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Tras las caídas consecutivas de noviembre y diciembre del año pasado, que en conjunto significaron un retroceso de 1.7%, la actividad mensual se vio beneficiada por las Industrias Manufactureras, y, sobre todo, por la Construcción. A tasa anual avanzó 1.9%, donde la Construcción repuntó a un ritmo de 17.9%.
La actividad industrial de México se vio beneficiada en enero por el desempeño de las Industrias Manufactureras y la Construcción, sus dos componentes de más peso. A tasa mensual y con cifras ajustadas por estacionalidad aumentó 0.4%; mientras que las manufacturas subieron 0.2%, la Construcción lo hizo a un ritmo de 2.2%, en un solo mes, impulsada por la edificación.
Los otros dos componentes de la producción industrial, los Servicios Públicos (generación, transmisión, distribución y comercialización de energía eléctrica, suministro de agua y de gas natural por ductos al consumidor final) y la Minería, por el contrario, mostraron tasas negativas. En el primer caso, fue de 0.8%, mientras que la Minería, que fue el único componente de los 4 que mostró avances en diciembre, cayó 0.4%.
De acuerdo con información del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), si la medición se realiza de forma anual, o frente a enero de hace un año, la producción industrial avanzó 1.9% con cifras desestacionalizadas, en términos reales.
Por sector de actividad económica, la Construcción creció a un ritmo de 17.9% anual, mientras los Servicios Públicos colocaron en un lejano segundo lugar, con apenas 0.5%. Las Industrias Manufactureras y la Minería, sin embargo, mostraron caídas anuales de 1.4% y 1.8%, respectivamente.
Crecimiento acotado
Si se toman en cuenta cifras originales, expresadas sin el efecto calendario y las que usan los analistas en sus proyecciones, la producción industrial de México superó en enero la expectativa de mercado, colocando un progreso de 2.9%, frente a la tasa esperada de 2.2%.
Analistas coincidieron que en, a corto plazo, la resiliencia en el consumo privado y en la inversión fija bruta seguirían dando aliento a la producción industrial; no ocurrirá lo mismo en el caso de las actividades vinculadas con el sector exportador, es decir, las manufacturas, debido a la ralentización de la economía de EUA, a donde el país envía cerca del 83% de sus exportaciones generales.
“El resultado de hoy sienta las bases para ver un avance del sector en el 1T24 (primer trimestre de 2024)” mencionó Juan Carlos Alderete, director ejecutivo de análisis económico en Grupo Financiero Banorte, haciendo hincapié en la debilidad mostrada por el sector a finales del año pasado, en línea con la actividad económica general, y la recuperación mostrada hace dos meses.
Alejandro Saldaña, del banco Bx+, anticipó por su parte que el arranque de 2024 se caracterizará por un menor ritmo de crecimiento del mercado interno, mientras que las exportaciones seguirán mostrando “atonía”, sugiriendo una desaceleración de la producción industrial.
Las cifras originales del INEGI arrojaron que dentro del componente de la Construcción, tanto la edificación como los trabajos especializados para la construcción crecieron a tasas anuales de 11.3% y 11.5%, respectivamente. Pero fue el renglón de “construcción de obras de ingeniería civil”, propulsado por la terminación acelerada de los proyectos insigne de la actual Administración, que se renovará con la elección presidencial del 2 de junio, la que escaló a un ritmo de 53.4%.
En las Industrias Manufactureras, los retrocesos más pronunciados correspondieron a la actividad de “curtido y acabado de cuero y piel, y fabricación de productos de cuero, piel y materiales sucedáneos”, con caídas de 12.8% anual. Le siguieron la industria de la madera y la del papel, con tasas negativas de 8% y 6.8%, en cada caso.
Por el contrario, la fabricación de productos derivados del petróleo y del carbón repuntó en 11.9% y la industria química en 3.1%. Sin embargo, 11 de los 21 renglones que conforman las manufacturas mostraron tasas negativas.
Grupo Financiero Base destacó en un escrito que estima que la actividad industrial crezca alrededor del 3% durante este año, por arriba del estimado del PIB de 2.4%, aunque hay varios factores de riesgo a tomar en cuenta; en primer lugar, la desaceleración económica global derivada de las políticas monetarias restrictivas de los bancos centrales.
También prevé impactos por la incertidumbre de las elecciones presidenciales en México y en Estados Unidos del 2 de junio y 5 de noviembre, respectivamente y “la posibilidad de que no se materialice el gasto presupuestado para obras públicas”.