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El banco de inversión suizo señala que la fortaleza del peso mexicano sigue acaparando la atención, donde ahora hay factores estructurales que lo sostendrían con una volatilidad limitada, a diferencia del pasado
Para el banco de inversión UBS el rendimiento espectacular del peso mexicano en el último año sigue “acaparando la atención”, donde las remesas y un cambio en la tendencia en la inversión podrían ser clave.
Del petróleo a las remesas
Entradas de divisas, en miles de mill. de USD
Fuente: Banxico, UBS, agosto 2023
Nota: Cifra para 2023 sobre base móvil 12 meses
En un análisis fechado el 18 de agosto y distribuido hoy, indica que además de los diferenciales en las tasas de interés o los déficits fiscal y de cuenta corriente manejables, hay un cambio de factores.
México es un importador neto de petróleo desde 2015
Balanza comercial, miles de mill. de USD, 12 meses acumulados
Fuente: Banxico, UBS, agosto 2023
“Mientras que antes sus motores eran los precios del petróleo y los flujos de cartera, ahora las remesas desempeñan un papel esencial como fuente constante de dólares estadounidenses”, sostiene.
El porcentaje total de deuda pública local en manos de inversionistas extranjeros ha caído desde un máximo de casi el 40% en 2015 a un 15% en este año debido a factores relacionados con la oferta y la demanda globales.
Tras la pandemia, el entorno de fuerte aversión al riesgo llevó a la inversión extranjera a reorientar la asignación de sus carteras hacia activos refugio, refiere UBS.
“A nuestro juicio, esta nueva realidad podría hacer que el peso mexicano sea menos vulnerable a las salidas de cartera”, resalta.
Este miércoles, la moneda nacional en su modalidad spot cerró con una apreciación de 0.71%, en los 16.7957 unidades por dólar y tras presentar una racha ganadora a partir del 16 de agosto pasado.
En este periodo, el peso llegó a tocar mínimos en los 16.7846 unidades por dólar, reportados hoy.
Los fundamentales de México también parecen cada vez más condicionados de la tendencia de la relocalización, de acuerdo con UBS.
El banco dijo que tras un largo periodo de debilidad, la inversión en México se ha recuperado del golpe que significó la pandemia, animada por un auge en el gasto de maquinaria y equipo.
Agrega que el ciclo de inversión podría incrementar su potencial de crecimiento, en beneficio del peso.
“Sin embargo, queda por ver si la función estabilizadora de las remesas seguiría vigente en caso de una recesión en Estados Unidos.
“Tampoco está claro hasta qué punto México podrá sacar partido de las oportunidades de relocalización” advierte.
Con estos claroscuros, UBS pronostica que la moneda mexicana alcance los 17.50 unidades por dólar en el tercer trimestre, mientras que entre octubre y diciembre alcance los 17.75.
Para el primer trimestre de 2024 se mantendría en 17.75 mientras que para el segundo y tercer trimestre de ese año situaría niveles de 18 y 18.2 unidades por dólar, respectivamente.
El pronóstico mediano de la encuesta mensual del Banco de México (Banxico) de julio ubica una paridad de 17.90 pesos por dólar al cierre de este año, y de 19 pesos por dólar al concluir 2024.
Debilidad a la vista
UBS dice que la fuente principal de dólares para México ya no es el petróleo, sino las remesas.
El dinero que envían los connacionales que trabajan fuera de México, principalmente en EUA, pasaron de 24,000 millones de dólares (mdd) al cierre de 2014, hasta 60,000 mdd al término del año pasado.
El banco apunta que el flujo de remesas mantuvo una solidez considerable incluso durante la recesión mundial provocada por la pandemia del Covid-19.
Sin embargo, las remesas no representaron una mejora considerable en la balanza de cuenta corriente por el profundo deterioro de la balanza petrolera del país.
Entre los principales factores de riesgo para las remesas en el corto plazo destaca su posible vulnerabilidad ante el retroceso del Sector de la Construcción de EUA, un generador de empleo neto para los trabajadores de origen mexicano.
Las remesas también son susceptibles a cambios en las políticas estadounidenses de inmigración y en los flujos migratorios, anotó.
“Por lo tanto, aunque la solidez de las remesas es notable, aún se desconocen las implicaciones de una posible desaceleración estadounidense”, aseguró.