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Con cifras originales, el resultado de la producción industrial comparó mal frente al consenso del mercado, que veía un progreso de 0.4% en agosto a tasa anual, desde el resultado positivo de julio, cuando presentó un repunte de 2.2%.
México perdió el ritmo en la producción industrial generada en agosto, lo que abarca la construcción, las industrias manufactureras, la minería y los servicios públicos. Pese a que el resultado mensual o frente a julio significó una caída mayor, de 0.5%, lo que más llamó la atención en su medición anual y mensual fue el revés en la construcción, uno de sus motores desde junio de 2023.
Al difundir la información el viernes, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) mostró que el retroceso del Indicador Mensual de la Actividad Industrial (IMAI) con cifras desestacionalizadas, de 0.5%, fue resultado de una caída en tan solo un mes en la construcción, de 3.7%. En contraste, las industrias manufactureras y la minería avanzaron en 0.3% y 0.1%, respectivamente.
Los servicios públicos, representados por la generación, transmisión, distribución y comercialización de energía eléctrica, suministro de agua y de gas natural por ductos al consumidor final, a su vez, subieron frente a julio en 1.4%.
En su medición anual o contra agosto de hace un año, la actividad industrial cayó 0.3% en términos reales y con cifras desestacionalizadas, niveles no registrados desde febrero del 2021. Por sector de actividades económicas, la construcción exhibió una contracción de 4.1%, seguida de la minería, de 1.3%.
En sentido contrario, las industrias manufactureras crecieron a tasa anual en 0.7% mientras que los servicios públicos lo hicieron a un paso mayor, de 2%.
Tomando en cuenta cifras originales, expresadas sin el efecto calendario, las que incorporan los analistas en sus proyecciones y presentadas por el INEGI en su tasa anual, el retroceso fue mayor, de 0.9%. Por actividades económicas, el descalabro más fuerte correspondió de nueva cuenta a la construcción, de 4.5%, y donde la construcción de obras de ingeniería civil desplomó 20.8%.
Los otros componentes de la construcción bajo esta presentación indicaron que los trabajos especializados para la construcción se ajustaron en 4.6%. El único componente con un número favorable fue la edificación, la cual observó un alza de 4%.
La actividad de las industrias manufactureras con cifras originales y a tasa anual creció en apenas 0.1%; sus ganancias más connotadas tuvieron que ver con la fabricación de productos derivados del petróleo y del carbón, de 11.7%, seguidas por otras industrias manufactureras, de 9%. Sin embargo, el desplome más fuerte fue para la actividad de surtido y acabado de cuero y piel, y fabricación de productos de cuero, piel y materiales sucedáneos, de 17.6%, secundadas por las industrias metálicas básicas, de 11.5%.
“Con los datos de hoy, consideramos que la actividad industrial incrementa las señales de debilidad, ante el sorprendente descenso en el componente de la construcción y la marcada atonía en las manufacturas”, resaltó en una nota Janneth Quiroz, directora de análisis en Grupo Financiero Monex.
Con cifras originales, el resultado de la producción industrial comparó mal con la expectativa del mercado, que veía un progreso de 0.4% en agosto, desde el resultado positivo de julio, de 2.2%.
Nubarrones en el frente
El economista en jefe del banco Bx+, Alejandro Saldaña, anticipó que un entorno de menor actividad en la inversión limitará la construcción en momentos en que las tasas de interés todavía son elevadas. También impactarían una menor inversión pública ante la conclusión de obras de ingeniería del anterior sexenio y por el cambio de Administración a partir del 1 de octubre, que generalmente significa organizar nuevas prioridades y presupuestos.
Saldaña agregó además que la inversión privada puede verse obstaculizada por un creciente entorno de incertidumbre, tanto en lo interno y factores externos, como la elección presidencial de Estados Unidos.
“Creemos que la industria seguirá creciendo el resto de 2024, aunque de manera más marginal. Si es así, clasificaríamos el resultado como positivo, dado el desafiante contexto doméstico y externo.
“En el 2025 es probable que algunos motores dentro de la construcción y la minería se traduzcan en una mejoría, aunque todavía con cierta incertidumbre para las manufacturas”, destacó a su vez en una posición de más largo plazo, Juan Carlos Alderete, director ejecutivo de análisis en Grupo Financiero Banorte.
Quiroz, de Monex, señaló que, hacia adelante, continuarán como un “factor clave” los anuncios relevantes de la nueva Administración para dar continuidad a proyectos emblemáticos. Esto, aseveró, podría proporcionar elementos que impulsen el componente de la construcción.
Saldaña estimó que las exportaciones, dentro de las industrias manufactureras, difícilmente repuntarán dado a que indicadores oportunos del Sector Industrial de EU, específicamente el ISM manufacturero, se mantienen en terreno contractivo.