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Desde hace poco más de un lustro, comenzó a volverse común ver en Youtube cada vez más canales o videos que registraban más de mil vistas con títulos como “Siendo mamá a los…”, “Cómo me enteré que estaba embarazada a los…”, “Acompáñame en un día siendo mamá de un niño de X años”, “Rutina de mañana siendo mamá de un bebé”. Contrario a lo establecen las normas, estos canales y videos frecuentemente pertenecían a mujeres menores de edad de diferentes países de Latinoamérica: las amadas mom bloggers, una nueva forma de trabajo.
Sobre este tema, cifras de UNFPA en América Latina y el Caribe indican que esta región registra la segunda tasa más alta de embarazos adolescentes del mundo. Además, se estima que casi el 18% de los nacimientos en la región corresponden a madres menores de 20 años de edad. Cada año, alrededor de un millón y medio de adolescentes de entre 15 y 19 años dan a luz.
Pero a diferencia de hace un par de décadas, frente a una situación de esta índole, las redes sociales comenzaron a representar, principalmente, una forma de ingresos para estas nuevas madres, así como un canal de catarsis, información, reconocimiento y acompañamiento.
Las “mom bloggers” utilizan plataformas como TikTok, Youtube e Instagram para compartir contenido en el que suelen abarcar una variedad de temas relacionados con la vida familiar, la maternidad y el estilo de vida. Algunos ejemplos comunes de contenido incluyen:
1. Vlogs familiares: Videos que muestran el día a día de la familia, actividades, viajes y eventos especiales.
2. Consejos de crianza: Videos donde comparten consejos sobre la crianza de los hijos, desde rutinas diarias hasta técnicas de disciplina y educación.
3. Reseñas de productos: Videos donde hacen reseñas de productos para bebés, niños o incluso productos relacionados con el hogar.
4. Recetas y alimentación: Videos que muestran recetas saludables para la familia, ideas de meriendas o tips sobre alimentación infantil.
5. DIY y manualidades: Videos donde comparten ideas para proyectos DIY (hazlo tú mismo) que pueden ser divertidos para hacer con los niños.
6. Eventos y celebraciones familiares: Videos que documentan cumpleaños, vacaciones, celebraciones especiales y cómo las familias las celebran.
7. Colaboraciones y patrocinios: Videos donde colaboran con marcas para promocionar productos específicos o participan en campañas patrocinadas.
En años anteriores, estos blogs o posts solían ser populares solo entre otras madres y personas interesadas en la crianza de los hijos, ofreciendo una comunidad y recursos para compartir información útil y apoyo emocional. Pero, a partir de la pandemia el público de estas nuevas celebridades se amplió en gran medida, aumentando también la popularidad de sus contenidos en redes sociales.
Sin embargo, estas mismas plataformas se han convertido también en un punto de extrema exposición, no sólo para las mom bloggers, sino también para sus hijos y familias en general, ya que las cifras de ciberacoso en esta región van en aumento de forma exponencial
Los riesgos de ser mom blogger frente al aumento exponencial del ciberacoso
Cifras de la Coordinadora de Profesionales por la Prevención de Abusos indican que entre las conductas de cyberbullying más frecuentes identificadas una revisión de más de 45 estudios destacan: envío de mensajes desagradables, insultos, amenazas, realizar comentarios y hacer circular rumores para desprestigiar o ridiculizar a la víctima, difundir fotos y vídeos ofensivos para la víctima, robo de la contraseña, acciones que podría impactar directamente a estas creadoras de contenido.
Pero, además, sus hijos, que son el principal foco de su contenido y quienes atraen el interés de los internautas miles de internautas podrían enfrentarse a varios riesgos potenciales, entre los que destacan:
Privacidad y seguridad: cuando las mom bloggers publican imágenes de niños puede comprometer su privacidad al revelar detalles como su ubicación, rutinas diarias o información personal, la cual podría ser utilizada por personas malintencionadas.
Explotación y uso indebido: las imágenes de niños pueden ser robadas o utilizadas sin permiso para fines inapropiados como la creación de perfiles falsos, la manipulación digital o la pornografía infantil.
Consentimiento y derechos de imagen: subir fotos y videos de niños puede infringir sus derechos de privacidad y consentimiento, especialmente cuando los niños son demasiado pequeños para comprender o expresar su deseo de ser expuestos en redes sociales.
