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Prácticamente, solo faltaba que Toyota recortara sus metas de producción y ventas de autos eléctricos… lo que ocurrió este viernes.
Un mundo con menos contaminación, y en el que solo circulen autos eléctricos por las calles, tendrá que esperar por más tiempo.
Esto, porque una menor demanda por parte de los consumidores y el paso de las automotrices chinas —con menores precios— prácticamente provocaron una caída en la producción mundial de autos eléctricos en el presente año.
La alemana Mercedes Benz tenía el proyecto de vender exclusivamente vehículos eléctricos para el 2030. Sin embargo, en febrero del presente año abandonó la idea y proyectó que estas unidades serían, como máximo, el 50% de sus ingresos para ese año.
La automotriz alemana pretendía que, en 2023, más del 20% de sus ventas ya fueran de unidles eléctricas. Sin embargo, el porcentaje fue de solo el 12%.
En junio, General Motors redujo de 300,000 a 250,000 su estimación de ventas de autos eléctricos para 2024, confiando en las ventas de sus unidades de gasolina.
De paso, la compañía anunció una recompra de acciones por $6,000 millones de dólares.
A penas en julio pasado, Porsche anunció también una menor producción de su modelo Taycan —un vehículo 100% eléctrico— según reportaron medios alemanes.
De hecho, la prensa informó que la planta de Zuffenhausen, en la que se fabrica el Taycan, trabajaría a un solo turno debido a una menor demanda de la originalmente anticipada.
Según medios alemanes, en el primer semestre de 2024 la venta de autos eléctricos en ese país registró una caída de 16.4%.
También en julio pasado, Stellantis anunció que reforzaría su apuesta por autos híbridos, cuyas ventas en el mercado europeo habían registrado un avance de 41% en el primes semestre de 2024.
Incluso, para satisfacer la demanda en ese mercado, ampliaría a 36 las versiones hibridas de sus diferentes modelos, como una alternativa a vehículos de combustible y eléctricos.
El pasado mes de agosto, Ford también anunció una reestructuración en cuanto a sus vehículos eléctricos, que incluyeron sacar de circulación dos modelos cuyas ventas marchaban más lento de lo esperado.
Esta decisión, según lo expresado por la emblemática automotriz estadounidense, incluso le representaría un costo de $1,500 millones de dólares.
Esta misma semana, Volvo anunció también que abandonaba su plan de vender solamente autos eléctricos para el 2030, debido a la baja demanda por parte de los consumidores.
La compañía sueca detalló que, ahora, espera que para ese año entre el 90% y el 100% de sus ventas correspondan a lo que denominó “vehículos electrificados” que incluye a los eléctricos y los híbridos.
En su comunicado, Volvo advirtió que espera que, para mediados de la actual década, entre 50 y 60% de su producción corresponda a esos vehículos electrificados y que se convertiría en un fabricante de autos eléctricos en el momento en que “las condiciones sean adecuadas”.
Y para cerrar el cuadro, este viernes a japonesa Toyota también anunció que reduciría sus planes de producción de autos eléctricos.
Su meta es producir 1 millón de unidades en los próximos dos años, 500,000 menos de su meta original.