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El acuerdo, considerado histórico, también es un reflejo del compromiso que puedan asumir las empresas de tecnología más grandes del mundo para “hacerlas rendir cuentas por violar la ley y los derechos de privacidad” de los habitantes de Texas, según un comunicado de la Oficina Fiscal estatal.
El gigante Meta acordó pagar 1,400 millones de dólares (mdd) al estado de Texas, en Estados Unidos, a fin de resolver una demanda presentada por la fiscalía estatal sobre el uso no autorizado de datos biométricos de los usuarios de la red social Facebook, de acuerdo con información de la agencia EFE publicada el martes.
El fiscal general, Ken Paxton, calificó la conciliación como “histórica” y un reflejo de su “compromiso por enfrente a las empresas de tecnología más grandes del mundo y hacerlas rendir cuentas por violar la ley y los derechos de privacidad” de los habitantes de Texas, según un comunicado emitido el lunes.
Una ley de protección de datos, aprobada por la legislatura estatal en 2009, obliga a las empresas a informar y obtener el consentimiento de las personas antes de colectar información biométrica.
El pago de esta conciliación, que Texas califica como el “mayor acuerdo” obtenido por un estado en Estados Unidos frente a una empresa tecnológica, se distribuirá en un periodo de 5 años, indicó la oficina del fiscal.
En una demanda presentada en 2022, Texas acusó a Meta, la empresa matriz de Facebook, de recoger y almacenar los datos biométricos de millones de personas sin su consentimiento, “en violación” de las leyes estatales.
Las autoridades tejanas alegaron entonces que a través de la función de “sugerencias de etiquetas” en las fotos publicadas por los usuarios en Facebook, la empresa recolectó información y la utilizó para avanzar en sus intereses comerciales.
Meta, que tiene su sede California y es dueña también de la red social Instagram y la plataforma de mensajería Whatsapp, ha sido criticada en años recientes por sus prácticas de privacidad y la falta de transparencia sobre los algoritmos que utiliza.
En noviembre del año pasado, un grupo de más de 30 estados de Estados Unidos presentó una demanda acusando a la compañía de diseñar de manera consciente sus redes sociales para volverlas adictivas a grupos de menores de edad.