Tasas elevadas todavía sin el impacto deseado (pero lo tendrán)

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Bajar la inflación a 3% requiere de una reducción del índice subyacente, el que marca tendencia en el INPC. Esto es, lograr disminuir los precios en mercancías y servicios, lo que se traduce en un menor crecimiento del PIB, y en un menor empleo. El costo es alto, pero necesario.

*Por Víctor Ceja Cruz, economista en jefe de Valmex

El objetivo de una postura monetaria restrictiva, como la que hay actualmente en México, con alzas en las tasas de interés, es debilitar la actividad económica para controlar y disminuir la inflación.

Se estima que el rezago con que opera la restricción monetaria es de uno a dos años.

En octubre de 2022, la postura monetaria se volvió restrictiva conforme a la referencia establecida por el mismo Banco de México: tasa de fondeo menos expectativas de inflación para los próximos doce meses, en un nivel superior a 3.5%.

Hoy esta referencia es sumamente restrictiva, en un nivel cercano a 6.9%.

Otra referencia que el banco central ha sugerido con esta métrica es que no debería de superarse el 7%, situación que ocurrirá si se mantiene la tasa de fondeo en 11.25% en lo que resta de este año.

Este último nivel, en nuestra opinión, es excesivo.

¿De impacto mínimo?

Haciendo un balance de los canales de transmisión de la política monetaria, encontramos que hasta ahora el impacto ha sido mínimo, con excepción evidente de la apreciación cambiaria.

Sin embargo, esperamos esta contundencia en los próximos meses.

Para ser claros: en el último año, la inflación general ha bajado cerca de cuatro puntos porcentuales de 8.8 a 4.8%, pero esta reducción ha sido gracias, y sobre todo, a la caída en los precios de energéticos y agropecuarios, que no responden a la postura monetaria.

Esto es, los resultados del índice no subyacente o que toma en cuenta precios volátiles que no marcan tendencia.

En mucho menor medida ha colocado la reducción de la inflación subyacente, la cual tiene una participación de 75% en el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC).

Dosis amarga

La meta de inflación del 3% requiere de una reducción de la inflación subyacente, disminuir los precios de mercancías y, sobre todo, de servicios, lo cual se logra con un menor crecimiento económico y un menor empleo.

El costo es alto, pero necesario para bajar la inflación.

La economía mexicana creció en promedio 3.6% en la primera mitad de 2023, superando expectativas.

Para todo el año, esperamos que el crecimiento sea cercano a 3% y que para 2024 sea inferior a un 2%.

Esta desaceleración presupone que ya se observará el impacto del alza en tasas de interés, tanto en la economía estadounidense como en la de México.

¿Cuál será el impacto en los canales de transmisión de la postura monetaria?

¿Qué debemos esperar?

La respuesta se dice fácil, pero no lo es: moderar significativamente el financiamiento, en particular el del consumo y las empresas.

Aumentar las tasas de morosidad, sobre todo en tarjetahabientes no totaleros.

Propiciar un dinamismo en la inversión, ante la dificultad para renovar líneas de crédito, dependiendo de la capacidad financiera y el nivel de apalancamiento de cada empresa.

Si bien lo anterior traerá afectaciones, una disminución en las expectativas de inflación, por la desaceleración económica, demostrará la perseverancia de una férrea astringencia monetaria.

Además, es muy probable que el peso se mantenga relativamente fuerte, tanto por un diferencial entre tasas de interés entre México y Estados Unidos, como por los sólidos fundamentos económicos.

Además, sobresalen los altos ingresos por remesas, turismo y nearshoring, un déficit corriente financiado en su totalidad por inversión extranjera directa y estabilidad relativa en finanzas públicas.

La apreciación del peso abarata las importaciones, es decir bajan los precios de los bienes comerciables y de muchos servicios: tarifas aéreas, restaurantes, servicios personales, entre otros.

Este escenario ayudará a bajar la inflación, pero también encarecerá las exportaciones, lo que eventualmente ampliará el déficit comercial, e incidirá en un menor crecimiento económico.

Lecciones

Hacia delante, la restricción monetaria debería de ser más eficiente en sus diferentes canales de transmisión.

Esto no sólo implica a México sino a otros países, especialmente a EEUU, donde, en nuestra opinión, no se debe descartar una recesión, si bien poco profunda y de corto plazo.

La política monetaria sí es efectiva, pero opera con un rezago considerable sobre la actividad económica y la inflación a través de sus diferentes canales de transmisión.

Hay que tener paciencia.

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*Víctor cuenta con más de 35 años de experiencia en el sector económico y bursátil, y de análisis y planeación financiera y económica, planeación estratégica, análisis financiero de empresas, y estudios sectoriales.

Desde hace 29 años forma parte del equipo de la casa de bolsa Valores Mexicanos (VALMEX), del Grupo BAL, donde ha colaborado en la dirección de análisis. Actualmente se desempeña como Economista en jefe, por lo que es responsable del área de Análisis Económico.

El ejecutivo ha ocupado diversas posiciones, entre ellas, la de jefe de la División de Estudios Económicos en el Instituto Mexicano del Petróleo, y Coordinador de Estudios Sectoriales y Financieros en Celanese Mexicana.

También ha sido consultor independiente para la elaboración de proyectos de inversión en Fomento Industrial Somex; Etla, Gobierno del Estado de Oaxaca y Mobil Oil de México.

Víctor tiene en su haber varios premios y menciones honoríficas, entre los que sobresalen: Mejor Estudiante de México 1981; The Robert C Rogers Memorial Award 1982 y Estímulos y Recompensas del Sector Público 1984.

También el primer reconocimiento a Analistas Económicos 2001, organizado por la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) y la Asociación Mexicana de Intermediarios Bursátiles (AMIB).

El ejecutivo es economista egresado de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) y tiene estudios de posgrado en Economía por la Universidad de Colorado en Boulder, Estados Unidos, y la Universidad de Cambridge, Inglaterra.