Columna | IQ Financiero | ¿Quién deshila a la industria textil mexicana?

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Los industriales textiles y de la confección del país se observan preocupados ante lo que consideran un esquema de competencia desventajosa e irregular. Con el _boom_ del comercio digital comenzaban a respirar, les resultó difícil recuperarse de la entrada masiva de grandes corporaciones que desarrollaron cadenas de tiendas, bodegas, infraestructura y servicios a costos altamente competitivos, sin embargo, el mismo mercado en línea parece comenzar a deshilarlos.

La Cámara Nacional de la Industria Textil (Canaintex), que preside el industrial *Rafael Zaga Saba*, sus apellidos dicen todo, estimó en días recientes que, al cierre de 2024, las plataformas chinas de e-comerce como Shein, Temu y AliExpress habrán ingresado al país alrededor de 300 millones de paquetes con un valor unitario menor a 50 dólares, por lo que están exentos del pago de aranceles e IVA.

El número de paquetes de 2024 será el doble de los ingresados en 2023, 120 millones, y cinco veces más que los de 2022 cuando totalizaron 60 millones de paquetes. La Canaintex considera que los paquetes ingresados tienen un valor mayor al declarado, porque las plataformas chinas buscan aprovechar que la ley mexicana exime del pago de aranceles a las compras en línea de menos de 50 dólares.

Cuando los consumidores compran más que eso, estas ofrecen o un precio menor al límite de 50 dólares o envían los productos en varios paquetes para evitar sobrepasar ese límite, lo que al país le cuesta entre 40,000 millones y 70,000 millones de pesos en aranceles e IVA no pagados al SAT.

Además de que estos productos no pagan impuestos tampoco están sujetos a las mismas regulaciones de quienes fabrican en México, por lo que los consumidores podrían recibir productos con características distintas a las especificadas en su etiqueta.

Los que más afectados se ven por estas prácticas son las micros, pequeñas y medianas empresas (MiPyMEs) que son, al final de la cadena los que realmente compiten contra las “importaciones” chinas vía el _e-commerce_. Ellos comercializan sus productos en diversos puntos minoristas, como almacenes, tiendas especializadas o de autoservicio, así como en los _marketplace_ como Liverpool, Coopel, Walmart, Amazon o Mercado Libre, en las que encuentran valores que les debían permitir enfrentar a los tigueres asiáticos, como los servicios de logística –almacenes y sistemas de distribución y entraga– y medios de pago a costos bajos que por sí solos nos podrían obtener.

Esta situación ha reducido en 16.8% el valor agregado de la cadena de suministro de textiles y prendas de vestir en el país, en cinco años, y se estima una pérdida de 80,000 empleos, respecto al millón 200,000 mil puestos que se tenían.

 

 

 

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