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La cumbre realizada en Asunción (Paraguay), destapa una serie de diferencias sustanciales en lo que respecta a los acuerdos comerciales. Intereses en el medio, roces dialécticos, opiniones divididas y una tensión que deberá bajar para lograr acuerdos…
Era sabido que las opiniones divididas y los distintos puntos de vista estaban presentes, pero la cumbre del Mercosur realizada en Paraguay dejó pequeños focos de conflictos a resolver. El mapa demuestra que Argentina está más cerca de los objetivos de Uruguay y que Brasil comparten la misma postura que Paraguay.
“Estamos en un mundo convulsionado. Aun así se han alcanzado a nivel mundial unos 300 acuerdos comerciales. Creemos firmemente que la mejor forma de enfrentar los desafíos globales es promover las ideas de libertad. Para la Argentina se acabaron las ambigüedades. No tenemos por qué estar de acuerdo, pero sí tenemos que poder escuchar distintas opiniones. Espero que alcancemos como grupo esta madurez “, marcó firmemente Diana Mondino, Canciller de Argentina.
En esa misma línea, Mondino profundizó: “Tenemos un MERCOSUR con exceso de regulaciones, que se cerró en sí mismo. Un MERCOSUR que, con el argumento de erigirse en una barrera protectora frente a las importaciones desde terceros mercados no hacía más que limitar sus propias exportaciones. El Mercosur dejó de ser una válvula de escape para volverse un corsé que nos inmoviliza…”.
Quien apoyó las palabras de Mondino fue Lacalle Pou, que si bien criticó la ausencia de Milei, elogió la postura de la representante argentina: “Tenemos que tener perseverancia y plasticidad. Tenemos que ser flexibles. Yo sé que Argentina no tenía ninguna autoridad moral para hablar de este tema; para criticar al Mercosur por ser cerrado. Argentina ha iniciado un proceso de reforma del Estado. Es un logro espectacular”.
Por su parte, Santiago Peña, presidente de Paraguay mandó un mensaje por elevación: “Los problemas y desafíos que puede tener el Mercosur no se resuelven fuera del mismo, los problemas y desafíos del Mercosur se resuelven con más Mercosur”.
El más tajante fue Lula, quien le apuntó a la Unión Europea: “Simplemente no hemos concluido el Acuerdo con la Unión Europea porque los europeos aún no han logrado resolver sus propias contradicciones internas. No parece lógico después de 25 años. Los falsos demócratas intentan socavar las instituciones y ponerlas al servicio de intereses reaccionarios. En un mundo globalizado, no tiene sentido recorrer al nacionalismo arcaico y aislacionista. Tampoco hay justificativa para rescatar las experiencias ultraliberales que solo han agravado las desigualdades en nuestra región…”.
De esta forma, el Mercosur tiene una grieta en la que todos deberán ceder para obtener el bien en común. Un acuerdo total hoy parece distante con voces tan fuertes e inflexibles. Por último, Lula mandó un certero mensaje político, que calentó más la situación: “Lo que pasó en Francia es algo maravilloso de lo que representa la democracia. Cuando parecía que todo iba mal, el pueblo se manifiesta y el pueblo toma las calles y permite que los sectores democráticos sigan gobernando Francia, no queremos extrema derecha, no queremos fascistas, no queremos nazis, queremos democracia”.