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Piensa mal y acertarás
¿Qué hora es? Cualquier hora menos la que usted diga, señor presidente.
Por Fernando Martin
Que días aquellos cuando existía esa férrea disciplina partidista que motivó a más de algún militante, aspirante o funcionario público a decir: “la política es el arte de tragar sapos y no hacer gestos”, sólo para auto consolarse, callar, comportarse y conformarse con lo que “el gran elector” en turno decidiera. Y es que varios valores (o manejos, para no herir sentimientos) del antiguo régimen priísta se han ido perdiendo con el paso del tiempo, pues MORENA está a años de ser lo que era el viejo PRI en su mayor apogeo a pesar que muchos ven al partido guinda como el nuevo tricolor.
Durante años, veíamos como un sistema presidencialista llevaba a todo un partido callar y aceptar la decisión del presidente en turno, al fin y al cabo, se tragaba sapos y no se hacía gestos, pero en un partido donde las pugnas internas y el “fuego amigo” han llegado a niveles no vistos desde hace tiempo, deja mucho que desear y se extrañaría esa disciplina que llevo a México a varios años de estabilidad política (por muy cuestionada que haya sido ésta última).
Durante las últimas semanas se ha visto como la pugna por la candidatura a la Jefatura de la Ciudad de México por parte de MORENA, así como para la Presidencia de la República, ha llevado a que el “fuego amigo” se exacerbe al grado de hacer un contraste con los procesos de sucesión presidencial previos donde los tiempos de precampañas legalmente establecidos por el árbitro electoral tenían como único fin consolidar la imagen del candidato único ungido por el presidente en turno, no habiendo espacio para rabietas, pataleos y voces inconformes. Si bien la política mexicana adoptó aquella frase dicha por el estadista alemán Konrad Adenauer cuando dijo: “hay enemigos, enemigos mortales y compañeros de partido”, antes prevalecía más la discreción y la sutileza en el “fuego amigo”.
Y es que la falta de disciplina dentro de MORENA es vista con buenos ojos por la oposición. Durante las últimas semanas, el partido guinda ha hecho lo que su misma denominación dice ser: un movimiento. Pero un movimiento por sí mismo no gana elecciones pues son las estructuras territoriales y la unidad elementos esenciales para llevar a cabo una elección exitosa. MORENA tiene por delante un reto en cada uno de los dos anteriores aspectos: (i) Es posible en el horizonte la venida de un cisma como lo vivió el PRI previo a la elección de 1988 donde Cuauhtémoc Cárdenas abandonaría el tricolor para encabezar una nueva opción electoral siendo, en la actualidad, el discreto coqueteo político dado por Movimiento Ciudadano a Marcelo Ebrard una posible analogía; (ii) La consolidación del partido guinda para el próximo sexenio estando o no en el poder ¿o seremos creyentes que MORENA tendrá la misma fuerza política sin un Andrés Manuel López Obrador en la presidencia de la República? Más allá que el señor presidente insista en su retiro, es ingenuo no pensar que seguirá como el estratega político en jefe, pero ¿lo anterior alcanzará para consolidar su proyecto de Nación? La falta de disciplina dentro de su partido puede que genere grietas que no tengan mayor trascendencia para las próximas elecciones, pero con el tiempo las divisiones entre “marcelistas” y “claudistas”, principalmente, podrán hacerse más evidentes y profundas que ninguna “operación cicatriz” en el próximo sexenio logré salvar al partido guinda de una caída estrepitosa.
¿Quién no nos dice que la pugna interna en MORENA no es más que una estrategia de Palacio Nacional para orillar u obligar al ex canciller a optar por otra vía y así actuar, de forma premeditada o no, como un “caballo de Troya”? ¿Marcelo Ebrard estará dispuesto a lo anterior? De existir o no el estigma de traidor en Marcelo Ebrard, en caso de no estar conforme con lo que las encuestas dicten y opté por otra vía ¿qué tiene esto de malo? Al fin y al cabo, vivimos en una era tan pragmática que muchos valores políticos se han perdido ¿o cuándo se había visto recientemente a un partido de izquierda ir en alianza con un partido de derecha como en el Frente Amplio por México? Todo aquello que dichos partidos pregonan en sus documentos básicos va la basura cuando se trata de la consecución del poder por el poder. Y MORENA no se queda atrás ¿no es acaso el hogar de ex militantes del PRI, PAN, PRD y Movimiento Ciudadano? Pero absueltos de toda culpa de sus pasados, claro está. Si en algo va a destacar la elección del próximo año es que será una batalla de heterogéneos contra heterogéneos y de hipócritas contra hipócritas, porque también hay hipocresía en la oposición cuando se trata de no respetar al árbitro electoral, pero eso será tema de otra entrega.