La convergencia electoral en América en 2024

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Por Víctor Vega/OCA Reputación

2024 presenta un escenario político inédito para las Américas: la convergencia de elecciones presidenciales y legislativas, con las que se renovarán o refrendarán las autoridades políticas de México, Estados Unidos, El Salvador, Panamá, Venezuela, Uruguay y República Dominicana.

Los procesos electorales en puerta transcurrirán en medio de un complejo panorama detonado por múltiples factores locales, regionales y globales. Algunos de los temas más sensibles están relacionados con la debilidad económica y la volatilidad inflacionaria internacional, además de la crisis migratoria, la seguridad y el narcotráfico. En el tablero político-social se observan riesgos como la hiperpolarización tóxica, la contaminación informativa, la amenaza de radicalización de posturas ideológicas de izquierda y derecha, y el encumbramiento de regímenes autoritarios.

México: duelo femenino

El domingo 2 de junio de 2024 estará en juego en México la elección de más de 20 mil cargos públicos, iniciando por la Presidencia de la República, la renovación de la Cámara de Diputados, el Senado, nueve gubernaturas y la composición de 31 congresos estatales. Dos mujeres son las punteras en la carrera presidencial: Claudia Sheinbaum, candidata del bloque oficialista, integrado por Morena, PT y el PVEM, y Xóchitl Gálvez, abanderada del Frente Amplio por México, conformado por el PAN, PRI y PRD. El partido Movimiento Ciudadano, que se autodenomina la ‘tercera vía’, avanza con calma y no ha definido candidato. Más bien parece contemplar tres escenarios: 1) competir en solitario con el gobernador de Nuevo León, Samuel García, como candidato; 2) abrir las puertas a Marcelo Ebrard; o 3) sumarse a la alianza opositora del Frente Amplio. Las condiciones del país parecen favorecer la continuidad del proyecto transformador del presidente Lopez Obrador. Por primera vez en la historia, México tendría una Presidenta.

Estados Unidos: la hiperpolarización

Los votantes estadounidenses saldrán a las urnas el 5 de noviembre de 2024 para elegir a su Presidente. Actualmente en el tablero político hay 16 candidatos en la contienda, 12 republicanos, dos demócratas y dos independientes. En el bando demócrata, el presidente Joe Biden buscará un segundo mandato, aunque también disputa la candidatura la escritora y activista Marianne Williamson. El polémico ex presidente Donald Trump, actualmente envuelto en una disputa por la que enfrenta varios cargos federales, encabeza las aspiraciones del Partido Republicano, pero también compiten otros perfiles polémicos como el empresario Vivek Ramaswamy, el gobernador de Florida, Ron de Santis, y el ex vicepresidente Mike Pence. La característica en común de la mayoría de los republicanos es su agenda radical, con agresivos discursos antiinmigrantes y antimexicanos, y propuestas que van desde continuar con la construcción del muro fronterizo hasta el envío de tropas a territorio mexicano para combatir a los cárteles de la droga. El gran reto en Estados Unidos es la hiperpolarización de la sociedad que llega a niveles tóxicos y violentos y que es alimentada por aspirantes con perfiles incendiarios. Por otro lado, están cobrando fuerza los movimientos radicales de izquierda y la ‘cultura woke’ que recurre a la cancelación o ‘boicot social’ de personas u organizaciones que actúen de manera contraria a sus creencias y que perciben como actitudes misóginas, homofóbicas, racistas o antiderechos.

Superciclo electoral latinoamericano: ¿un giro a la derecha?

En 2024 concluye lo que Daniel Zovatto, director regional del programa latinoamericano del Wilson Center, ha denominado como el ‘superciclo electoral’, concepto con el que describe el conjunto de elecciones, iniciado en 2021, para la renovación de 17 mandatos presidenciales en Latinoamérica. Los procesos electorales ocurren en un ambiente de reactivación económica post- pandemia, alta inflación, tensiones sociales y erosión de la democracia. Se observa una nueva configuración política en la que se refleja el voto de castigo a los oficialismos, mayor alternancia, ciclos políticos más cortos y la creciente amenaza del populismo, tanto de izquierda como de derecha.

El próximo 22 de octubre se pondrá a prueba el proyecto de Javier Milei en las elecciones presidenciales de Argentina. La ideología libertaria de Milei ha sido ubicada en el espectro de la derecha política por su respaldo al libre mercado, la defensa de la propiedad privada y una compactación de la administración pública, aunque algunas de las posturas del candidato argentino se enmarcan mejor en la izquierda, como la defensa de la libertad individual, en especial en lo relacionado con temas sexuales o de consumo de drogas, y el pacifismo.

En Uruguay, uno de los países con más estabilidad y crecimiento económico de la región, de acuerdo con el Banco Mundial, la izquierda buscará recuperar el poder, aunque recientemente destaca un efecto de contagio de la ideología libertaria del argentino Milei.

En febrero de 2024, el presidente Nayib Bukele buscará un segundo mandato de cuatro años. Bukele goza de una aprobación ciudadana del 93%, la más alta en la región, en gran medida por su efectividad para reducir drásticamente la tasa de criminalidad en su país, basada en un régimen de excepción para combatir a las ‘maras’ o pandillas que, según organismos como Amnistía Internacional, viola sistemáticamente los derechos humanos.

En Venezuela, una oposición debilitada y fragmentada, en la que destaca María Corina Machado, tendrá que enfrentar a la fuerza del chavismo que ha mantenido a Nicolás Maduro 10 años en el poder.

Tiempo de radicales

A lo largo y ancho del continente, están tomando protagonismo las figuras de personajes altamente disruptivos, una característica que los vuelve carismáticos pero a la vez, polarizantes. Su extravagancia los define como en el caso de Donald Trump, quien se considera el único capaz de salvar al mundo de una tercera guerra mundial. En el otro extremo del hemisferio está el argentino Javier Milei, economista, empresario ‘rockero’ y ‘anarco-capitalista’, cuyas proclamas como ‘sacar a patadas por el culo a los políticos’, ‘quemar el Banco Central para acabar con la inflación’, están cautivando a una sociedad hastiada de las crisis económicas y políticas. Nayib Bukele también rompe el molde. A sus 42 años, asumió la presidencia a los 37, es definido como el ‘millennial’ que militarizó el país para acabar con las pandillas, además de impulsar otras iniciativas polémicas como la adopción del bitcoin como divisa oficial o la de eliminar todos los impuestos para las empresas de tecnología que operen en su territorio. Bukele también conecta con la gente gracias a su estilo de vestir que incluye desde trajes elegantemente combinados, estilos casuales con gorra y tenis o atuendos deportivos que elige dependiendo la ocasión.

 

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