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La moneda brasileña siempre se destacó por ser sólida e independiente del dólar, pero acumula más de 120 días en alza en su cotización. Lula no puede controlarlo y la sociedad se impacienta: trasfondo de un problema que no estaba en los planes…
Hace unos días, Lula decidió ostentar uno logro mayúsculo de su gestión. A través de las redes sociales, el mandatario de Brasil fue directo: “El PIB de Brasil aumentó en el primer trimestre de este año, impulsado por un mayor consumo de las familias y los servicios. Y otra buena noticia es que, según las previsiones del FMI, Brasil subirá un puesto más, alcanzando el 8º lugar del PIB del mundo. Una prueba más de que estamos en el camino correcto…”.
La prestigiosa consultora Austin Rating destacó que Brasil se había convertido en la octava mejor economía del mundo, superando a Italia y quedando cerca de países como Japón, Alemania o Estados Unidos, entre otros. Sin embargo, para la sociedad brasileña, eso resultó intrascendente. La imagen de Lula no mejora en las encuestas y como si fuese poco, el precio del dólar/real se volvió incontrolable.
Si hubo algo que destacó siempre al real brasileño era su poder y solidez ante el dólar. Mientras países como México, Argentina o Ecuador vivían pendientes del precio del dólar, Brasil demostraba que no ataba su moneda a la cotización del billete verde. Ahora todo cambió y la depreciación del real contra el dólar se volvió un dolor de cabeza para Lula y los primeros que los sufren son los ciudadanos.
A fines del último mes de marzo, un dólar equivalía a 4,90 reales brasileños: hoy toca 5,40 y no parece que vaya a calmarse en el corto plazo. El real está entre las diez monedas que más se depreciaron frente al dólar en 2024. Un informe detallado realizado por la agencia Austin Rating, con base en datos del Banco Central de Brasil (BC), señaló que el real se hundió un 10 por ciento en los primeros cinco meses del año y es una tendencia que no se detendrá. Sin ir más lejos, el informe de Austin apunta que la moneda brasileña subió dos posiciones en un ranking de 118 países y pasó al séptimo lugar entre los que más se depreciaron en el mundo.
Según lo analizado por Austin Rating, la moneda nigeriana es la que más se ha devaluado en 2024, con pérdidas del 42,8 por ciento. Luego se sitúan las monedas de Egipto y Sudán del Sur, con caídas del 35% y 29,9%, respectivamente. “Entre los países peores que Brasil, tenemos a Argentina, que está atravesando una crisis económica, y naciones que enfrentan algún problema de conflicto civil, como Nigeria, Egipto, Sudán del Sur y Ghana”, explica el economista jefe de Austin Rating, Alex Agostini.
“Cuando hay cierta preocupación por el escenario internacional, es natural que los inversores reasignen sus capitales, rehagan sus carteras y retiren inversiones de los países emergentes”, explica Alex Agostini, de Austin Rating. El real se deprecia porque se da porque hay una menor demanda internacional, algo que está directamente relacionado con los movimientos de tasas de interés en Estados Unidos.
Desde el Gobierno de Lula no solo apuntan a las tasas de intereses en Estados Unidos, también ubican como excusa a la tensión geopolítica que se vive en el mundo. A pesar de que se intenta buscar motivos externos, la realidad es que parte de la tensión del mercado cambiario está siendo vinculada al anuncio del cambio del objetivo fiscal para 2025. En un principio, Lula se comprometió a lograr un superávit cercano al 0,6 por ciento del PBI, algo que no será posible y por ende, las proyecciones hicieron que el mandatario brasileño debiera revisar el objetivo, cediendo en lo fiscal y cambiando las cifras.
“¿Por qué todos los países están obligados a hacer su comercio amarrados al dólar? ¿Quién decidió que el dólar sería la moneda (global)? Hoy un país necesita correr detrás del dólar cuando podría exportar en su moneda propia. ¿Por qué un banco como el de los BRICS no puede tener una moneda que pueda financiar la relación comercial entre Brasil y China, entre Brasil y otros países de los BRICS?”, marcó Lula, a mitad del 2023, sobre el condicionamiento del mercado cambiario con el precio constante del dólar americano.
Por último, no se debe perder de vista la profunda división social que vive Brasil y que condiciona claramente a la economía y la confianza en el futuro corto plazo del país. Este coctel hace que Brasil tenga una de las monedas más débiles de 2024…