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La calificación está limitada por débiles indicadores de Gobernanza, desempeños históricos de crecimiento moderados y ahora riesgos fiscales relacionados con el acentuado déficit presupuestario de 2024, lo que incluye el gasto relacionado con las elecciones presidenciales. Los pasivos contingentes de Pemex también son una carga.
La calificadora internacional Fitch Ratings dijo el jueves que afirmó la calificación de incumplimiento de emisor (IDR) de largo plazo en moneda extranjera de México, la nota Soberana del país, en “BBB-“, a sólo un escalón del grado de inversión que mantiene desde el 2020.
La perspectiva de la calificación sostuvo el estatus de Estable, lo que significa que no habrá cambios en los grados durante los próximos 12 a 18 meses.
En su argumentación, Fitch dijo que la calificación de México está respaldada por un marco de política macroeconómica prudente y finanzas externas estables y sólidas.
La deuda gubernamental con el relación al PIB que se proyecta, al filo del 48%, se mantendrá por debajo de la mediana “BBB”.
“La calificación está limitada por débiles indicadores de gobernanza, un historial de desempeño moderado de crecimiento a largo plazo y riesgos fiscales relacionados con crecientes rigideces presupuestarias y pasivos contingentes de Pemex”, apuntó la agencia de riesgos crediticios en un comunicado fechado en Nueva York, sede de su casa matriz.
Fitch anticipa con una aproximación utilizada para fines comparativos un déficit para el Gobierno General, que incluye al Gobierno Federal y la Seguridad Social, equivalente a un 3.5% del PIB a cierre del 2023, desde el 3.2% que alcanzó al término del 2022.
La agencia aseguró que el deterioro fiscal hasta 2023 llevó al Gobierno a aplazar el gasto hasta el próximo año.
“Los ingresos del Gobierno enfrentaron una presión a la baja en 2023 debido a los menores ingresos relacionados con el petróleo, mientras que los ingresos tributarios continúan demostrando resistencia, beneficiados por el restablecimiento gradual del impuesto a la gasolina y fuertes impuestos sobre la renta”, apuntó con relación a la política recaudatoria que se aplica en México, especialmente sobre el ISR.
Las presiones que se ejercerán sobre el gasto público programado para 2024, que se traduce en un 4.9% del PIB, no visto en más de tres décadas, provienen principalmente del aumento de los costos de endeudamiento interno, dadas las altas tasas de interés, pero también del aumento del gasto de capital del Gobierno “relacionado principalmente con los proyectos de infraestructura pública en el sur de México”.
Elecciones 2024
México realizará elecciones generales el 2 de junio del próximo año, lo que implicará renovar la presidencia de la República, ambas cámaras del Congreso y nueve gobiernos estatales.
Fitch asevera que si bien es todavía temprano determinar las preferencias del ciclo electoral, las encuestas han mostrado una clara ventaja de la candidata del partido en el poder, Claudia Sheinbaum.
Indica que la candidata de la coalición opositora Fuerza y Corazón por México, Xochitl Gálvez, se benefició de un fuerte respaldo inicial al momento del anuncio de su candidatura, “ahora está luchando por mantener el impulso y superar el apoyo popular de Sheinbaum”.
Fitch afirma que no anticipa disturbios importantes durante el ciclo electoral que puedan afectar negativamente las perspectivas del crecimiento de México para el próximo año.
La calificadora internacional estima un crecimiento del PIB en términos reales para México de 3.4% en 2023, mientras que el próximo año desacelerará a 2.4%.
Si bien prevé cambios de política limitados si MORENA gana las elecciones presidenciales, todavía hay “una visibilidad limitada de la agenda política real”, advierte.
“Fitch espera que MORENA conserve una mayoría simple tanto en la Cámara Alta como en la Cámara Baja, aunque no una supermayoría”, resalta.
Este panorama podría respaldar la capacidad de Sheinbaum para ejecutar su agenda política, estima. Sin embargo, en caso de que la Oposición gane la presidencia de la República, esta correlación de fuerzas “provocaría un estancamiento”.
La agencia anticipa también que los candidatos para las elecciones de 2024 tendrán menos margen de respaldo popular del que tuvo el presidente Andrés Manuel López Obrador cuando ganó las elecciones, y que probablemente enfrentarán “desafíos más pronunciados para aprobar reformas políticamente difíciles”.
Esto incluye una reforma fiscal para aumentar los ingresos del gobierno y/o ejecutar una reducción sustancial del gasto público para mejorar significativamente el equilibrio fiscal. Fitch no menciona la necesidad de ampliar la base recaudatoria.
Se aleja México de parámetros
Fitch anticipó un aumento del déficit fiscal general de un 5% del PIB para el próximo año, en línea con el objetivo del Sector Público no Financiero, de un 4.9% del PIB.
Esto traerá en consecuencia un alza en el déficit de México “muy por encima” del pronóstico mediano de la calificación “BBB”, de 2.8%.
“El déficit presupuestario mucho mayor se debe a la debilidad de los ingresos petroleros, el aumento de los costos de endeudamiento impulsados por el período prolongado de altas tasas de interés, el aplazamiento del gasto corriente y de capital a partir de 2023 y el aumento de las transferencias sociales, particularmente a la población de edad avanzada”.
La calificadora internacional anticipa que el gasto relacionado con las elecciones también aumentará el mayor déficit fiscal el próximo año.
Pronostica que el déficit más amplio contribuirá a un aumento de la deuda del gobierno general en relación con el PIB hasta niveles de 47.7% el próximo año, contra el 44.9% que alcanzaría este año.
Además, habría un aumento constante en el mediano plazo. Sin embargo, la agencia espera que este indicador se mantenga por debajo de la mediana “BBB”, actualmente de 56%, en el horizonte del pronóstico.