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Lo anterior tendrá un impacto sobre una serie de importaciones chinas hacia la primera economía mundial, incluidos vehículos eléctricos y sus baterías, chips informáticos y productos médicos.
La oficina del Representante de Comercio de Estados Unidos (USTR, por sus siglas en inglés) dijo el martes que algunos de los fuertes aumentos de aranceles de Estados Unidos sobre una serie de importaciones chinas, incluidos los vehículos eléctricos y sus baterías, chips informáticos y productos médicos se retrasarán al menos dos semanas.
En mayo, el USTR dijo que los aranceles entrarían en vigor el 1 de agosto, pero la oficina dijo el martes que todavía está revisando 1.100 comentarios recibidos y ahora espera emitir una determinación final en algún momento de agosto.
La oficina añadió que los nuevos aranceles entrarán en vigor aproximadamente dos semanas después de que se haga pública la determinación final.
Comunicado:
Agencias de información internacionales también destacaron ayudas en el ramo militar del orden de 500 millones de dólares (mdd) hacia Filipinas anunciadas el martes por los secretarios de Estado estadounidense, Antony Blinken, y de Defensa, Lloyd Austin, desde Manila.
El objetivo es “modernizar” su Ejército y defender la soberanía filipina ante las disputas territoriales con China.
EFE dijo que la ayuda va dirigida “a aumentar la cooperación en seguridad” y a tomar “nuevos pasos en la modernización de las fuerzas armadas filipinas”, subrayó Austin durante una rueda de prensa en la capital del país asiático acompañado por Blinken y sus homólogos de Defensa y Exteriores filipinos, Gilberto Teodoro Jr. y Enrique Manalo, respectivamente.
“El objetivo es apoyar la modernización de las fuerzas armadas filipinas y sus avances para defender su soberanía”, puntualizó el jefe del Pentágono, sin aludir directamente a China, que se disputa territorios con Filipinas, remarcando que se trata de un paquete de ayuda “sin precedentes”.
“Ambos (países) compartimos la preocupación por algunas acciones de China en el mar de China Meridional”, indicó por su parte Blinken, mientras en los últimos meses barcos filipinos y chinos han protagonizado incidentes en zonas disputadas de esas aguas.
Uno de los más graves tuvo lugar el pasado mes cerca del atolón Second Thomas, reclamado por Manila y Pekín, por el que el Ejército filipino acusó a guardacostas chinos de abordar su barco, herir gravemente a uno de sus marineros y “saquear” sus armas cuando trataba de entregar aprovisionamiento a un estamento militar allí estacionado.
Además de esta disputa ambos países alegan la soberanía del arrecife Scarborough y varias islas del archipiélago Spratly, en el mar de China Meridional.
EU y Filipinas mantienen un tratado de mutua defensa desde 1951, que Washington ha insistido en que incluye los ataques que sucedan en el mar de China Meridional, también contra guardacostas filipinos. Pekín a su vez alega razones históricas para reclamar casi la totalidad del mar de China Meridional, rico en recursos y clave para el comercio mundial.