La eterna batalla por las cápsulas de Nestlé

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Luego de apoyos a Nestlé a lo largo del sexenio, el gobierno federal ha impuesto cupos y un arancel a sus importaciones de cápsulas de café.

Todo comenzó el 18 de diciembre de 2018.

Eran los primeros días del gobierno de Andrés Manuel López Obrador y, en un video desde Palacio Nacional, los más altos directivos de Nestlé encabezados por su presidente ejecutivo, Fausto Costa, anuncian la primera gran inversión de una transnacional en los tiempos de la Carta Transformación.

Una inversión de $154 millones de dólares para la instalación de una planta en el puerto de Veracruz, que serviría para la producción de uno de sus productos más exitosos: Nescafé.

Para el 17 de julio del 2022, el propio López Obrador inaugura la planta, cuya inversión ya había ascendido a 340 millones de dólares.

Con esta planta, aseguró Nestlé, México se convertía en el principal productor de Nescafé de mundo, desplazando incluso a los dos productores de café más importantes del mundo: Brasil y Vietnam.

Sin embargo, tan antiguo es el Nescafé como las criticas y los ataques que ha desatado entre productores mexicanos e incluso grupos ambientalistas.

Para los productores mexicanos, Nestlé ha aprovechado su poder para influir en autoridades mexicanas y facilitar la importación de granos para uno de sus productos estrellas. Todo, por cierto, ha sido expuesto en el estudio El lado oscuro del Plan Nescafé de Andrea Hüsser.

Además, los grupos ambientalistas critican que el sistema de mono dosis —o cápsulas— desarrollado por Nestlé no puede ser reciclado y termina contaminando ríos y mares.

Y LLEGARON LOS ARANCELES

En este contexto, ayer martes la Secretaría de Economía publicó en el Diario Oficial de la Federación una serie de medidas que, en apariencia, podrían afectar a compañías como Nestlé.

Por princípio, estableció un arancel de 20% a la importación de cápsulas de café.

Además, estableció un cupo para la importación, con arancel preferencial, de café tostado y molido en presentación de 40 gramos.

El cupo será equivalente al 3% de la poducción de café en territorio mexicano por parte de la empresa o 2% de sus consumos de café verde —el que ya se procesó pero no se ha tostado— en el año inmediato anterior.

El argumento de la medida es “continuar apoyando a la industria del café, particularmente por lo que se refiere al café verde, para que incremente la capacidad productiva nacional a mediano y largo plazo, la disponibilidad de cápsulas de café en el país y la creación de empleos, al favorecer la inversión en el sector”.

Además de “contribuir en el fomento de la competitividad de los productores primarios de café mexicano en procesos productivos tales como la producción de envases individuales con un peso de hasta 40 gramos de café, sin generar asimetrías en las relaciones comerciales y diversificar las fuentes de proveeduría de este tipo de bienes para mantener precios competitivos en beneficio de los consumidores, de los referidos productos de consumo focalizado”.

De acuerdo con la publicación especializada, Perfect Daily Grind,  solo Nespresso —la principal marca de mono dosis de Nestlé— produce 14,000 millones de cápsulas al año.

Muchas de ellas ya no serán importadas sino producidas en esa planta inaugurada por el presidente López Obrador el 17 de julio del 2022.