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El presidente ejecutivo de Boeing, Dave Calhoun, dijo el miércoles que el fabricante sólo apoyará la operación de sus aviones si confía “al 100%” en su seguridad.
Esto, después de que la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos (FAA) inmovilizó la mayoría de los aviones para someterlos a revisiones después de que una puerta de salida sellada se desprendiera en pleno vuelo de un avión de Alaska Airlines el 5 de enero, forzando un aterrizaje de emergencia.
Calhoun añadió que Boeing entiende a la perfección “la gravedad de la situación” y prometió ser lo más transparente posible al hablar del incidente de Alaska Airlines.
Agregó que llevará a cabo una “parada de calidad” el jueves en la ubicación del área de Seattle donde fabrica los aviones 737 MAX, pausando las operaciones de producción y entrega durante un día.
Por otra parte, el administrador de la FAA, Mike Whitaker, dijo que la agencia está “pasando por un proceso para restaurar la confianza en la integridad de estas puertas selladas”.