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Trump amenaza con incrementar aranceles a todos los países, aunque para el sector automotriz mexicano estos se ampliarían a 100% o 200%; el grueso del valor de las exportaciones del País a la potencia, que significa el 30% de su PIB, están ligados a esta industria
Citibanamex augura que los riesgos para México del resultado electoral de las elecciones estadounidenses del próximo martes son amplios y adversos.
Las propuestas que enarbolan tanto el expresidente Donald Trump, del Partido Republicano, como la vicepresidenta Kamala Harris, del Partido Demócrata, son proteccionistas y fiscalmente expansivas.
Las políticas fiscales de ambos contendientes, sobre todo las de Trump, apunta Citibanamex en un documento, aumentarán el déficit fiscal y la deuda pública de EU, lo que podría llevar a un incremento de la inflación y de las tasas de interés con impactos además para el apetito de riesgo por invertir en mercados emergentes, donde clasifica México, el principal socio comercial de la potencia desde diciembre pasado y hacia donde el País envía la mayor parte de sus exportaciones.
Trump amenaza con subir aranceles a todas las naciones, en un rango de 10% o 20%, aunque para la industria automotriz de México, estos alcanzarían de 100% a 200%, de acuerdo con su promesa de campaña. Los aranceles para China, el principal adversario comercial para Trump, pasarían del 20% al 60%.
Citibanamex indica que si el expresidente sólo aplicara los aranceles para el gigante de Asia, el beneficio para las exportaciones mexicanas hacia EUA sería claro.
En sentido adverso para México, el escenario de una imposición de un arancel de entre 10% a 20% a todas las importaciones que recibe la primera economía mundial “implicaría un fuerte golpe a las exportaciones mexicanas porque más del 80% de las exportaciones del país va a EUA”
Sin embargo, el efecto devastador para México sería si Trump cumple su promesa de campaña de aplicar aranceles de 100% o 200% para el sector automotriz nacional, donde también más del 80% de estas exportaciones va hacia EU y donde las mismas “representan un tercio del total de las exportaciones del país”.
Estas políticas, sobre todo la de aranceles generalizados, llevarían a represalias equivalentes de todos los países que exportan a EU, lo que provocaría riesgos significativos de una desaceleración de la economía global, además de un incremento inflacionario en la potencia, con riesgos de recesión para esa economía.
T-MEC 2026
La revisión prevista del tratado comercial suscrito por EU, México y Canadá que sustituyó al TLCAN a partir del 2020 “será difícil”, auguran los analistas de la entidad bancaria Arely Medina y Sergio Kurczyn.
La renegociación del T-MEC dentro de dos años será complicada especialmente con Trump en la presidencia, mientras Harris fue una de los 10 senadores que votaron en contra de la firma del acuerdo, quien además se había declarado opuesta al Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica previamente.
El argumentario de Harris indicaba que no se defendían suficientemente los derechos de los trabajadores de los países socios y, sobre todo, que no enfrentaban los problemas relativos al medio ambiente y al cambio climático. Eso da indicios de los temas con los que podría llegar a presionar a México en la revisión del 2026.
Por su parte Trump, quien tendría que ser más amistoso con el TMEC por haber sido su artífice, ahora afirma que, si pudiera escoger, elegiría no tener un tratado.
Es probable que el expresidente, anotan Medina y Kurczyn, quiera endurecer las reglas de origen para aumentar el contenido de Norteamérica y, en particular, prohibir las exportaciones de empresas chinas -particularmente de autos- desde México.
“Con cualquiera de los dos candidatos, hay varios temas mexicanos que seguirán enrareciendo el ambiente: las leyes energéticas (que subordinan a las empresas privadas -extranjeras y mexicana- a las empresas públicas mexicanas); la prohibición de maíz transgénico; la reforma judicial; y la probable eliminación de las comisiones de competencia y telecomunicaciones como organismos autónomos respecto del Ejecutivo”.
Precedentes
En 2017 el Congreso estadounidense autorizó al expresidente Trump realizar un fuerte ajuste de los impuestos a las empresas y las familias estadounidenses, estableciendo que tales reducciones se revertirían en 2026.
En sus promesas de campaña, Trump añade a la renovación total del mencionado programa del 2017 algunas reducciones nuevas en impuestos, entre las que destaca rebajar el gravamen para empresas del 21% al 15%.
La Oficina Presupuestal del Congreso (CBO por sus siglas en inglés) tiene el escenario central de que, si no se renovase nada del acuerdo del 2017, la deuda aumentaría en 32 puntos porcentuales (pp) del PIB.
El Comité por un Presupuesto Federal Responsable estima que el programa fiscal de Harris implicaría 8 pp adicionales a los 32 pp sobre el PIB señalados, mientras que el propuesto por Trump sería de 17 pp adicionales.
“Dado que actualmente el PIB de EUA crece de acuerdo con su potencial (aquel que permite un crecimiento no inflacionario), el programa de Trump es más inflacionario, es decir que implicaría tasas más altas, entre otras razones porque, a mayor deuda, hay más riesgos crediticios.
“Esto repercutiría sobre otros países, incluido México, al presionar al alza su tasa de interés, y podría disminuir el apetito de riesgo por invertir en mercados emergentes”, reafirmaron los analistas.
Indicaron, no obstante, que hay fuertes diferencias en la composición de las políticas entre Harris y Trump, lo que implica diferentes impactos para México.
Dicen que si bien los programas de Harris y Trump tienen similitudes, sus diferencias son significativas en las implicaciones que tendrían para el País y tomando en cuenta que es poco probable que quieran o puedan cumplir todas sus promesas electorales.