Tampones contienen metales que podrían ser perjudiciales para la salud: estudio

Tampones contienen metales que podrían ser perjudiciales para la salud: estudio

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Una investigación publicada esta semana reveló que diversas marcas de tampones, vendidos en Estados Unidos y Reino Unidos, muestran altas concentraciones de metales como plomo (Pb), arsénico (As), Cadmio (Cd), las cuales podrían resultar negativas para la salud de las mujeres menstruantes si, de alguna manera, logran filtrarse y ser absorbidos por el cuerpo. Sin embargo, los investigadores aclararon que no pueden llegar a conclusiones en cuanto al riegos que esto representa a la salud de las mujeres, esto debido a que no cuentan con suficientes datos sobre el funcionamiento y las reacciones del cuerpo femenino, más en específico, sobre la absorción de sustancias químicas a través de la mucosa vaginal.

Sobre las concentraciones de plomo halladas en los tampones, los investigadores advirtieron que no hay cantidades seguras de exposición a este metal, por lo que cualquier proporción de plomo que pueda filtrarse de un tampón y llegar al cuerpo podría contribuir a consecuencias negativas para la salud, ya que el plomo se almacena en los huesos, donde reemplaza al calcio, y puede retenerse en el cuerpo durante décadas.

De acuerdo con diversas investigaciones, la exposición al plomo está asociado con numerosos efectos adversos neurológicos, renales, cardiovasculares, hematológicos, inmunológicos, reproductivos y de desarrollo.

Incluso en bajas cantidades, puede provocar impactos neuroconductuales en adultos y niños, incluida la disminución de la función cognitiva, como deterioro de la atención, la memoria y la capacidad de aprendizaje. Pero de acuerdo con la investigación este metal fue encontrado en todos los tampones que se analizaron.

En dicho estudio, además de haber encontrado que los tampones contienen plomo, los científicos hallaron otros metales, como el As y el Cd, los cuales también están asociados con numerosos resultados adversos para la salud.

En primer lugar, el As inorgánico es un carcinógeno conocido y está asociado con enfermedades cardiovasculares, dermatitis y otros efectos dérmicos, y enfermedades respiratorias y neurológicas. Pero, en específico, la exposición vaginal al arsénico, según otros estudios, provoca efectos sobre los mecanismos oxidativos en el útero y los ovarios.

El Cd, por otra parte, ataca al sistema renal y puede causar daño; también está asociado con enfermedades cardiovasculares. Sin embargo, se han realizado muy pocos trabajos científicos sobre los posibles efectos en la salud de la exposición dérmica (o vaginal) al As o al Cd.

Aunado a esto, los científicos indicaron que los tampones que fueron analizados para realizar el estudio se fabricaron en países diferentes como EE. UU., República Checa, Israel, México, Eslovenia, Taiwán y la UE. Con esto, descubrió que hay varias vías a través de las cuales se pueden introducir metales en los tampones.

En primer lugar, las materias primas de algodón, rayón o viscosa de las que se hace el nucleo y/o el cuerpo del tampon pueden contaminarse durante la producción, por ejemplo, a través de la deposición atmosférica, la aplicación de aguas residuales.

En segundo lugar, el estudio indicó que los tampones pueden contaminarse con metales del agua durante el proceso de fabricación; Por ejemplo, el agua en la UE y EE. UU. a veces está contaminada con plomo.

En tercer lugar, también se pueden agregar metales intencionalmente a los tampones durante la fabricación para diversos fines. Por ejemplo, metales como el Ca, Co, Cr, Cu, Ni y Zn, que también fueron detectados en algunos tampones analizados en este estudio, se pueden agregar como agentes antimicrobianos diseñados para liberarse del tampón cuando absorbe la sangre. Todos estos metales, así como Fe y Mn, también se pueden agregar a los tampones para controlar el olor.

Además, los científicos explicaron en este estudio que las patentes sugieren que los fabricantes pueden agregar algunos de los metales como lubricantes para ayudar a una inserción suave, se trata del Sr, Ca y Zn, lo que podría explicar por qué en el estudio, los expertos reportaron haberlos hallado en altas concentraciones. Los últimos dos también se utilizan para el control de olores y como agentes antimicrobianos.

El estudio también señala que metales como Ba, Cd, Co, Fe, Mn, Zn también se utilizan como pigmentos para colorear los aplicadores o partes del tampón, pero en el estudio no se reportó diferencia entre las concentraciones de metales en los tampones con aplicadores de plástico en comparación con los que no tenían aplicadores o tenían aplicadores de cartón, lo que podría sugerir que los metales utilizados como pigmentos en los aplicadores podrían no ser los responsables de las concentraciones de metales observadas.

¿Los productos orgánicos son mejores?

En este aspecto, el estudio sí reveló diferencias en la mayoría de los metales en tampones orgánicos en comparación con los no orgánicos.

Todos los tampones orgánicos que se analizaron en el estudio, según se lee en el documento, anuncian que están hechos de 100% algodón, mientras que los tampones no orgánicos estaban hechos de rayón o una mezcla de algodón/rayón/viscosa, una diferencia que podría explicar parte de la variación en las concentraciones de metales.

Aunque el estudio encontró la presencia de metales tóxicos en los tampones, los científicos aclararon que se necesitan estudios futuros para evaluar si los metales pueden filtrarse de los tampones y volverse bioaccesibles para la absorción vaginal.

“Por lo tanto, no podemos especular sobre el daño potencial a la salud de las mujeres que menstrúan. Es fundamental que los estudios futuros evalúen el potencial de filtración de metales de los tampones y su absorción en el cuerpo (…) Hasta donde sabemos, ninguna evaluación de riesgos ha investigado la exposición vaginal a metales”.

 

 

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