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Enrique Hernández Alcázar
Una semana, un alcalde decapitado y otros 566 homicidios después, el gobierno de Claudia Sheinbaum presentó su Estrategia Nacional de Seguridad. La mañana del martes 8 de octubre, la presidenta de México y su secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Omar García Harfuch, presentaron el plan que consiste en cuatro ejes fundamentales para combatir la inseguridad, la ola de violencia y al crimen organizado de este país.
La tendencia en esa primera semana del mandato del llamado ‘segundo piso de la transformación’ fue similar a la que heredó del sexenio de López Obrador: 80 homicidios por día. Quizá por eso la Doctora Sheinbaum sostuvo con claridad que no habrá cambios ni mejoras inmediatas, ni recetas mágicas, aunque en su narrativa mañanera se esmeró en sostener -al menos cuatro veces- que su estrategia “va a funcionar”.
Lo que sí dijo claramente la presidenta es que “no va a regresar la guerra contra el narco de Calderón” ni las “ejecuciones extrajudiciales, que era lo que ocurría”. Lo que es un hecho es que al mando de esta nueva etapa de la coordinación para la seguridad en México está un excolaborador (para algunos un pupilo) de Genaro García Luna y los suyos.
Tras el fracaso de Sheinbaum para imponer a Harfuch como su sucesor en el Gobierno de la Ciudad de México, la opción fue el senado y, después, su licencia para ocupar la cartera nacional de Seguridad. La desconfianza de AMLO en la biografía del funcionario estrella de Sheinbaum, se manifestó en los grupos morenistas que boicotearon la candidatura de García Harfuch en CDMX pese a que arrasó en las encuestas internas de Morena. Usaron el factor de la paridad de género para ‘bajarlo’ de ser jefe de Gobierno.
Más allá de la relación y conexión biográfica que mucho ha sacudido al actual Secretario de Seguridad Ciudadana, la Estrategia Nacional de Seguridad que presentó Omar García Harfuch hace casi una semana en Palacio Nacional, tiene el sello de su trayectoria y experiencia al frente de la policía de la Ciudad de México. Pero, también, denota coincidencias con lo presentado por sus antiguos jefes.
Los cuatro ejes presentados por Harfuch son: Atención a las Causas, Consolidación de la Guardia Nacional, Fortalecimiento de Inteligencia e Investigación y Coordinación absoluta en el Gabinete de Seguridad y con las Entidades Federativas. Básicamente lo que debería de contener un plan de acción para afrontar la inseguridad, la violencia y al hampa.
Por eso resulta natural, creo yo, que el documento de 10 páginas presentado por Harfuch la semana pasada incluya varias de las propuestas contenidas en el libro de 194 páginas “Seguridad con Bienestar”, firmado por Genaro García Luna y que fue publicado en abril de 2018.
Por ejemplo, en la estrategia de Harfuch se incluye la atención a los delitos de alto impacto, para lo que recurrirá al “análisis integral del fenómeno: redes criminales, sus estructuras jerárquicas, logística, operativa y protección institucional; análisis de incidencia; presencia interinstitucional en zonas de mayor incidencia; programa de atención a extorsión y cobro de piso; despliegue de Unidades Especiales en municipios Prioritarios e Identificación de liderazgos criminales”.
Mientras que en el libro del hoy defenestrado García Luna, se incluyen “líneas de acción bajo siete ejes estratégicos en materia de seguridad pública”, entre los que destacan la conformación de un “esquema operativo de combate a delitos de mayor impacto social: secuestro, extorsión, cobro de piso y homicidio”.
Otro ejemplo. En la estrategia de la actual Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana se pone énfasis en la atención a las causas: “disminuir las violencias contra niñas, niños, adolescentes y jóvenes que viven en lugares de bajo desarrollo económico, social y alto índice delictivo”, en donde Sheinbaum también propuso la “reconstrucción del tejido social y la construcción y generación de la paz”.
En el libro de García Luna se establece como objetivo el “diseño de programas sociales articulados con la estrategia de seguridad para atender las causas de la violencia, con la participación de las áreas de prevención, educación, salud, desarrollo social, economía y trabajo”.
Fraseos distintos, objetivos similares. Quiero suponer que la diferencia estará en la forma en la que se apliquen, en la honestidad con la que se ejerza la tarea y en la disciplina y lealtad con la que actúen altos, medianos y bajos mandos de la administración pública.
No olvidemos que Genaro García Luna fue secretario de Seguridad Pública de Felipe Calderón y que publicó este libro en abril de 2018. Seis años después de dejar el servicio público. Luego, en noviembre de ese mismo 2018, saltaron las acusaciones en su contra durante el juicio contra Joaquín Guzmán Loera. Y un año después, el 10 de diciembre de 2019 fue detenido en Dallas, Texas por por cargos en su contra -presentados en Nueva York- de conspiración para tráfico de drogas y de realizar declaraciones falsas.
Esta semana, por cierto, el exjefe de Harfuch recibirá la sentencia del juez Brian Cogan en la Corte de Brooklyn por las cinco acusaciones de narcotráfico en su contra de las que fue declarado culpable por un jurado ciudadano.
Si quieren comparar más de estos contenidos, les dejo las ligas de ambas publicaciones.
Estrategia Nacional de Seguridad presentada por Omar García Harfuch (solo existe el boletín de prensa):
Libro “Seguridad con Bienestar” publicado por Genaro García Luna:
Nota: Los espacios de opinión son responsabilidad del articulista
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