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Al emitir su primer mensaje con candidata electa a la presidencia de la República, Claudia Sheinbaum adelantó que Morena y sus aliados (PT y Partido Verde) tendrían mayoría calificada en la Cámara de Diputados y en el Senado de la República. También adelantó que respetaría la autonomía del Banco de México y que continuaría con la disciplina presupuestaria.
Este lunes, sin embargo, los mercados de valores reaccionan ante la ejecución del llamado “Plan C”, que permitiría al partido en el Poder Legislativo impulsar reformas de gran calado a nivel constitucional. El temor tiene como contexto que, varias de las agencias calificadoras de deuda gubernamental han dicho que considerarían un ajuste en la evaluación de riesgo soberano si se impulsaran cambios radicales a nivel constitucional podría presentarse una revisión.
S&P aclaró, sin embargo, que independientemente del resultado del 2 de junio, esperaba que el próximo gobierno mantuviera una ejecución cautelosa de la política macroeconómica, lo que implica una política monetaria prudente y un retorno a déficits fiscales bajos. De hecho, ese fue uno de los compromisos de Sheinbaum en sus primeras palabras como candidata electa.
Para S&P, el próximo gobierno presentará un presupuesto para 2025 que reduzca el déficit público de 5% de este año.
Sin embargo, también reconoció que la reafirmación de la calificación de “BBB”, registrada en febrero pasado, implicaba que no habría cambios en iniciativas políticas de gran calado “que mejoren o perjudiquen el entorno de negocios de México”, o que afecten la tendencia del crecimiento económico en un año electoral también para Estados Unidos, el principal socio comercial del país.
Para otros analistas, los riesgos siguen en el terreno de la baja inversión en infraestructura que no supera los 797,000 millones de pesos; el peso de la red social – las transferencias para grupos vulnerables – que están consumiendo el presupuesto; el alto costo del servicio de la deuda; el peso de las pensiones ahora que se confirmó la creación de un fondo por 64,000 millones de pesos para las pensiones del IMSS y del ISSSTE.
También mencionan – ahora que Estados Unidos no cayó en recesión – la posibilidad de un choque externo, proveniente de alguna otra región. Los expertos con una visión más negativa se preguntan cómo será el plan de ajustes para el presupuesto en 2023 y cuál será el impacto en el modelo económico que se ha impulsado. ¿Será sostenible la dinámica del gasto? Esa es otra de las inquietudes que, junto con la situación de Pemex, preocupan a los observadores del buen desempeño que – hasta ahora – muestra la economía.
El grado de inversión de México se ubica apenas un escalón antes de la calificación BBB – y a dos peldaños de ser una inversión especulativa. Tampoco sabíamos que para festejar tendríamos que estar en A, AA y AAA. Pero, claro, también sabemos que bajo las actuales condiciones de endeudamiento que rigen en el mundo, es prácticamente imposible contar un AAA.
Con Plan “C”, los analistas temerían:
-Regreso al ring por la reforma al sector eléctrico
-Cambios radicales en el sistema de fondos para el retiro (Afore)
-Más dinero para Pemex que permita apuntalar sus finanzas.
-Postergar el regreso a la disciplina fiscal con déficit menor a 4%.
-Reforma al Poder Judicial.
– Cambios al régimen tributario y de compensaciones para la banca que ha tenido ganancias históricas en los últimos cuatro años.
Con Plan “C”, el gobierno de Sheinbaum tendría la oportunidad de negociar con el sector privado:
-El impulso de energías límpias pero desde la rectoría del Estado mexicano, desde la Comisión Federal de Electricidad
-Redireccionar presupuestos a programas de mayor impacto para el crecimiento del Producto Interno Bruto.
-Regresar a la disciplina fiscal en 2025
-Impulsar el Fondo de Pensiones para el Bienestar.
Hoy el presidente Andrés Manuel López Obrador adelantó que Rogelio Ramírez de la O permanecería en el cargo y al frente de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.