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Sobre las recomendaciones internacionales de no visitar Afganistán bajo ningún motivo, en los últimos años ha imperado la curiosidad de los turistas ante la promesa, por parte de las agencias de viajes, de aventuras auténticas por los rincones menos transitados del planeta. Estas promesas lograron atraer, entre marzo del 2023 y marzo del 2024, 7,000 turistas extranjeros al país, de acuerdo con cifras de la Agencia AP.
Las cifras parecen no ser muy significativas, pero al compararlas con los 691 turistas registrados en 2021 se puede apreciar un aumento del 913%, y del 232% en comparación con el 2022.
De acuerdo con diversos medios, en su mayoría estos turistas proceden de China, lo cual es resultado de las relaciones diplomáticas entre Pekín y el Gobierno de facto de los talibanes en Afganistán, pero también se registraron visitas de turistas de países europeos.
Después de años de conflictos armados que dejaron devastado al país, los talibanes se han esforzado en acentuar la condición de seguridad que vive el país desde su llegada en agosto de 2021.
Y Si bien los ataques han disminuido porque ellos eran quienes cometían la mayoría de los ataques antes de tomar el poder, la presencia del grupo yihadista Estado Islámico se ha convertido en su mayor desafío.
En este contexto, el viernes pasado se registró un ataque en contra de un grupo de turistas extranjeros en un bazar de la ciudad de Bamiyán, en el centro del país, popular destino turístico por su patrimonio arqueológico.
Además de tres afganos, tres turistas de nacionalidad española murieron y otros cuatro resultaron heridos, según el Gobierno español.
Por su parte, y aunque las investigaciones continúan, según los talibanes, el ataque lo perpetraron hombres armados sin identificar que abrieron fuego contra los turistas desde un vehículo.
Pero Afganistán no siempre ha sido sinónimo de conflictos armados y ataques terroristas; alguna vez el país fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Además, durante décadas, Afganistán fue atracción de peregrinos budistas y turistas. Del mismo modo, una vez llegó a ser considerado una de las zonas más seguras.
También, en la década de los 60 y 70 formó parte del famoso ‘sendero hippie’ entre Europa y el sur de Asia, antes de las invasiones soviética, en 1979, y estadounidense, en 2001.
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