¿Qué representa vestir la franela de Diablos o Sultanes?

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En el debut de la Liga Mexicana de Softbol, dos peloteras explican lo que representa jugar para dos de las escuadras con más historia y tradición.

Como todavía le sucede a muchas niñas que practican esta clase de deportes, Stefanía Aradillas debió iniciarse en el béisbol jugando con niños en ligas de varones.

Su acercamiento al béisbol había sido como el de miles de aficionados en todo el país: con un padre que llevaba a sus hijos al parque de pelota, les explicaba las reglas y les enseñaba a valorar a las grandes figuras del diamante.

Así asistió al desaparecido Parque del Seguro Social, al Foro Sol y ahora al Estadio Alfredo Harp Helú. Donde jugaran los Diablos Rojos del México, ella estaba presente.

Su herman mayor fue inscrito para jugar béisbol y ella acompañaba a la familia a los partidos.

Pero Stefanía quería ir más allá… ella quería jugar.

Empezó jugando con esos niños y, a los diez años de edad hizo la transición para practicar Sóftbol. Con el tiempo fue construyendo una sólida carrera que la llevó a representar a México en campeonatos mundiales e incluso en Juegos Olímpicos.

Ahora, con 29 años de edad y el número 23 en la espalda, la jardinera es una de las 120 peloteras que participará en la primera temporada de la Liga Mexicana de Sóftbol que hoy inicia operaciones.

“Desde niña sé lo que representan los Diablos Rojos y ahora he tenido la oportunidad de conocer mas a fondo la historia y la tradición de este gran equipo, desde los altos directivos”, explica.

Precisamente sobre el propietario del equipo, el empresario Alfredo Harp Helú, detalla que han sido él y su familia quienes “nos han empapado de esta bonita historia de éxitos, de este legado, y sí se me eriza la piel ser parte de esto”.

¿Qué representa ahora portar la franela de los Disblos Rojos y defender ese escudo y sus colores?

Es justo eso, integrarte a una familia. Personas que nos han hecho sentir que tenemos todo el respaldo, tenemos todo su apoyo; tenemos todo lo que un jugador necesita: que las grandes cabezas crean en ti y don Alfredo nos ha hecho sentir eso.

Y en esta primera temporada de la Liga Mexicanas de Sóftbol, Stefanía lanza una advertencia a los otro cinco equipos del circuito:

“Diablos es un equipo de gente exitosa, gente triunfadora y con ambición de ganar. Nosotros vamos a pelear por el campeonato y nosotros queremos que ese primer trofeo esté en el Museo de Diablos Rojos”.

“A MÍ TIRENME MÁS DESPACIO”

El inicio de Yaninia Treviño fue un poco más radical.

Con solo ocho años —sí, ocho años— se ponía a jugar con el equipo de la Universidad Autónoma de Nuevo León, los Tigres. Solo les hacía una petición:

“A mí tírenme más despacio”.

Su madre era la manager del equipo así que, lejos de protegerla, la animaba a participar y echarle ganas, aunque jugara con chicas al menos diez años mayores.

“En ese tiempo no existían las caretas así que mi mamá me decía: si quieres estar ahí, no te puedes quitar; tienes que ser fuerte”, recuerda.

Más adelante, con diez años de edad, participó en un torneo sub-12 y ahí fue donde surgió el amor por este deporte.

Ahora Yanina es una de las lanzadoras de Sultanes de Monterrey Femenil, en la Liga Mexicana de Sóftbol.

Monterrey tiene una particularidad. Es una ciudad dividida donde la mitad de la población es de Tigres y la otra mitad es de Rayados… pero todos son de Sultanes.

“Yo sé que es una institución muy grande y no puedo explicar todo lo que nos apoya Sultanes; la alimentación, en trato, la difusión. El Sóftbol había sonado a partir de los pasados Juegos Olímpicos pero no con esta magnitud”, expone.

“Entonces —continúa— es algo muy emocionante, estoy muy feliz de estar en Sultanes que es una de las mejores franquicias”.

Esta primer temporada, no obstante, tiene una complejidad: el Draft de jugadores se llevó al cabo apenas el pasado 7 de diciembre, así que hubo unas pocas semanas para que los planteles se conocieran.

— ¿Para qué está Sultanes Femenil en esta primera temporada?

— Sultanes inició una semana antes, así que eso nos ayudo a poder sentirnos más arropadas unas con las otras. Ya conocíamos a algunas jugadoras y puedo ser más fácil para nosotras unirnos dentro y fuera del campo.

“Lo que todas queremos es un campeonato, estamos seguras de que vamos a luchar por ello y vamos a poner todas nuestras ganas”.