Sheinbaum ofrece continuidad, pero con nuevo y pragmático liderazgo: Citibanamex

Nuevo y pragmático liderazgo con Claudia Sheinbaum
Nuevo y pragmático liderazgo con Claudia Sheinbaum

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Uno de los bancos más importantes del Sistema dijo el miércoles que a pesar del “marcado sentido de continuidad” que ha tenido el proceso de transición entre el expresidente Amlo y la presidenta Claudia Sheinbaum, el perfil de la nueva titular del Poder Ejecutivo es “más moderno y formado” que el de su predecesor

El Grupo Financiero Citibanamex aseguró hoy que la presidenta Claudia Sheinbaum despega con oferta de continuidad pero que, desde ahora, se perfila como un liderazgo distinto que, si bien será menos carismático, será más pragmático y dispuesto a aceptar cifras para medir la realidad.

Sheinbaum, dijo el banco, pronunció en sus discursos como eje central la idea de continuidad y avance del proyecto de la Cuarta Transformación.

Citibanamex resaltó el miércoles que, al asumir la presidencia de México, Claudia Sheinbaum destacó por el mensaje de moderación dirigido a los inversionistas, cuando en el Congreso de la Unión y con la presencia de los otros dos poderes republicanos se definió como demócrata.

En ese recinto, la presidenta aseguró que su Gobierno será respetuoso de la división de poderes; del Estado de derecho y de los derechos humanos. También que respetará elementos centrales de estabilidad, como la autonomía del Banco de México (Banxico) y la seguridad jurídica de la inversión privada.

Pero también retomó la narrativa nacionalista y antineoliberal de AMLO.

“El discurso en el Congreso”, sin embargo, “fue cuidadosamente preparado para tocar casi todos los temas en los que era crítico que enviara un mensaje de moderación”.

Citibanamex no dejó al margen que, en ese foro, Sheinbaum se apropió de las mismas enemistades simbólicas del expresidente Andrés Manuel López Obrador.

Pese a ello, consideró como posible que la primera presidenta de México en la historia de la República considere este tono como estratégico, al ser tanto jefa de Estado como de Gobierno. Pero no por eso, llamó la atención “la fuerza y el protagonismo que decidió darles”.

El mensaje para la base morenista, esto es, del partido en el poder, Movimiento de Regeneración Nacional, Morena, conservó símbolos y promesas. Su evento en el zócalo de la capital del País tuvo un carácter más simbólico.

Pese a la evidente participación de contingentes morenistas, apuntó uno de los bancos más importantes del Sistema de banca múltiple comercial, el evento en esa plaza pública fue menos masivo “y menos socialmente encendido que los de Amlo”.

Para Citibanamex, Sheinbaum “Se ha esforzado por mantener la defensa emotiva de su legitimidad a partir de la narrativa de justicia y moralidad que AMLO construyó, pero ella parece dispuesta a admitir cifras para medir la realidad”.

El discurso conciliador de la presidenta fue positivo también para el tipo de cambio.

En su modalidad spot o al mayoreo, el peso mexicano cerró la sesión del miércoles con ganancias de 1.01%, cercano a los 19.42 pesos por dólar, alcanzando mínimos en los 19.3397. Además, fue la divisa más apreciada frente al dólar en la canasta amplia de los principales cruces del mercado internacional de cambios.

Hace seis años, los dos discursos de AMLO fueron muy contrastantes: el primero fue normativo y moderado; el segundo, ideológico y lleno de promesas populares. Los de Sheinbaum fueron un tanto similares.

Ambos, dijeron los analistas de Citibanamex, tuvieron dos elementos centrales de carácter político: el elogio de AMLO, que parece constituir una de las principales estrategias de Sheinbaum para fortalecer su conexión con la población y la colocación de su gobierno en el imaginario público como un avance histórico de las mujeres mexicanas, lo cual eventualmente podría darle una salida de afirmación propia de autoridad, ajena a AMLO.

