CEESP: Dinamarca nunca llegó

Tiempo de lectura aprox: 2 minutos, 21 segundos

Para el CEESP, “concluye un sexenio que se caracterizó por muchas decisiones y acciones inconclusas”, principalmente en el sector salud.

De acuerdo con el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP) estamos a unas semanas de que concluya “un sexenio que se caracterizó por muchas decisiones y acciones inconclusas, con un costo significativo para los hogares”.

Y “uno de los objetivos incumplidos, posiblemente el más relevante por su incidencia en el bienestar de las familias, especialmente las de menores ingresos, es la de mejorar la calidad y atención en el sector salud”.

En opinión del CEESP, “el desmantelamiento del Seguro Popular significó que, en 2020 en medio de la crisis por el Covid-19, casi 16 millones de personas perdieran su acceso a servicios de salud, cifra que prácticamente se duplicó para 2022 como resultado de la evidente ineficiencia del Instituto de Salud para el Bienestar (INSABI)”.

“A pesar de los esfuerzos que las autoridades aseguran haber hecho para mejorar el sector, aún se aprecian problemas serios en la calidad de la atención y falta de medicamentos”, agregó en su análisis económico semanal.

El CEESP argumentó que la Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica (ENADID) 2023, confirma el deterioro del sector salud en lo que va del sexenio.

“Sus resultados muestran que entre 2018 y 2023 fueron 22.7 millones de personas las que perdieron su afiliación a alguna institución de salud y 15.7 millones dejaron de asistir a las instituciones del sistema público, como hospitales generales e institutos del gobierno federal”, detalló.

Y todavía agregó: “Es obvio decir que esto propició que los hogares se vieran en la necesidad de sustituir el servicio público por el privado”.

Es decir, la ENADID indica que la demanda de servicios médicos en farmacias privadas aumentó en 9 millones de personas y la atención en clínicas y hospitales privados creció en 9.8 millones.

Además, los datos disponibles de la Encuesta de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) señalan que entre 2018 y 2022 el gasto de los hogares en salud aumentó 30.9%.

DINAMARCA NUNCA LLEGÓ

El CEESP recordó que, en 2021, el presidente Andrés Manuel López Obrador expresó su deseo de tener un sistema de salud semejante al de Dinamarca, que es uno de los más eficientes del mundo, “estableciendo como fecha para lograrlo marzo de 2024”.

“Sin embargo —agregó— el objetivo no se cumplió y aún nos mantenemos muy alejados de cualquier parecido con el sistema de salud danés”.

Uno de los obstáculos para alcanzar al modelo danés, en opinión del CEESP, es la cantidad de recursos que se destinan al sector salud.

“Con base en las cifras de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), en 2022 el gasto en salud de México como porcentaje del PIB representó el 5.5%, mientras que en Dinamarca fue de 9.5%”, expuso.

“Esto —agregó— ubica a nuestro país en el penúltimo lugar del ranking de los países de la OCDE”.

El CEESP fue más allá y aseguró que mientras que en México la tasa de mortalidad por causas prevenibles, —tasa estandarizada por edad por cada 100 mil habitantes—, fue de 435 en 2021, en Dinamarca fue de 120.

En cuanto a la tasa de mortalidad por causas tratables, en México se ubicó en 230 y en Dinamarca en 54.

“En ambos casos nuestro país ocupa el último lugar entre los países de la OCDE. Sin duda queda en evidencia la baja eficacia del sector salud en nuestro país y lo lejos que estamos del sistema danés”, insistió.

Finalmente, mientras en México la cobertura de población para un conjunto básico de servicios es de 72%, en Dinamarca es del 100%. Además, mientras que el el país europeo el 84% del sistema de salud se financia de recursos públicos, en México solo es el 24%.

Finalmente, el CEESP consideró que el gobierno del Claudia Sheinbaum “deberá hacer muchos más esfuerzos para lograr el fortalecimiento del sector salud y reposicionarlo como uno de los factores fundamentales para mejorar el bienestar de los hogares, incluso para incidir positivamente en los niveles de pobreza”.

“El uso más eficiente de los recursos públicos destinados a la salud debe ser una prioridad en el presupuesto de egresos del sector público; es un elemento esencial para mejorar el bienestar de los hogares, así como los niveles de productividad y competitividad del país”, concluyó el CEESP.