Toros Neza: ¿Por qué, a 22 años de su partida, sigue vigente?

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Toros Neza, fenómeno único en el futbol mexicano, puso al municipio de Nezahualcóyotl en el ojo nacional, pero también hizo evidente sus carencias.

Desde hace 22 años, un fantasma recorre el Municipio de Nezahualcóyotl.

Ese fantasma viste uniforme rojo con un toro blanco al frente y lleva por nombre Toros Neza.

Y sigue presente no solo por su irreverencia; por saltar a la cancha un día con los cabellos pintados de naranja, otro día con sombreros tejanos y otro con máscaras.

Tampoco por el gran desempeño en la cancha de la mano de Antonio “Turco” Mohamed —el histórico referente—, Pablo Larios, Germán Arangio, Miguel “Piojo” Herrera, Rodrigo “Pony” Ruiz y un campeón del mundo como Bebeto.

Plantel, cabe recordar, que el 1 de junio de 1997 incluso disputó la final de la liga mexicana contra las Chivas… y sí, los de Neza se llevaron un 6 a 1 en contra.

Menos aún por escenificar una épica batalla campal contra la selección de Jamaica, en un partido que (se suponía) era amistoso.

Fue porque equipo y afición lograron una simbiosis.

Es como si, por su irreverencia y folclor, el equipo fuera la personificación del barrio de Neza y su población.

“Por sus narrativas y su espectacularidad, yo creo que sí se trata de un fenómeno único en el futbol mexicano”, explica a Fortuna Balam Martínez, candidato a Doctor por la UNAM y cuya tesis doctoral trata sobre Toros Neza.

A juicio del investigador, Toros Neza solo podría compararse con los Pumas que lograron el bicampeonato en el 2004, el equipo de la década del noventa que fue Necaxa o los Tigres de los últimos diez años.

“Pero ni siquiera ellos han tenido esta narrativa y esta compenetración”, asegura Balam Martínez.

MÁS ALLÁ DE LA CANCHA

Muchos de esos jugadores, terminando los partidos, solían convivir con los aficionados, afuera del Estadio Neza 86.

“Antonio Mohamed, por ejemplo, puso una tienda de deportes en una plaza cercana al estadio. Hay relatos donde los jugadores se sientan a tomar cerveza en la banqueta”, relata el investigador.

“Si Mohamed se rapaba, los niños se rapaban”, continúa. “Si Mohamed se pintaba el pelo, los aficionados de Toros Neza se pintaban el pelo”

“Los jugadores iban al Penal de Neza Bordo, que también se creó en este momento, para jugar con los reos. Todas estas acciones crearon un vínculo muy estrecho entre la afición y el equipo”, añade.

En síntesis: “no solo los aficionados se veían representados en el equipo, sino que el equipo adquiría ciertas características que, en el imaginario, parecían estar en Neza”.

EL VERDADERO EQUIPO CHILANGO

A juicio del investigador, hay tres factores que explican el fenómeno Toros Neza y que el equipo siga siendo el preferido de la población del municipio, 22 años después de su desaparición.

Y esos factores son un fuerte empuje mediático, el desempeño futbolístico y el apoyo de Ciudad Nezahualcóyotl.

“En Ciudad Nezahualcóyotl está este caldo de cultivo, de más de 1 millón de personas, que están buscando una identidad. Toros Neza es un catalizador como lo pueden ser el rap, el rock urbano, los sonideros”, considera el experto.

Sin embargo, así como Toros Neza puso a Nezahualcóyotl en el mapa nacional —así fuera por el futbol— también hizo evidentes la desigualdad y las carencias.

“Una de las importancias que tuvo Toros Neza fue que dio un anclaje positivo a Ciudad Nezahualcóyotl y más si lo comparamos con este escenario donde hay delincuencia, donde hay un estigma de insalubridad, de sobrepoblación” asegura.

“Eso no significa —advierte también— que las carencias estructurales se han terminado. Y eso es lo que hay que tener muy en cuenta”.

EL FINAL…

El empresario Juan Antonio Hernández compró al equipo Ecatepec —de segunda división— en 1991 como una forma de hacerle publicidad a su verdadero negocio: Grupo Autofin, uno de los principales vendedores de vehículos de México.

Con el tiempo, el equipo cambió a Toros UTN y a Toros Neza. Entonces, el empresario se aprovechó de su cercanía con gobernadores mexiquenses como Ignacio Pichardo Pagaza y César Camacho Quiroz.

“Sportwash”, le llaman los expertos; aprovechan el deporte para generar un entorno positivo para los políticos.

Sin embargo, luego de perder aquella final de 1997 el equipo fue perdiendo motivación, los referentes migraron a otros clubes y Toros Neza perdió la categoría en el 2000.

Todavía en el 2002 disputó una final de ascenso la cual perdió.

Fue lo último relevante que hizo antes de ser vendido al empresario regiomontano Roberto de la Garza —quien lo mudó a Nuevo León ya como Gavilanes— y desaparecer en el año 2002… hace ya 22 años.