Nearshoring y la triangulación de importaciones

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En principio, la llegada de empresas chinas a México no debería representar una forma de esquivar las restricciones comerciales impuestas por EUA si cumplen con los requerimientos de contenido nacional establecidos dentro del T-MEC. Un esquema arancelario preferencial es benéfico en momentos clave para el nearshoring

*Por Mtro Justino Núñez Quiroz, académico de la Facultad de Empresariales de la Universidad Panamericana (UP).

El viraje al nearshoring, o el traslado de operaciones de las empresas a zonas más cercanas a los principales mercados de consumo se presenta como una gran oportunidad para la economía mexicana.

Esto en términos de reforzar la resiliencia de las cadenas de valor ante la pandemia y en momento de un enfrentamiento comercial entre China y EE. UU., aunado al conflicto entre Rusia y Ucrania.

Un estudio de Deloitte (Nearshoring in Mexico) indica que la relocalización generaría un crecimiento adicional del Producto Interno Bruto del 3% por los siguientes cinco años y la creación de un millón de empleos, en un escenario optimista, que, de cumplirse, permitiría dejar atrás el crecimiento económico del 2% en el que se encuentra atrapado desde hace décadas.

Recientemente las tensiones geopolíticas en Medio Oriente y el recrudecimiento de los ataques a la marina mercante en el Mar Rojo y el Canal de Suez, por donde transita alrededor del 15% del comercio marítimo mundial, además del desastre climático que enfrenta el Canal de Panamá, con la consecuente restricción al flujo de buques, también podrían fortalecer la relocalización de cadenas productivas hacia México, que tiene la ventaja de contar con acceso por mar tanto hacia Europa como Asia.

No obstante, las ventajas de México ante el nearshoring se ven limitadas por faltantes en materia de infraestructura logística, y con temas relacionados con el estado de derecho, la seguridad y el cumplimiento de contratos. Un abasto de energía amplio, barato, no contaminante a partir de tecnología limpias y el suministro intermitente de agua también figuran entre los déficits.

Triangulación de mercancías

La triangulación que podría estar ocurriendo en México refiere al envío de bienes o la mayor parte de sus componentes desde China u otras naciones hacia el país, a fin de exportarlos directamente, o con un procesamiento menor, hacia Estados Unidos y Canadá, con la carátula que fue hecho en México para cubrir el objetivo de recibir un trato arancelario preferencial en el marco del T-MEC.

No se trata de una práctica nueva. La revista inglesa especializada en temas de economía y finanzas, The Economist, ha señalado la correlación casi perfecta entre el aumento de exportaciones de Vietnam con la disminución de los despachos chinos hacia nuestro vecino del norte.

Según un análisis de la empresa de consultoría en transporte marítimo Xenata, la demanda de envío de contenedores de China a México se ha incrementado 59% entre enero de 2023 y enero de este año, lo que haría suponer que una porción significativa de ese volumen estaría dirigida a la economía estadounidense.

Un estudio realizado por la calificadora internacional Moody’s señala la posibilidad de que el mayor monto de exportaciones mexicanas hacia Estados Unidos incluya algunas exportaciones fuera del país, al no apreciarse una variación en la utilización de la capacidad industrial instalada, ni tampoco un incremento en la productividad, aunque haya habido un aumento del empleo.

Además de la triangulación de importaciones, el flujo de inversión china a México para esquivar las restricciones arancelarias estadounidense han sido materia de inquietud por las autoridades y congresistas de Estados Unidos, exacerbadas por el entorno electoral del 5 de noviembre. Esto ha dado paso a presiones para impedir ambas prácticas.

Particularmente el Sector Automotriz ilustra la preocupación de nuestros principales socios comerciales. La deducción inmediata del 86% de la inversión en bienes nuevos de activo fijo para los fabricantes de vehículos eléctricos decretada por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) en octubre de 2023, también ha atraído a empresas chinas como Lingong Heavy Machinery y BYD, donde esta última ha declarado que solo se enfocará al mercado interno.

Tomar medidas

Ante esta situación, la aplicación de las reglas origen (ROO, por sus siglas en inglés), esto es, los criterios para clasificar la procedencia de un producto, desempeña un papel relevante, así como la política arancelaria orientada a favorecer el nearshoring.

El arribo de empresas chinas a México no debería representar, en principio, una forma de esquivar las restricciones comerciales impuestas por Estados Unidos si cumplen con los requerimientos de contenido nacional de acuerdo con el TMEC, por lo cual podrían ser consideradas “mexicanas” y beneficiarse de un esquema arancelario preferencial.

El pasado 22 de abril, con el propósito explícito de favorecer el nearshoring, la Secretaría de Economía, emitió un decreto para establecer aranceles temporales que van del 5% al 50% a mercancías clasificadas en 544 fracciones arancelarias, donde destaca el acero, textiles, confección, calzado, madera, plásticos, químicos, papel y cartón, productos cerámicos, vidrio y sus manufacturas, material eléctrico, material de transporte.

También se impuso un arancel de entre el 20% y 35% al aluminio, aunque posteriormente se revocó debido a la falta de producción nacional y a una oferta insuficiente de nuestros socios comerciales.

Este trato arancelario solo afectará a las importaciones provenientes de países con los cuales México no tiene tratados comerciales, principalmente la India y China.

La política arancelaria mexicana del referido decreto está orientada a eliminar la triangulación de mercancías y su efecto sobre el nearshoring, aunque los aranceles pueden ser poco efectivos cuando los exportadores fijan precios tan bajos, que, pese al gravamen, siguen siendo competitivos.

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*Justino es profesor de la Academia de Economía de la Facultad de Empresariales de la Universidad Panamericana (UP). Obtuvo el título de licenciado en Economía por la Universidad de Guadalajara y maestro en Economía por El Colegio de México.

En el Sector Público, Justino se ha desempeñado en el ámbito federal, mientras que en la práctica en el Sector Privado ha sido consultor en empresas del Sector Energético.

Durante más de 25 años, se ha dedicado a la labor académica, además de tener reconocimiento en temas de economía internacional, políticas públicas, microeconomía, macroeconomía y econometría.