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El candidato presidencial en Estados Unidos tiene al país vecino en la mira. Luego de varias advertencias, hizo oficial su primera medida contra México, en caso de ser presidente electo…
A lo largo de estos meses, Donald Trump ha sido muy duro con México por distintos factores. El candidato republicano entiende que el país limítrofe es un problema en muchos aspectos: desde las empresas que buscan irse de Estados Unidos para instalarse en México hasta el narcotráfico. Sin embargo, la mayor preocupación de Trump es la frontera. Para el ex presidente, Joe Biden y Kamala Harris han hecho un completo desastre con la seguridad migratoria y la sociedad estadounidense está pagando ello.
En ese contexto, Trump estuvo presente en un acto electoral en Wisconsin y en medio de la euforia por su discurso, dio su primera medida en caso de ganar las elecciones, el próximo 5 de noviembre: “Mi primera orden va a ser cerrar la frontera. Vamos a frenar la invasión, vamos a acabar con la criminalidad de los inmigrantes”.
En esa misma línea, Trump instaló otro debate que es la situación de un estado muy particular: Nuevo México. Las encuestas informan que Kamala Harris tendría una ventaja de tres puntos en esa parte del país y Trump envío un contundente mensaje: “Voy a ayudar a Nuevo México. La gente de Nuevo México quiere hacerlo, pero parece que no puede hacerlo porque los políticos demócratas no lo hacen. Vamos a ganar en Nuevo México gracias a esa postura”.
“Hoy la frontera es un desastre. Sacaron todas las políticas que funcionaban, estaba bajo control y esas caravanas estaban frenando. Ahora están dando a los inmigrantes ilegales más de lo que dan a nuestros veteranos de guerra, más de lo que dan a los ciudadanos estadounidenses”, sentenció Trump.
Por su parte, Kamala Harris visitó la frontera hace unos días en la zona de Arizona, donde las encuestas la dan como perdedora por 4 puntos y tomó su postura sobre este tema: “Nosotros teníamos un proyecto de ley pero Trump lo tiró abajo. Fue el proyecto de ley de seguridad fronteriza más fuerte que hemos visto en décadas. Trump levantó el teléfono, llamó a algunos amigos en el Congreso y les pidió detener el proyecto de ley. Prefiere hacer campaña con un problema en lugar de resolverlo. Y el pueblo estadounidense merece un presidente que se preocupe más por la seguridad fronteriza que por jugar juegos políticos y su futuro político personal”.
Lo cierto es que Trump ha encontrado en México y en la frontera, un rival y un factor de polarización política en medio de la campaña presidencial. Muchos ciudadanos estadounidenses piensan como Trump y algunos que no pensaban como él, fueron convencidos por la magnitud de los hechos. El próximo 5 de noviembre se verá si la profunda discusión de la frontera, funciona o no…