Inquieta a extranjeros Pemex y alto déficit fiscal de cara a la elección

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En la víspera de la elección presidencial de México del próximo 2 de junio, firmas financieras internacionales y agencias calificadoras de riesgo han estado señalando el peso de la petrolera estatal en las finanzas públicas, y la necesidad de revertir el alto déficit fiscal de este año, a fin de que la nueva presidenta de la República pueda contar con un margen de maniobra para sostener la nota Soberana.

Firmas financieras internacionales y agencias calificadoras de riesgo crediticio reafirmaron la necesidad de que México revierta desde el próximo año su alto déficit fiscal para evitar aumentos pronunciados en la deuda pública e impactos en su nota Soberana.

El viernes por la tarde, el banco de inversión inglés Barclays advirtió que la falta de una acción política “oportuna” del Gobierno que resulte de la elección presidencial histórica del próximo domingo podría “introducir presiones en la calificación”. Los enfoques políticos después de las elecciones son importantes tanto para Pemex como para el crédito soberano del país, aseveró.

El Gobierno saliente del presidente Andrés Manuel López Obrador tendrá este año un gasto neto total de 9.066 billones de pesos contra ingresos de 7.3 billones, con el déficit presupuestario más amplio en décadas.

Dentro del gasto público no programable, la contratación de deuda ascenderá a 1.906 billones, un incremento del 16% a tasa anual. El Gobierno Federal está contabilizando este año tener más gastos que ingresos, lo que redundará en un déficit presupuestario de 5% del PIB no visto desde 1989, y desde el déficit del 3.3% alcanzado en 2023.

En pleno año electoral, el gasto hacia los programas y proyectos prioritarios del Gobierno es de 964,100 millones de pesos (mdp) un incremento de más de 10% en términos reales contra 2023. Solo la pensión para adultos mayores será 32.6% mayor en 2024 que en este año, para sumar los 465,000 mdp, el 1.35% del PIB.

Barclays, cuyo escenario base contempla que la candidata del partido en el poder (Morena), Claudia Sheinbaum, alcance la Presidencia del país, con un Congreso dividido al tratarse también de una elección federal con más de 20,000 cargos públicos en juego, no descarta un aumento de la volatilidad financiera si la rival más fuerte de Sheinbaum, Xóchitl Gálvez, rebasa los pronósticos que la colocan en el segundo lugar.

Prioridades

El desenlace de la contienda presidencial coloca escenarios donde tanto Gálvez como Sheinbaum respaldarían apoyos hacia Petróleos Mexicanos (Pemex), en combinación con un mayor control del déficit presupuestal, de acuerdo con Barclays.

“En nuestra opinión, cualquier enfoque proactivo y estructural a las necesidades de flujo de efectivo de Pemex sería aplaudido por los participantes del mercado, especialmente si no ejerce más presión sobre la situación fiscal de México”, dijo.

“Por el contrario, la falta de una acción política oportuna y adecuada podría introducir presiones de calificación sobre el Soberano, al que calificamos en UW (under weigh o infra ponderado), a la luz de estas incertidumbres políticas”.

En este mes a punto de concluir, Moody´s Ratings advirtió que el nuevo Gobierno que resulte de la elección presidencial encontrará un panorama fiscal difícil, con déficits presupuestales del 5% del Producto Interno Bruto (PIB), mientras que la trayectoria del crédito soberano de México, hoy a dos peldaños arriba del grado de inversión, en “Baa2” con perspectiva estable, “dependerá de los planes de consolidación fiscal del próximo gobierno”.

Pese a que el Gobierno de López Obrador estima que el déficit presupuestal se reducirá a 2.5% en 2025, la proyección de Moody`s es que, probablemente, superará el 4% del PIB ese año, lo que podría dirigirse a un aumento de la deuda pública que, junto con una mayor carga de intereses, disminuiría la fortaleza fiscal del país y su capacidad para evitar un mayor deterioro.

“Independientemente del resultado de las elecciones, prevemos que el próximo gobierno enfrentará una situación difícil debido al deterioro fiscal, las necesidades de recibir apoyo de Pemex y las promesas de campaña de aumentar el gasto social y la inversión pública”, sostuvo la calificadora.

Fitch Ratings indicó este mismo mes que el balance fiscal está sujeto a las presiones de gasto del Gobierno Federal -especialmente el aumento en las transferencias hacia programas sociales-, el pago de pensiones y la necesidad de apoyar a Pemex. En diciembre, Fitch ratificó la deuda de largo plazo de México en “BBB-“, a sólo un peldaño por encima del grado de inversión, con una perspectiva Estable.

En febrero, S&P Global mencionó que su escenario base considera que, independientemente del resultado del 2 de junio, “el próximo gobierno mantendrá la ejecución cautelosa de políticas macroeconómicas de México, incluida una política monetaria prudente y un retorno a déficits fiscales bajos”.

“Consideramos que el próximo gobierno presentará un presupuesto para 2025 que reduzca el déficit público del 5% (del PIB) de este año” indicó la agencia en esa ocasión, tras reafirmar las calificaciones soberanas de largo plazo de México, en “BBB” en moneda extranjera, dos peldaños arriba del grado de inversión, con una perspectiva Estable.

Escenarios alternos

Barclays dijo el viernes que hay dos escenarios potencialmente más cambiantes para el mercado, a los cuales les da una baja probabilidad de que ocurran.

El primer es que el partido gobernante, Morena cobre el impulso suficiente para ganar la mayoría absoluta del Congreso para dar paso a cambios en la Constitución, abriendo espacio a “reformas más radicales” y cuyo desenlace sería una depreciación de entre el 3% al 4% del peso mexicano frente al dólar. Además de descartable, sería un evento cuyos efectos no durarán mucho tiempo; “los candidatos suelen moderar en lugar de radicalizarse al principio del mandato presidencial”, agregó.

El segundo escenario también con poca probabilidad a ocurrir prevé una victoria de la coalición opositora entre el partido de izquierda, PRD, el centrista PRI, y el derechista PAN con la candidata ciudadana Xóchitl Gálvez, con una posición de más libre mercado y de un mayor uso de energías renovables, lo que “sería una sorpresa positiva para el peso”.

Este escenario implicaría tomar en cuenta un periodo de incertidumbre política para el país, donde los inversionistas locales, aseveró Barclays, manifiestan un mayor nerviosismo que los inversionistas internacionales, llevando al peso a depreciaciones del 2%.