Mujeres en el centro de la transformación digital de la banca

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A medida que el sector bancario se transforma hacia un modelo digitalizado, poniendo en el centro la experiencia de los clientes, se hace cada vez más evidente la necesidad de tener participación de grupos más diversos en el diseño de las soluciones tecnológicas para enriquecer la propuesta hacia los clientes.

Por Katia Diep

Al cierre del año pasado, de acuerdo con datos de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), se registró que la mitad del personal que labora en el sistema financiero mexicano son mujeres, aunque éstas solo ocupan menos de la tercera parte de los puestos de dirección. Apenas el año pasado Georgina Kessel, fue nombrada presidenta del Consejo Administrativo de Scotiabank México, siendo la segunda mujer en ocupar un puesto de esta naturaleza; la primera fue Laura Diez Barroso, en 2020, quien encabeza en Santander México el Consejo Administrativo.

La participación de las mujeres en la transformación digital de todos los sectores, pero especialmente de la banca, es fundamental para garantizar que las soluciones sean inclusivas y que se aborden las necesidades de todos los clientes, incluidos aquellos que pueden estar subrepresentados. La diversidad en la toma de decisiones fomenta la innovación y la creatividad, lo que puede conducir a la creación de soluciones más efectivas y eficientes para los clientes.

De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en México, la participación de las mujeres en las tecnologías de la información sigue siendo baja. Según la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) de 2020, solo el 28.4% de los trabajadores en el campo de las tecnologías de la información son mujeres. En 2022, estas cifras ascendieron a 68% hombres y 32% mujeres, muestra de que vamos avanzando lentamente.

Las mujeres tenemos un reto importante para participar plenamente en la transformación digital de los servicios. Tenemos que prepararnos, lograr el balance entre nuestras responsabilidades familiares y las laborales, mantenernos vigentes en cuanto a nuestros conocimientos tecnológicos y fortalecer nuestras “habilidades de vida” como lo son la disciplina, comunicación, liderazgo, el trabajo en equipo, entre otras. Igual de importante que las habilidades y conocimientos técnicos, para potenciar nuestra participación en el diseño de la estrategia y de soluciones innovadoras y eficientes que aborden los desafíos actuales y futuros de la industria financiera.

Tenemos que buscar la oportunidad, levantar la mano y creer en nuestro talento y nuestras capacidades, vencer el miedo a crecer y abrirnos camino. Creo que, en muchos casos, somos nosotras las que “bloqueamos” nuestra carrera usando algún pretexto como: “No estoy lista”, “no voy a poder por…”, “no tengo el tiempo, tengo hijos, esposo, padres mayores…”, “ese espacio está lleno de hombres”, y más; en fin, no nos atrevemos a dar el siguiente paso.

He conocido mujeres brillantes, estudiantes o egresadas de universidades privadas que cuentan con gran prestigio y, sin embargo, durante una entrevista de trabajo te das cuenta del bajo valor que tiene que se gradúen hasta con mención honorífica; lejos estarán de llegar a niveles ejecutivos a menos de que trabajen mucho varios aspectos. No saben comunicarse, no muestran seguridad, no mencionan su capacidad de liderazgo, no enfocan la entrevista en lo que quieren lograr ni en lo que pueden aportar.

También he conocido a mujeres que son grandes líderes, empresarias, ejecutivas exitosas, que a primera vista impactan cuando entran en una sala de juntas, cuando hablan en un pódium, dando una presentación en público. Son mujeres que tienen en común su capacidad de comunicación, la seguridad y la claridad con la que expresan sus ideas, el contenido de su conversación denota una preparación más allá de la escolaridad.

La lucha de las mujeres por la igualdad laboral, por la participación en puestos directivos y espacios en el consejo de las empresas tiene que continuar, con la plena conciencia de lo que implica y nuestra disposición para lograrlo.

*La autora es líder del portafolio financiero y bancario de Kyndryl México.