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Además de los compromisos en salud o educación, habrá que subsidiar las pérdidas que tendrán el AIFA, Dos Bocas y el Tren Maya, alerta el CEESP.
El próximo gobierno heredará finanzas públicas “con riesgos de insostenibilidad, sin márgenes de maniobra y con fragilidades” ya que, además de los compromisos en salud y educación habrá que subsidiar las pérdidas que tendrán el AIFA, Dos Bocas y el Tren Maya.
Por ello, es “inminente” una reforma fiscal que proporcione recursos suficientes, consideró el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP).
En su análisis económico semanal, el CEESP aseguró que “el próximo gobierno recibirá unas finanzas públicas sujetas a diversos riesgos de insostenibilidad, sin márgenes de maniobra (sin recursos precautorios) y fragilidades por parte de los ingresos públicos, así como un elevado déficit fiscal y fuertes compromisos y necesidades de gasto público en los tres órdenes de gobierno”.
El CEESP recordó que, para los próximos años, las presiones al gasto público se concentrarán en rubros como recuperar la cobertura de salud para 30.3 millones de mexicanos que la perdieron en esta administración, además de resolver los rezagos educativos que dejó la pandemia.
“Todo eso deja fuertes compromisos hacia adelante. Adicionalmente, habrá que subsidiar las pérdidas económicas que muy probablemente tendrán los proyectos del aeropuerto Felipe Ángeles, la refinería de Dos Bocas y el Tren Maya”, alertó el CEESP.
“Ante panoramas como este o similares —agregó— y sosteniendo que la carga tributaria en México, la recaudación de impuestos, es demasiado reducida, diversos observadores y analistas sostienen que la necesidad de una reforma fiscal es inminente, entendiendo por ello formas de aumentar impuestos”.
De acuerdo con el CEESP, dicha reforma fiscal debe, de entrada, “evitar el aumento de impuestos y más bien antes hacer lo necesario para ampliar la base gravable”.
La reforma también debe “asegurar la tributación de quienes tradicionalmente han evadido o eludido los impuestos sobre la renta, en especial, proveedores de servicios —profesionales y otros—, y arrendadores de inmuebles, entre ellos, además de combatir de raíz la ilegalidad”.
También se requiere “buscar mayor eficiencia en la recaudación del IVA, con tecnologías para la comprobación y ordenamiento de las devoluciones, combatiendo la simulación y agilizando las legítimas, así como evaluar formas alternativas que pudieran ser más eficientes para su cobro”.
En opinión del CEESP, la próxima reforma fiscal también debería “reducir el uso de efectivo en la economía, ya que facilita la evasión. En un mes normal, el efectivo en circulación supera los 20,000 pesos por persona, cifra exorbitante a todas luces. Se podría limitar su uso para transacciones por arriba de ciertos montos a cambio de medios electrónicos o cheques nominativos”.
Y, finalmente, el CEESP se pronunció por fortalecer el impuesto predial, como una forma de apoyar las finanzas públicas a nivel estatal y municipal.