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El peso mexicano iniciaba sus operaciones del viernes previo a las elecciones del 2 de junio con ganancias, recuperando parte del terreno perdido durante tres sesiones consecutivas. El foco de tensión ahora estará centrado en el reto que tendrá la nueva Administración Pública Federal en disminuir el déficit fiscal del 5% de este año, a alrededor del 3% en 2025.
El dato del índice de precios del consumo personal (PCE, por sus siglas en inglés) de abril reportado el viernes en EUA, de un incremento de 0.30% a tasa mensual, conforme a la expectativa, con una desaceleración clara de la inflación que marca la tendencia de más largo plazo, animó a los inversionistas a regresar a tomar posiciones sobre el peso mexicano, afirmaron operadores.
A la luz de los datos de la inflación PCE, el índice favorito de la Reserva Federal de EUA (FED) sobre el derrotero de su política monetaria, ahora el panorama es que el diferencial de tasas de interés entre EUA y México seguirá siendo atractivo, estimulando el ingreso de extranjeros, sostuvieron.
Hacia las 10:20 horas del viernes previo a las elecciones presidenciales del 2 de junio, la divisa mexicana cotizaba por debajo del nivel sicológico de las 17 unidades por dólar, en los 16.9905, con un avance de 0.15% y tras haber marcado niveles mínimos de 16.9246, avanzando 0.56% en los primeros minutos de la sesión.
El dato de la inflación PCE de abril en EUA refirió el menor crecimiento desde noviembre de pasado, mientras que el ingreso personal disponible real mostró una contracción de 0.06% mensual. El índice subyacente PCE ubicó en 2.75% a tasa anual, sumando así 15 meses consecutivos a la baja, y en su menor nivel desde marzo del 2021.
Presión más allá de elecciones
En México, además de la tensión que causa el ruido político derivado de las elecciones federales del próximo domingo, que incluye la renovación de la Presidencia de la República, otros eventos pueden repercutir también sobre el derrotero del peso mexicano.
El día anterior, la Secretaría de Hacienda (SHCP) publicó las cifras de finanzas públicas correspondientes a abril, con un déficit público acumulado de 334,000 millones de pesos (mdp), acentuadamente superior al de igual periodo del año pasado, cuando mostró un déficit de 32,000 mdp.
El balance primario resultó deficitario en 21,000 mdp, en contraste con el saldo positivo reportado hasta abril de hace un año. En el periodo, los ingresos públicos observaron un crecimiento real acumulado de 5.8%, donde los ingresos por gravámenes avanzaron 5.6%, mientras que los ingresos petroleros lo hicieron a un ritmo de 3.8%.
El gasto público, por su parte, repuntó 18.1% hasta abril, impulsado por su rubro programable, el cual escaló a un ritmo de 24.2%. El avance en los gastos responde en parte al gasto electoral ejercido en los primeros 4 meses del año.
“Si bien las cifras al mes de abril son consistentes con el presupuesto aprobado por el Congreso y con la actualización de las cifras de déficit informadas por la SHCP en marzo pasado, es importante comentar que la postura fiscal en México se ha comenzado a estresar de manera significativa y se perfila para reportar el mayor déficit en las últimas tres décadas”, mencionó la casa de bolsa Vector.
México enfrentará en 2025 uno de sus retos fiscales más grandes en su historia, con una nueva administración pública federal, que tendrá que afrontar la necesidad de disminuir el amplio déficit y dar cumplimiento a la meta de disminuirlo en cerca de 3 puntos del PIB. El banco de inversión Barclays dijo recientemente que el país no podrá reducir en menos del 4% del PIB su déficit fiscal del próximo año.