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En el contexto de tasas de interés más altas, sin medidas efectivas de política fiscal para reducir el gasto público o aumentar los ingresos, Moody’s espera que los déficits fiscales de la primera economía mundial sigan fuertes, debilitando de manera significativa su deuda
Moody’s Investors Service cambió el fin de semana la perspectiva de la calificación crediticia de Estados Unidos de estable a negativa, citando riesgos para la fortaleza fiscal del país.
El evaluador de calificación bajó la perspectiva desde estable, aun cuando afirmó la calificación de la nación en Aaa, el nivel más alto del grado.
“Los riesgos a la baja para la fortaleza fiscal de Estados Unidos han aumentado y es posible que ya no sean totalmente compensados ??por las fortalezas crediticias únicas del soberano”, escribió en un comunicado William Foster, alto funcionario de crédito de Moody’s.
“En el contexto de tasas de interés más altas, sin medidas efectivas de política fiscal para reducir el gasto público o aumentar los ingresos, Moody’s espera que los déficits fiscales de Estados Unidos sigan siendomuy grandes, debilitando significativamente la asequibilidad de la deuda”.
Moody’s, que es el único calificador crediticio importante que aún asigna a Estados Unidos una calificación máxima, dijo que la afirmación Aaa refleja que las formidables fortalezas crediticias de Estados Unidos aún preservan su perfil crediticio.
Información de la agencia Bloomberg indicó que en un comunicado, la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, dijo que el cambio de perspectiva era una “consecuencia del extremismo y la disfunción republicana del Congreso”.
Ruido político
Mientras, el subsecretario del Tesoro, Wally Adeyemo, rechazó el cambio de perspectiva y dijo que “la economía estadounidense sigue siendo fuerte y los títulos del Tesoro son el principal activo seguro y líquido del mundo”.
Moody’s había insinuado anteriormente una posible rebaja, diciendo en un informe del 25 de septiembre que si bien “los pagos del servicio de la deuda no se verían afectados y sería poco probable que un cierre de corta duración perturbara la economía, subrayaría la debilidad de las instituciones y la gobernanza de Estados Unidos, fortaleza en relación con otros soberanos con calificación Aaa”.
Fitch Ratings tiene la calificación soberana de Estados Unidos en una puntuación de AA+, un escalón por debajo de su marca más alta, después de que el evaluador de crédito rebajara la calificación del gobierno estadounidense en agosto pasado tras la última batalla por el techo de deuda.
S&P Global Ratings le otorga una calificación de AA+, también justo por debajo de su calificación máxima, después de haber despojado a Estados Unidos de su calificación máxima en 2011, inmediatamente después de una crisis anterior del techo de deuda.
Los futuros de los bonos del Tesoro a diez años cayeron después del anuncio el viernes por la tarde, alcanzando nuevos mínimos de sesión.
Mientras tanto, el rendimiento de los bonos del Tesoro estadounidense a 10 años volvió a aumentar hasta el 4.65% y cerró la sesión igualando los máximos alcanzados en la sesión asiática.
Los planes crediticios del gobierno han estado en particular atención después de que el Tesoro anunciara la semana pasada que tomaría prestados 112,000 millones de dólares en reembolsos trimestrales y dijera que espera un paso más en la emisión trimestral de deuda a más largo plazo.
Estados Unidos también enfrenta un cierre del gobierno el 18 de noviembre si el Congreso no llega a un acuerdo para aprobar proyectos de ley de gasto a corto plazo.
Estas perturbaciones económicas llegarían en un momento difícil para los inversores, que ya tienen que lidiar con una combinación tóxica de grandes déficits fiscales estadounidenses e inflación persistente.
“La continua polarización política dentro del Congreso de Estados Unidos aumenta el riesgo de que los sucesivos gobiernos no puedan llegar a un consenso sobre un plan fiscal para frenar la disminución de la asequibilidad de la deuda”, según Moody’s.