Impacto futuro: las imágenes y videos publicados en línea pueden permanecer accesibles durante años, lo que podría afectar la reputación y la privacidad de los niños en el futuro cuando crezcan y busquen empleo o desarrollen una presencia digital propia.
Las consecuencias de tener una mom blogger o ser un pequeño creador de contenido
Aunado a esto, al ser niños y niñas que han normalizado el uso de redes sociales, o que incluso, a su corta edad, ya son creadores de contenido, por el tiempo que pasan conectados a Internet y los datos personales que comparten, pueden estar más expuestos a ser víctimas de ciberacoso, adviertió el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI). En particular, en México, hay 88.6 millones de internautas; del total, 10.5 por ciento son menores de entre 6 y 11 años, y 13.6 por ciento, de entre 12 y 17 años, de acuerdo con datos del 18º Estudio sobre los Hábitos de los Usuarios de Internet en México, de la Asociación de Internet MX.
Se estima que niñas y niños de 6 a 11 años se conectan a Internet 3.2 horas diarias en promedio, en tanto, los de 12 a 17, 5.5 horas; justamente, datos del Módulo sobre Ciberacoso 2021 del INEGI, revelan que 58.2 por ciento de la población de este último rango de edad experimentó una situación de ciberacoso, mejor conocido conocido como Grooming
De acuerdo con la Procuraduría Federal del Consumidor, el grooming es cuando un adulto mediante engaños y mentiras se gana la confianza y establece algún tipo de amistad con una niña, niño o adolescente a través de Internet, ya sea vía redes sociales, aplicaciones de mensajería instantánea, correo electrónico, entre otros, con el fin de obtener imágenes o videos con connotación o actividad sexual.
Estas imágenes o videos están destinados al consumo de pederastas o a redes de abuso sexual a menores con el objetivo de llevar a cabo abuso y/o explotación sexual o prostitución infantil.
Ocurre cuando:
* Se hace la búsqueda y el contacto con el menor.
* Se indaga sobre información personal y familiar, gustos y preferencias del menor con el fin de crear una relación de confianza.
* Con técnicas de persuasión piden al menor envíe imágenes o videos comprometedores.
*Mediante el chantaje lo obligan a proporcionar más contenido pornográfico, amenazándolo con difundir la información obtenida a través de diferentes medios y/o enviarla a los contactos personales del menor, incluso pueden solicitar encuentros físicos para abusar sexualmente de la víctima.
¿Realmente valen la pena los riesgos?
Frente a estos riesgos, y a pesar de que organizaciones especializadas y gobierno han advertido durante más de un lustro sobre las consecuencias de exponer a menores de edad en redes sociales, el beneficio económico y social que representa ser una mom blogger parece ser más relevante.
Las ganancias de las mamás blogueras en redes sociales pueden variar ampliamente dependiendo de varios factores, como el tamaño de su audiencia, la cantidad de seguidores, la tasa de interacción de sus publicaciones, y los acuerdos de colaboración que puedan tener con marcas y empresas.
En general, las mamás blogueras con una audiencia grande y comprometida pueden ganar desde unos pocos cientos de dólares por publicación patrocinada hasta miles de dólares, especialmente si tienen una nicho específico bien definido y altamente deseado por las marcas.
Algunas mamás blogueras también pueden generar ingresos a través de la venta de productos digitales, como ebooks o cursos en línea, o participando en programas de afiliados.
Es importante destacar que las ganancias pueden ser muy variables y no todas las mom bloggers generan ingresos significativos. Además, el panorama puede cambiar dependiendo de las plataformas específicas y las estrategias individuales de monetización que utilicen. En este sentido, las redes sociales más usadas por este tipo de influencer son TikTok y YouTube.
Para proteger la privacidad y seguridad de los menores, es importante que los padres y tutores, pero sobre todo las mom bloggers, sean conscientes de estos riesgos y consideren cuidadosamente qué tipo de contenido comparten en redes sociales, optando por configuraciones de privacidad adecuadas y obteniendo el consentimiento de los niños cuando sea posible.
A pesar de haber experimentado un boom importante durante la pandemia, el fenómeno de las mom blogger no es nuevo; las primeras mamás blogueras emergieron a principios de la década de 2000 cuando los blogs comenzaron a ganar popularidad como plataformas para compartir experiencias personales en línea.
Algunas de las pioneras incluyen Heather Armstrong, quien comenzó el blog “Dooce” en 2001, y Alice Bradley y Eden Kennedy, quienes fundaron “Finslippy” y “Fussy”, respectivamente, alrededor del mismo tiempo.
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