Cuerpo, mente y finanzas sanas

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Avisos parroquiales

Por Pbro. Osbaldo Carrazco Sáenz

 Empiezo a escribir este artículo el 15 de septiembre en la mañana, he salido a la calle con atuendo para presumir que soy mexicano, preparándome para dar el grito de Independencia, en España, cosa que a muchos no les hace bastante gracia.

Hoy es un día para pensar en el presente y futuro del país, para reflexionar sobre la realidad aplastante de un México que lucha por ser verdaderamente libre.

Nos hemos independizado de España, pero ahora dependemos aún de Estados Unidos y seguimos esperando un caudillo que venga a salvarnos y a llevar a México a ser potencia mundial (porque según Molotov, algún día fuimos potencia mundial). Mientras seguimos buscando a ese mesías, desilusionándonos en cada intento, al que continuamente encontramos es a Masiosare, el extraño enemigo que sigue destruyendo al país.

En el encuentro que tuvimos en agosto en Chihuahua, Carlos nos decía una cosa que sonaba bastante descabellada, pero que tiene mucho sentido si la pensamos detenidamente. Él hablaba de que impulsar el desarrollo del deporte, ayudaba a hacer crecer la economía de una región. El deporte mueve dinero, da un sentido de pertenencia y de orgullo. Desarrolla la mentalidad de quien lo practica y da oportunidades de trabajo a todo el entorno.

Desde la antigua Grecia, cuna de la cultura occidental, el gimnasio y la palestra eran lugares importantes y los juegos olímpicos eran un lugar de encuentro entre lo religioso y lo político, donde las Ciudades-Estado competían por estatus. Hoy por hoy, el deporte más desarrollado y los mejores atletas, se encuentran en los países más cultos y más fuertes económicamente. Alguien podrá objetar el caso del actual campeón del mundo, pero incluso a Argentina le acomoda mi afirmación, pues sus mejores futbolistas se han desarrollado en ligas de primer mundo.

Y volvemos a que hoy es un día para pensar en México, tratando de hacerlo para sonreír y no para llorar. En cada mundial destaca la afición mexicana, como una de las más fieles y alegres del mundo. El deporte mundial nos debe la creación de la ola (y bueno, nos tuvieron que advertir sobre cierto grito que se había vuelto bastante popular). Es innegable que la liga mx da muchísimo dinero y que, a pesar de su baja calidad, el país siempre se detiene para mirar el clásico. Sin embargo, la Selección mexicana no termina de hacer un papel al menos decente.

Hace unos meses veíamos cómo la selección de básquet y de beis, nos representaban de forma más digna. Está por demás decir que para quienes contribuimos de alguna forma a esta empresa, el tema de la selección de básquet es una herida abierta.

Una de las grandes desilusiones del país ha sido Ana Guevara, que ha hecho un pésimo papel en el apoyo a los deportistas mexicanos, haciéndoles aquello mismo que en su momento ella padeció como atleta olímpica.

¿Cuál es la kriptonita del deporte nacional? ¿Por qué a pesar de ser un negocio rentable y con público fiel, no termina de crecer? Creo que la raíz de este problema, es la misma que encontramos en los problemas más graves que encontramos en la sociedad mexicana en casi cualquier rubro: la corrupción. ¿Por qué hay tanta violencia en el país? ¿Por qué la política mexicana sigue creando más pobreza? ¿Por qué hay tanta impunidad? ¿Por qué hay una mala distribución de servicios básicos? ¿Por qué no terminamos de llegar al quinto partido en el mundial? ¿Por qué tanto talento intelectual y artístico tiene que emigrar para poder desarrollarse? ¿Por qué un venezolano nacionalizado puede ser dueño de equipo, pero no puede ser parte del consejo? ¿Por qué tenemos que conformarnos con una selección mediocre de básquet, si se ha demostrado que podemos destacar? ¿Por qué los faraones de Nuevo Casas Grandes descartan a competidores olímpicos y meten al equipo a jugadores sin tanto potencial? ¿Por qué no podemos “imaginar cosas chingonas”? La lista de preguntas de este tipo es infinita, pero la respuesta de fondo es la misma, la causa de estos y otros males en México es la corrupción.

Pero entendámoslo bien, como tal, la corrupción es un ente de razón, no existe en la realidad. Los que si existen son los corruptos, que están en todas partes y pueden ser: políticos, empresarios, tránsitos, amas de casa, vendedores, … La corrupción se combate en primer lugar no siendo corrupto, no solapando a quien te pide mordida o moches, ayudando al que necesita una oportunidad, trabajando muy duro y viviendo los valores que hacen que los mexicanos seamos queridos en todo el mundo.

Los romanos decían “mente sana en cuerpo sano”, porque el deporte también ayuda a sanear las ideas y la visión del mundo. No grites “¡Viva México!”, si no estás dispuesto a hacer de México un lugar menos corrupto.