En sus mensajes, Citibanamex destacó el tono de moderación dirigido a los
inversionistas, a la vez que retomó la narrativa nacionalista de AMLO.

El discurso en el Congreso fue cuidadosamente preparado para tocar casi todos los
temas en los que era crítico que enviara un mensaje de moderación.

Se definió como demócrata y aseguró que su gobierno será respetuoso de la división de
poderes, el Estado de derecho y los derechos humanos, que respetará elementos centrales de estabilidad como la autonomía del banco central y la seguridad jurídica de la inversión privada.

Aunque no se refirió a la importancia del andamiaje institucional del país, ni a la necesidad de reconstruir puentes de comunicación y acuerdo con la oposición y con los grupos económicos y sociales del país que no votaron por Morena.

Sheinbaum, indicó la analista de Citibanamex Nydia Iglesias, mantuvo ciertas expresiones de antagonismo para quienes han sido críticos de decisiones de AMLO o expresado preocupación por las últimas reformas constitucionales.

Hacia afuera, ofreció comunicación y colaboración con otros gobiernos soberanos, no concesiones. Sheinbaum se apropió la misma narrativa nacionalista y anti neoliberal, las mismas enemistades simbólicas y el mismo posicionamiento polarizador que caracteriza a
AMLO.

Aún es posible que ella considere estratégico sostener estos mensajes en tanto afirma su autoridad como jefa de Estado y de gobierno, pero llama la atención la fuerza y el protagonismo que decidió darles.El mensaje para la base morenista conservó símbolos y promesa. Su evento en el zócalo tuvo un carácter más simbólico.

Después de dejarse ungir por mujeres y ritos indígenas, se concretó a leer 100 compromisos de muy diversa índole y peso, algunos abstractos que refuerzan la idea de continuidad con el obradorismo (primero los pobres, todo con el Pueblo, prohibido prohibir, soberanía y no subordinación, austeridad republicana, mañaneras, no regresará el neoliberalismo, etc.), otros meramente enunciativos aunque sin hoja de ruta (como que su gobierno será democrático y respetará la diversidad política, no habrá influyentismo, ni corrupción, cuidar el medioambiente, la biodiversidad y los recursos naturales, garantizar disminución de delitos de alto impacto), algunos de política pública (respetar autonomía de Banxico, mantener equilibrio razonable entre deuda y PIB, continuar los aumentos al salario mínimo hasta alcanzar 2.5 canastas básicas, impulsar la relocalización de empresas en México con innovación, protección al medio ambiente y contenido nacional, no aumentar el precio real de gasolina, electricidad y gas, así como construir trenes de pasajeros de la CDMX hacia el norte, continuar todos los programas sociales del obradorismo, habrá nuevos programas propios de Sheinbaum especialmente dirigidos a mujeres y niños, etc.), y otros de carácter puntual (construir ampliaciones a ciertas carreteras específicas, proyectos público-privados para consolidar y ampliar algunos puertos, comprar aviones nuevos para la aerolínea Mexicana, construir más cablebuses en la CDMX, construir un centro de saneamiento de aguas y reciclado de basura en Tula, entre otros).

Pese a la evidente participación de contingentes morenistas, para Citibanamex, el evento en el zócalo fue menos masivo y menos socialmente encendido que los de AMLO. Así, Sheinbaum perfila un liderazgo distinto. La jornada de toma de posesión de Sheinbaum transcurrió sin sobresaltos, la oposición participó institucional y pacíficamente del protocolo, en contraste con la forma en que AMLO se condujo hace 12 y, particularmente, hace 18 años.

Pese al marcado sentido de continuidad que ha tenido este proceso de transición entre AMLO y Sheinbaum, sí se advierte que ella es un perfil más moderno y formado que el de su predecesor. Su estilo es menos carismático, más pragmático.

Se ha esforzado por mantener la defensa emotiva de su legitimidad a partir de la narrativa de justicia y moralidad que AMLO construyó, pero ella parece dispuesta a admitir cifras para medir la realidad.

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