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La petrolera sigue pagando una prima demasiado alta para financiarse en los mercados internacionales, entre 5 y 6% sobre los bonos del Tesoro de EU de 110.6 puntos base, cuando la deuda de México paga entre un 1 y un 2%. El manejador de fondos global considera que se debe aprovechar el haber incluido en el presupuesto anual una partida financiera para Pemex y poder reestructurar sus pasivos.
La estatal Petróleos Mexicanos (Pemex) deberá aprovechar un nuevo margen definido a partir del presupuesto económico de 2024 de asignar una partida para amortizar su deuda y realizar con esa base una reestructuración de sus pasivos, estimó Franklin Templeton. A principios de mayo, en una reunión con inversionistas en Nueva York, el subsecretario de Hacienda y Crédito Público (SHCP), Gabriel Yorio, dijo que el país estudiaba absorber hasta 40,000 millones de dólares (mdd) en deuda de la petrolera, lo que equivalía a los vencimientos del nuevo Gobierno que asumirá el 1 de octubre.
“Las calificadoras ya consideran Pemex como parte de la deuda de México por lo que hace todo el sentido reestructurar la deuda; es uno de los recursos que van a intentar hacer el próximo año”, mencionó en entrevista Ramsé Gutiérrez, vicepresident y codirector de Franklin Templeton Asset Management México.
Pese a la relación tan estrecha de Pemex con México desde hace décadas, el Gobierno del presidente saliente Andrés Manuel López Obrador ha dado un nuevo nivel a la relación del Estado con la petrolera, en una dinámica de aportaciones de capital y estímulos fiscales, entre otros, que suman desembolsos por 1.65 billones de pesos durante el sexenio.
Gutiérrez indicó que Pemex paga en los mercados internacionales una prima “increíblemente alta”, de alrededor del 5 al 6% por arriba de los bonos del Tesoro, mientras que la deuda mexicana paga entre el 1 y el 2%. El informe financiero anual de la compañía más reciente consigna que sus vencimientos más cuantiosos ocurrirán en 2026, por un monto de 10,500 mdd. En 2024 ascenderá a 8,800 mdd.
Con la partida presupuestaria hacia Pemex asignada desde este año, México recurrió a los mercados internacionales con el objetivo de cubrir el grueso de los pagos correspondientes a las amortizaciones de 2024 por alrededor de 11,000 mdd. “La deuda (de Pemex) es bastante amplia y se tiene que reestructurar”, insistió Gutiérrez; el plan anual de Pemex previsto en el presupuesto es del orden de los 145,000 mdp.
El informe anual de la petrolera indica que hasta el cierre de 2023 el 71% de su deuda estuvo denominado en dólares y el 17% en pesos mexicanos. Del 2024 al año 2030, esto es, lo que comprende la Administración Federal que dirigirá la virtual presidenta electa Claudia Sheinbaum, Pemex tiene programados vencimientos por 47,700 mdd. El más abultado, sin embargo, está previsto para el 2038, por 24,400 mdd, en tan sólo ese año.
Yorio señaló en mayo que el Gobierno está considerando opciones que podrían incluir la recompra de bonos de la petrolera estatal o la emisión de deuda soberana para financiar sus compras, y que el plan sería gradual y se ejecutaría a lo largo de los próximos seis años. Cualquier operación significativa, aseveró el funcionario ante los inversionistas, requeriría de cambios legislativos.
En febrero pasado, la agencia de riesgos crediticios Moody´s Investors Service degradó la nota de Pemex de “B1” a “B3” ante la debilidad de “su calidad crediticia autónoma”. La calificadora internacional también mencionó las mayores necesidades de liquidez de la empresa, un mayor costo de capital y vencimientos de deuda de corto plazo.
Para este año, Petróleos Mexicanos afronta necesidades financieras del orden de los 38,900 millones de pesos (mdp), que refleja tanto un superávit como amortizaciones de deuda, estas por cerca de 184,000 mdp. Dentro de sus pasivos contingentes, la petrolera podrá ejercer un endeudamiento neto máximo de 138,100 mdp por concepto deuda interna, y de 3,700 mdd producto de la contratación de deuda externa.