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La agencia indica que una economía lenta y presiones inflacionarias impactará los activos y márgenes financieros de la banca, en momentos en que México comenzaría a bajar sus tasas de interés desde niveles del 11% hasta alcanzar el 7.50% el próximo año.
Fitch Ratings anticipó que el desempeño de la banca mexicana estará sujeta de aquí al 2025 a una economía lenta y a presiones inflacionarias, lo que se traducirá en un bajo crecimiento en sus activos e impactos en sus márgenes financieros, en momentos en que México comenzaría a bajar sus tasas de interés desde niveles del 11% hasta alcanzar el 7.50% el próximo año.
“Prevemos una presión continua del NIM (margen de interés neto)”, dijo la agencia internacional de riesgos crediticios el jueves; la expectativa de recortes de tasas a partir de este año, de 150 puntos base este año, a 9.50%, podría reducir el rendimiento de los activos y el capital, compensado por rendimientos en tasas en niveles históricos.
“Los efectos de las tasas más bajas podrían ser levemente negativos para los bancos grandes en el mediano plazo, con efectos mixtos en los bancos regionales y medianos dependiendo de sus estructuras de financiamiento”, apuntó.
Históricamente, los márgenes de interés netos (NIM´s, por sus siglas en inglés) de los bancos mexicanos han caído con los recortes de las tasas de interés oficiales; Fitch proyecta que al cierre de este año la tasa de interés ubique en 9.50%, frente a la expectativa del consenso de 9.63%.
Las tasas de interés más bajas que reportará el país, sin embargo, no significará mayores montos de crédito a los mexicanos.
“Es posible que las tasas de interés locales más bajas no impulsen una demanda de crédito o préstamos bancarios sustancialmente mayores, mientras la economía se desacelere respecto del crecimiento relativamente alto de 2022-2023”, indicó la agencia. Fitch cree que la economía mexicana mostrará una desaceleración del 3.2% del 2023 al 2.2% y al 2% en 2024 y 2025, respectivamente.
Además, el gasto de los consumidores se verá presionado en la antesala de las elecciones presidenciales tanto en México como en Estados Unidos.
Con bajas tasas de interés, las grandes corporaciones podrán tener un mayor acceso a los mercados de capital locales y globales con condiciones más flexibles o preferenciales que la banca, estima Fitch; esto también podría reducir la demanda de este tipo de préstamos, agrega.
Los bancos con financiamiento al mayoreo, por el contrario, pueden ver beneficios moderados en sus márgenes y en su rentabilidad general con tasas de interés más bajas, dijo. Los bancos más pequeños, dada su dependencia del financiamiento mayorista en comparación con los bancos más grandes, podrían verse también beneficiados.
“Las tasas bajas pueden reducir los costos de endeudamiento, lo que puede reducir el apalancamiento de los consumidores, la morosidad y las pérdidas crediticias posteriores, especialmente con préstamos a tasa variable o TAE alta, como tarjetas de crédito y préstamos personales no garantizados”.
¿Compensaciones?
Fitch reconoce que la expansión de los márgenes de interés netos no ha seguido el ritmo del aumento de las tasas desde el 2021, en parte por la combinación de carteras, donde los grandes préstamos corporativos representan alrededor del 50% de la cartera de préstamos de los sistemas bancarios en la actualidad, excluyendo los préstamos del sector público.
Los grandes bancos han cubierto la exposición de sus balances al aumento de las tasas y han aumentado los activos a tasa fija en los últimos dos años, reduciendo con esto el margen y la presión sobre su rentabilidad, dice Fitch.
Por su parte, los ingresos por comisiones, que representan alrededor del 15% del ingreso operativo total del Sistema, seguirán siendo una fuente estable de ingresos para los bancos mexicanos, lo que compensará parcialmente los obstáculos a la rentabilidad derivados de la reducción de los márgenes.
Los costos de financiamiento deberían permanecer relativamente sin cambios, y cualquier disminución iría a la par de la reducción de los ingresos por intereses, ya que el 90% del financiamiento del sistema (excluidos los repos) proviene de depósitos minoristas estables que devengan tasas de interés bajas o nulas.
Sin embargo, la respuesta de los bancos al lento crecimiento de los préstamos y a la persistente presión sobre los márgenes puede afectar la calidad crediticia, reafirma la calificadora internacional.
Esto puede alentar a los bancos a relajar los estándares de suscripción o a confiar en activos más riesgosos y de mayor rendimiento para aumentar los márgenes que pueden generar mayores pérdidas y menores ganancias, advirtió Fitch.