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Las diferencias en las condiciones de inserción en el mercado laboral y la política fiscal tienen efectos directos sobre el nivel de ingresos que perciben las mujeres. Enfrentar el desafío requiere de una política tributaria con un rol transformador, que contribuya a su autonomía económica.
El informe Tributación feminista: los casos de Argentina y México de la organización Fundar con datos abiertos del SAT llevó a conclusiones interesantes:
-Las diferencias en las condiciones de inserción en el mercado laboral tienen efectos directos sobre el nivel de ingresos que perciben las mujeres.
-Además de emplearse en mayor proporción en el sector informal, éstas tienden a concentrarse en actividades feminizadas (Coneval, 2018), y su acceso a puestos directivos se ve limitado.
-En el mismo sentido, al contar con menor disponibilidad de tiempo, se ven orilladas a buscar empleos de tiempo parcial. Todos estos factores se relacionan con una retribución económica menor.
-Prueba de lo anterior es que, en México, la brecha salarial se ha mantenido en perjuicio de las mujeres, donde por cada 100 pesos en promedio que gana un hombre, una mujer obtiene 85 (IMCO, 2023).
-Las brechas de ingreso también provocan una desigual distribución de la riqueza por sexo.
El grado de concentración de la riqueza en nuestro país ha alcanzado niveles inaceptables: de acuerdo con estimaciones de la World Inequality Database (WID), el 48% de la riqueza del país es acaparada por el 1% más rico. Y aunque los datos no permiten conocer la desagregación exacta por sexo, fuentes de información complementaria, como las listas de riqueza, permiten saber que ese segmento de la población está integrado en su mayoría por hombres.
-La investigación señala que gravar la totalidad de los activos de las personas ultrarricas, con tasas progresivas, modernizaría el sistema de tributación a la propiedad en México.
Sin embargo, incluso mediante tasas uniformes, el impuesto a la riqueza generaría una gran cantidad de recursos para el Estado mexicano.
“De acuerdo con nuestras estimaciones iniciales, si las 35 personas mexicanas que en 2021 poseían una riqueza superior a 10, 746 millones de pesos hubieran pagado una tasa del 3.5%, podrían haberse recaudado cerca de 99, 000 millones de pesos (0.4% del PIB)”.
-La pobreza, por su parte, tiene rostro de mujer: en 2020, por cada 100 hombres que vivían en hogares pobres, había 109 mujeres en la misma situación. En ese mismo año, mientras que el 29.4% de las mujeres mayores de 15 años no tenían ingresos propios, el 7.8% de los hombres carecieron de éstos.
-Para enfrentar el panorama de desigualdad, la política tributaria debe jugar un rol transformador.
Si se implementa desde una perspectiva feminista y de justicia de género, la política tributaria tiene el potencial de reducir las enormes brechas económicas, proveer al Estado de recursos suficientes para financiar programas y servicios sensibles al género que contribuyan a redistribuir la carga de cuidados; ampliar el acceso a derechos sociales -independientemente del estatus laboral de cada mujer. En conjunto, contribuir a la autonomía económica de las mujeres.