Política fiscal laxa contemplada por México podría cambiar Perspectiva: UBS

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El banco de inversión señala que esta postura podría “provocar”cambios en la Perspectiva del país en términos de riesgos crediticios, hoy en “Estable” por parte de las tres principales calificadoras mundiales

UBS aseveró en un informe divulgado el jueves que el presupuesto previsto por el Gobierno para el próximo año tendría repercusiones desfavorables en la Perspectiva crediticia de México al incluir una política fiscal laxa.

“Si bien parece improbable una rebaja de la calificación en el futuro inmediato, gracias a niveles de deuda relativamente bajos que ofrecen un amortiguador sustancial, una política fiscal más laxa podría provocar cambios en las perspectivas del país”, sostuvo.

Desde que estalló la crisis derivada de la pandemia del COVID-19, las tres principales agencias de riesgo crediticio a nivel mundial, Fitch, Moody´s y S&P Global, han mantenido una Perspectiva Estable para el país.

Esto significa conservar su perfil crediticio para los próximos 12 a 18 meses, de acuerdo con sus posturas emitidas en este año.

Durante la crisis, cada una de las evaluadoras degradó el Soberano México, que, sin embargo, sostiene hoy el Grado de Inversión.

El Congreso tiene de plazo hasta finales de octubre para aprobar la iniciativa de la Ley de Ingresos de la Federación, mientras que la Cámara Baja tiene hasta el 15 de noviembre para autorizar el proyecto del Presupuesto de Egresos.

“Dada la mayoría con la que goza Morena y sus aliados en ambas cámaras, esperamos el presupuesto se aprobará sin cambios significativos”, anticipó UBS.

Reloj político

De acuerdo con el Paquete Económico propuesto por el Gobierno al Congreso, el gasto público pasará del 25% del PIB previsto para este año a un 26.2% en 2024, donde el grueso de los incrementos se explica por un aumento en los subsidios.

Si se suma con el gasto hacia programas sociales, esta erogación en particular pasará de representar el 2.4% del PIB al 2.7%.

Lo anterior “refleja la realidad política de un año electoral, desde nuestro punto de vista”, mencionaron la directora de estrategias de inversión de UBS México, Gabriela Soni, junto con el director de inversiones de mercados emergentes en las Américas de la entidad, Alejo Czerwonko.

México celebrará sus elecciones presidenciales el 2 de junio de 2024, mientras que el nuevo Gobierno asumirá el poder en octubre de ese año.

¿Bomba de tiempo?

Las pensiones contributivas, aquellas que corresponden al IMSS, ISSSTE, Pemex y CFE, por su parte, de acuerdo con el presupuesto del próximo año, se elevan de 4.2% al 4.4% del PIB.

Los Requerimientos Financieros del Sector Público (RFSP), a su vez, aumentarán del 3.9% del PIB este año, al 5.4% el próximo, el mayor déficit en más de dos décadas.

“Estos cambios no deberían pasarse por alto ya que involucran categorías difíciles para el gasto”, alertaron Soni y Czerwonko.

Se espera que el saldo primario se deteriore hasta alcanzar un déficit de 1.2% del PIB en 2024, a partir de un superávit esperado del 0.1% del PIB al cierre de este año.

“Si el deslizamiento fiscal es puntual, esto no sería una preocupación seria. El riesgo reside que esto signifique el comienzo de una tendencia”, resaltaron los expertos.

El Gobierno estima que el próximo año la relación deuda/PIB aumente 2.3 puntos porcentuales hasta un 48.8%, “un aumento que no es insignificante, pero que todavía se encuentra cómodamente por debajo del 50%”.

Soni y Czerwonko indicaron en su análisis que para mantener la deuda pública sin sobresaltos, los Requerimientos Financieros del Sector Público deberán reducirse del 5.4% del PIB en 2024 al 2.6% en 2025, tal y como está planeado.

El Gobierno a través de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) dijo que pretende lograr esta reducción mediante un ajuste significativo del gasto público programable, lo que repercute en los programas sociales y el gasto de capital.

Los especialistas apuntaron que esto parece poco probable dada las presiones sobre el gasto público para el Gobierno que viene.

“La Administración entrante probablemente enfrentará dificultades fiscales y desafíos, incluida la necesidad de una Reforma Fiscal y

una solución a largo plazo del lastre fiscal representado por la petrolera estatal Pemex”, resaltaron.

De no tener un plan en esa dirección, “probablemente se produciría una crisis primaria persistente, mayores déficits y una mayor relación deuda/PIB”, alertaron.