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Gracias a la disciplina fiscal del Gobierno Federal, las amortizaciones de deuda no comprometen el ejercicio del presupuesto y no representan un riesgo para las finanzas públicas. En este sentido, gracias a todas las acciones implementadas por esta administración, el próximo gobierno contará con el andamiaje necesario para refinanciar la deuda.
De acuerdo con fuentes de la SHCP, el Gobierno de México ha llevado a cabo un programa histórico de refinanciamiento que ha ampliado el acceso a mercados como el mercado Formosa y los mercados de deuda sostenible, facilitando la refinanciación total de la deuda en los próximos años.
El Instituto Mexicano para la Competitividad liberó hoy un reporte en el que indica que durante los próximos cinco años el próximo gobierno deberá pagar 7.6 billones de pesos.
Al comentar esta afirmación, las fuentes consultadas dijeron que la política de refinanciamientos ha sido clave para dejar a la próxima administración con margen de maniobra en las finanzas públicas. Las operaciones de refinanciamiento por 15 mil millones de dólares permitirán que el próximo gobierno no tenga que hacer pagos de deuda externa en el primer año, ya que están cubiertos.
Disciplina fiscal garantizada
La administración que continuará tras el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador heredará una disciplina fiscal robusta, que ha financiado la transformación del país de manera responsable y sostenible, indicaron las fuentes consultadas por Revista Fortuna.
Aún más, indicaron que la gestión diversificada de la deuda, con acceso a mercados nacionales, norteamericanos, europeos, japoneses y taiwaneses, ha resultado en mejores condiciones de financiamiento y una deuda mantenida en una senda sostenible.
La confianza de los inversionistas y calificadoras, precisaron, se ha reflejado en un portafolio diversificado, incluyendo más de 925 mil millones de pesos en bonos verdes y sociales emitidos desde 2020. Este respaldo se ha traducido en niveles de endeudamiento por debajo del 50% del PIB durante el sexenio, lo cual es inferior al promedio de diversos países latinoamericanos y muy por debajo de los niveles de la OCDE y el G-20.
A pesar de la pandemia de Covid-19, agregaron, la deuda ha aumentado solo 4.9 puntos porcentuales del PIB, uno de los incrementos más pequeños a nivel internacional. La deuda pública se ha mantenido estable y se proyecta cerrar la administración en un nivel alrededor del 48.6% del PIB, gracias a una política clara de mantener anclado el endeudamiento.
Finalmente, apuntaron que también se ha logrado una reducción significativa de la deuda externa del 23.3% al 15.7% del portafolio total, promoviendo una mayor soberanía económica, y se ha reducido el volumen de la deuda externa por primera vez en 20 años. El gobierno actual es el que menos deuda ha contratado con organismos internacionales en los últimos 20 años, y la deuda de los estados y municipios se mantiene en niveles bajos (2.3 puntos del PIB) en el comparativo internacional.
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