clima social se tensiona al máximo y el mercado cambiario vive sus peores días. La moneda local se desplomó más de un 22% en lo que va del año…
A fines del último mes de marzo, un dólar equivalía a 4,80 reales brasileños. Sin embargo, el momento del dólar provocó un salto importante en su precio y casi dos semanas después, un dólar equivale a 6.28 reales brasileños. La realidad es que la tensión cambiaria y financiera de Brasil se tensionó en estas horas como hacía mucho tiempo no sucedía. Los constantes saltos del precio del real contra el dólar instalaron el tema en la escena central de la economía brasileña y temen que pueda tocar cifras históricas en el corto plazo.
“¿Por qué todos los países están obligados a hacer su comercio amarrados al dólar? ¿Quién decidió que el dólar sería la moneda (global)? Hoy un país necesita correr detrás del dólar cuando podría exportar en su moneda propia. ¿Por qué un banco como el de los BRICS no puede tener una moneda que pueda financiar la relación comercial entre Brasil y China, entre Brasil y otros países de los BRICS?”, marcó Lula, a mitad del 2023, sobre el condicionamiento del mercado cambiario con el precio constante del dólar americano.
Como si fuera un visionario, Lula sabía internamente lo que estaba por venirse. El 2024 fue devastador para el real brasileño porque se devaluó como nunca antes en su historia y la economía brasileña se arrastra.
Desde el Gobierno de Lula apuntan a factores externos como tensión geopolítica que se vive en el mundo. A pesar de que se intenta buscar motivos para justificar esta situación, la realidad es que parte de la tensión del mercado cambiario está siendo vinculada al anuncio del cambio del objetivo fiscal para 2025. En un principio, Lula se comprometió a lograr un superávit cercano al 0,6 por ciento del PBI, algo que no será posible y por ende, las proyecciones hicieron que el mandatario brasileño debiera revisar el objetivo, cediendo en lo fiscal y cambiando las cifras.
Hace unas semanas, en un profundo análisis presentado por un informe de GMA Capital que toma las estimaciones del Bank for International Settlements (BIS) se indicó que el real brasileño fue la moneda que más se debilitó en el mundo en el 2024, perdiendo un 13 por ciento, mientras que la segunda peor moneda fue el peso mexicano, con un 11.5 por ciento.
Por su parte, el Ministro de Finanzas, Fernando Haddad, expresó: “Estamos haciendo nuestra parte: enviando (al Congreso) las medidas, trabajando para asegurarnos de que no se diluyan y convenciendo a la gente de que estas medidas son necesarias para reforzar el marco fiscal. En los últimos días, el oficialismo envío un proyecto de ley fiscal destinado a poner las finanzas del gobierno sobre una base más sostenible y es lo que se está debatiendo, aunque los inversores y las empresas, dudan que sea aprobado.
El banco central de Brasil subió las tasas al 12,25 por ciento la semana pasada y las proyecciones que se hacen para 2025 son devastadoras ya que señalan un dólar superando los 7 reales y una inflación que puede llegar a los dos dígitos.