Sin el permiso de Mariana ¿y del Congreso?

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Piensa mal y acertarás

Por Fernando Martin

Ya en vísperas del inicio de las precampañas electorales bajo los tiempos oficiales del INE, han sido días de diversos destapes para las diversas precandidaturas (o candidaturas) en juego para el 2024, siendo pocas las que podrían estar en negociación a estas alturas dado que la mayoría podrían estar ya asignadas a los diversos actores en el tablero político. A pesar del intenso movimiento de los demás partidos, dentro de Movimiento Ciudadano aún persiste el suspenso respecto quienes encabezarán algunas de sus candidaturas como la presidencial por la vía naranja. Hasta el momento MC ha justificado que aún no son tiempos electorales, resultando en una estrategia diferenciadora de los demás institutos políticos y ganándose la simpatía de todo aquel ciudadano que se molesta al ver cómo diversos actores políticos y/o funcionarios públicos están más preocupados en hacer política que en trabajar y cumplir con sus obligaciones.

“¡Pónganse a jalar!” fueron las palabras del gobernador de Nuevo León, Samuel García, cuando opinó sobre el tema de adelantar los procesos internos dentro de los partidos, mismo personaje que ha mostrado su deseo de contender por la candidatura de Movimiento Ciudadano a la presidencia. La buena relación con el gobierno federal y un trabajo que lo ha mantenido en los reflectores han resultado, a últimas fechas, en una carta de presentación para sus aspiraciones presidenciales, aunado a la declinación de varios de sus compañeros de partido a contender por la candidatura como Luis Donaldo Colosio, alcalde de Monterrey, y Enrique Alfaro, gobernador de Jalisco. Pero el no tener una competencia abierta y significativa de forma interna no se puede interpretar como una designación automática pues existe un obstáculo que debe superar: el Congreso de Nuevo León.

Si bien es cierto que Samuel García y diversos de sus familiares obtuvieron la protección de la justicia mediante un amparo contra cualquier posible detención, así como para tener acceso a carpeta de investigación alguna, diversas personas podrían concluir que se está protegiendo de la persecución política ante una posible candidatura presidencial, tal como lo abordó Javier Navarro, secretario general de gobierno de Nuevo León. El recurso ante los tribunales sólo es una consecuencia del conflicto político en dicha entidad federativa, mismo que escalará al Congreso local y del que posiblemente el gobernador no saldrá victorioso sin el beneplácito de la oposición.

El gobernador de Nuevo León se ha expresado en diversas ocasiones que aún no consigue el permiso de su esposa, Mariana Rodríguez, para formalizar su aspiración por la silla del águila, pero el permiso que realmente deberá importar es la licencia que requiere por parte del Congreso del Estado de Nuevo León para ausentarse y ser precandidato y/o candidato. El problema estriba en que Movimiento Ciudadano no cuenta con la votación mínima necesaria para conceder la licencia, aun votando en alianza con legisladores locales de MORENA o del Partido Verde Ecologista. En términos aritméticos, el Congreso local está compuesto por 14 diputados del PAN, 14 del PRI, 11 de Movimiento Ciudadano, 2 de MORENA y 1 del PVEM, sumando 42 legisladores locales de los cuales 28 pertenecen a partidos del Frente Amplio por México (66% de los congresistas aproximadamente) por lo que MC no alcanzaría, por sí misma, la mayoría necesaria para conceder la licencia a Samuel García.

La oposición por parte de los partidos del Frente Amplio a la solicitud de Samuel García es probable, y más cuando diversos alcaldes emanados del PRI y el PAN han llamado públicamente “dictador” al gobernador de Nuevo León. Pero ¿meter el pie a las aspiraciones presidenciales de Samuel García es lo correcto? Es clara la intención de Movimiento Ciudadano de ir solo en la carrera presidencial, ya sea por estrategia, por interés de su dirigencia, por dividir a la oposición o por algún otro supuesto planteado por analistas, por lo que la dirigencia del Frente Amplio por México debería valorar qué candidatura naranja haría menos daño o sería menos divisivo para su votación esperada, pues darle vía libre a Samuel García en sus aspiraciones presidenciales complicaría más la decisión de la dirigencia emecista sobre su candidato (y más si consideran a Marcelo Ebrard como posible candidato naranja). En otras palabras, una campaña donde se enfrente Claudia Sheinbaum, Xóchitl Gálvez y Samuel García podría resultar menos divisivo para la oposición que una campaña entre la exjefa de gobierno de la CDMX, la senadora y el excanciller.

Pero el camino va tomando forma poco a poco, y una escalada del conflicto entre Marcelo Ebrard y MORENA en los tribunales, o el registro del excanciller como precandidato de MORENA (ahora sí en tiempos oficiales aun cuando no resulte nuevamente ungido), alimenta la idea de que Marcelo Ebrard está ganando tiempo, mismo que utilizará para legitimar una posible ruptura (ahora sí oficial) con MORENA para buscar la candidatura por Movimiento Ciudadano, pues en política suele decirse que no existen las coincidencias y la declaración de Dante Delgado que la designación del candidato presidencial de MC se dará a conocer en enero del 2024 resulta un tanque de oxígeno para las aspiraciones presidenciales del excanciller. La moneda sigue en el aire.