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En el mundo del transporte, las bicicletas toman un lugar importante en la sociedad desde finales del siglo XIX, ya sea para un uso cotidiano o para su uso laboral, como también en disciplinas deportivas de alto rendimiento o incluso recorridos de larga distancia de lo cual nos centraremos en el día de hoy.
Para esta última práctica es donde el diseño no debe ser tomado como un apartado meramente estético, sino que además debe tener un rol importante para la comodidad del usuario al momento de desplazarse en ella por kilómetros, y también su funcionalidad, que combinados con excelentes materiales puedan permitir un gran rendimiento de la misma por varios años.
Pese a que en sus inicios las bicicletas eran de un material poco convencional a los ojos de hoy, como por ejemplo sus ruedas de madera, poco seguras y fácilmente dañables, como así la incomodidad que traía pedalear sobre el eje de la rueda delantera.
Con el pasar de los años y tras varias pruebas e innovaciones los materiales se fueron ajustando en pos de un mejor funcionamiento de la misma, permitiendo así un avance en el diseño de este medio de transporte. Un ejemplo son las bicicletas Centurfit las cuales cuentan con distintos modelos con las características anteriormente mencionadas.
La evolución en el diseño
Entre las diferentes innovaciones que fueron surgiendo tras décadas de investigación podemos destacar ya sea el diseño geométrico de cuadro que inventó John Kemp Stanley, el cual se mantiene hasta la actualidad, o los neumáticos con cámara, suspensión, formas y ajustes de manillar, sillín, cierres rápidos, desviador trasero y cambios de leva, capacidad de carga e incluso sistema de plegado.
Puntualizando en mayor detalle en cada uno de estos apartados, la geometría del cuadro ocupa un lugar importante ya que de él depende una mayor comodidad y eficiencia así como el estilo de conducción. Los materiales de los cuales se compone el cuadro pueden ser tanto acero, aluminio e incluso carbono, el cual permite un equilibrio perfecto entre lo aerodinámico, la ligereza y la rigidez que se espera de una bicicleta de larga distancia.
Otro aspecto clave en el diseño es la suspensión ya que ayuda a absorber impactos y vibraciones en superficies diversas, pavimento, tierra o incluso piedras, permitiendo una conducción estable y por lo tanto reduciendo el daño o desgaste físico en el cuerpo del ciclista, evitando posibles lesiones u otros contratiempos. Una de las más destacables es la suspensión delantera ya que absorbe impactos frontales y provee estabilidad ideal para grandes recorridos.
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Manillar y sillín
La forma y el ajuste del manillar influyen en la capacidad del ciclista para el control de la bicicleta, especialmente en terrenos difíciles ya sea montaña o campo, o incluso durante cambios bruscos de dirección. Un manillar bien diseñado ayuda a distribuir el peso del ciclista de manera uniforme y pareja, reduciendo la fatiga en las manos y los brazos. La capacidad de ajustar la altura y el ángulo del manillar permite personalizar la posición para un mayor control y comodidad.
El sillín tiene un rol igual de importante que los apartados anteriores, ya que debe ser adecuado para el tipo de ciclismo y el cuerpo del ciclista. Un diseño óptimo previene puntos de presión y adormecimiento, además de considerar la forma y el acolchado del mismo los cuales afectan la postura.
Para soportar largas horas de uso y evitar desgastes se deberá tener en cuenta los tipo de materiales de fabricación del sillín, para una mejor adopción en la anatomía del ciclista ofreciendo equilibrio entre confort y soporte.
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Sistema de frenos y transmisión
Pero no solo en la comodidad y eficiencia se basa el diseño de las bicicletas de larga distancia, otro punto importante es la transmisión y frenos de la misma. Los sistemas modernos incluyen grupos completos de transmisión que integran cambios de marchas, frenos y, a veces, la transmisión en una sola unidad.
En cuanto a frenos podemos encontrar dos tipos: Hidráulicos y mecánicos, estos últimos son más fáciles de ajustar y mantener, ofreciendo un excelente rendimiento en diversas condiciones. Marcas como Centurfit, Shimano y SRAM ofrecen en sus diferentes modelos esta tecnología que permite una mayor modulabilidad y menor mantenimiento.
Los cassettes de transmisión con un rango amplio ( 11-34 dientes) permiten una mayor variedad de relaciones de cambio, facilitando la adaptación a diferentes terrenos y pendientes. Los platos compactos (34-50 dientes) son comunes en bicicletas de larga distancia para facilitar el manejo en subidas largas y mantener la cadencia en terreno llano.
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Neumáticos, soporte de carga y transporte
Los neumáticos son otro aspecto a tener en cuenta a la hora de evaluar un buen diseño, los hay para todo terreno con una banda de rodadura más agresiva. Esto quiere decir que son ideales para superficies accidentadas, mientras que los neumáticos con una banda de rodadura más lisa son mejores para carreteras pavimentadas. Los neumáticos más anchos ofrecen mejor comodidad y tracción en terrenos variados. También permiten una presión más baja, lo que ayuda a absorber mejor los impactos.
Al estar pensada para recorrer largas distancias, estas bicicletas prestan principal atención en la capacidad de carga, permitiendo en algunos modelos hasta cargas de 120 kg los cuales no afectan a la estructura y mucho menos al manejo de la misma. Estos niveles de carga permiten al ciclista poder llevar todos los elementos necesarios para que el recorrido sea más ameno.
Otro factor importante la comodidad en el diseño de los sistemas de plegado, el cual tiene muchos beneficios en cuanto a su practicidad a la hora de transportarla, ya sea bus, tren o automóvil propio, como también su almacenamiento compacto, lo cual permite una mejor adaptabilidad para todo tipo de entorno, volviéndola así una opción más que óptima.
Al poder plegar la bicicleta, es más fácil llevarla contigo en lugares donde la seguridad es una preocupación. Esto reduce el riesgo de robo, ya que puedes tener la bicicleta cerca en lugar de dejarla atada en un lugar público. Todo lo anterior reduce además el desgaste de la misma, prolongando así su duración de uso.
Impacto ambiental y conclusión
No hay que olvidar que el ciclismo ofrece una serie de beneficios significativos para el medio ambiente al ser una alternativa ecológica al transporte motorizado. Al utilizar una bicicleta en lugar de un automóvil, se reducen las emisiones de gases contaminantes como el dióxido de carbono, contribuyendo a la disminución del cambio climático y mejorando la calidad del aire. Al no requerir combustibles fósiles, el ciclismo disminuye la dependencia de recursos no renovables, minimizando el impacto ambiental asociado con su extracción y procesamiento. También ayuda a reducir la congestión vehicular, lo que a su vez disminuye la contaminación acústica y promueve un entorno urbano más saludable.
En conclusión el diseño en el mundo de las bicicletas de larga distancia cumple un rol más que importante a la hora de aportar distintas funciones en el desempeño y estructura de la bicicleta como así en el equilibrio entre la comodidad y la eficiencia del ciclista al momento de utilizarla. Pese a que el avance en cuanto a las tecnologías de ciclismo se refieren continúan en constante desarrollo.