Fortaleza peso mexicano seguirá impactando manufactura y al campo: Anierm

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La organización privada con más influencia en los procesos de exportación e importación señala que el peso mexicano difícilmente regresará a niveles de 18 pesos por dólar a mitad del año, ante el ímpetu que representa para el país el fenómeno de relocalización de empresas

El presidente de la Asociación Nacional de Importadores y Exportadores de la República Mexicana (Anierm), Gerardo Tajonar, señala que las dinámicas bajo su control jamás habían presentado una dualidad tan marcada de sus saldos negativos y positivos.

Como país eminentemente importador, un peso fuerte contra el dólar es favorable para México con una “gran oportunidad” de traer productos extranjeros a un menor precio, sobre todo aquellos componentes de mayor valor agregado indispensables para el Sector Automotriz, la cuarta parte de las exportaciones mexicanas.

En el reverso de la moneda se encuentran las exportaciones, donde el super peso ya comenzó a hacer estragos en la parte de manufacturas y agricultura.

“Vemos ahí un factor dual, en donde, efectivamente los exportadores estamos preocupados” externa Tajonar en entrevista.

Recuerda que la mayoría de los productos que se exportan están relacionados con la manufactura, especialmente con la fabricación de equipo de transporte, de cómputo, aparatos eléctricos y fabricación de maquinaria y equipo.

Sin embargo, según el entrevistado, la potencia de la Industria Automotriz no se apagará. En abril, con las cifras más recientes de comercio exterior, las exportaciones totales automotrices retrocedieron 2.7%, pero en el acumulado dieron un salto de 12.2%.

“Ahí podríamos estar pensando que es muy probable que sea todavía competitivo el desarrollo de la Industria automotriz en México”, agrega.

El ejecutivo indica que las inversiones por concepto de nearshoring seguirán llegando a México en los siguientes 10 a 15 años, lo que implicará también hacer más trabajo para elevar el valor de las exportaciones, pues la moneda nacional seguirá reflejando por más tiempo estos flujos.

La Anierm estima la paridad peso dólar entre 17.17 a 17.50 en los próximos meses, y que borde en estos niveles en lo que resta 2023. Un reporte del Banco Base difundido el día previo, indicó que la tendencia a la baja del tipo de cambio se ha extendido, llevando a la paridad a tocar mínimos de 17.0249 unidades por dólar, no vistos desde el 18 de diciembre del 2015.

Hasta esa fecha, la moneda mexicana observa una apreciación de 12.69% frente al dólar.

“Lo que está sucediendo definitivamente tiene que ver con el ingreso de dólares al país. Están ingresando muchos dólares, en inversión extranjera directa, porque el mundo tiene los ojos en México”, señala Tajonar sobre el fenómeno de relocalización de empresas para acortar la distancia con el mercado más grande del mundo, Estados Unidos.

Asegura que en la parte agroindustrial, con un valor de 15,000 millones de dólares (mdd) el año pasado, se han venido modificando ciertos procesos con éxito, como son los casos de las exportaciones de guacamole en lugar de aguacate o de miel envasada en lugar de apiarios, productos dirigidos principalmente hacia los mercados de EUA y Europa.

El Sector Agrícola es el que representa más estragos ante la fortaleza de la divisa mexicana por su alta dependencia a los mercados internacionales en insumos como fertilizantes.

“El Sector Primario pues tiene que ver con insumos; aquí en México se desarrollan por la geografía y donde las posibilidades son totalmente de riego, entonces esos ahí sí hay un desequilibrio”.

El ejecutivo dice que en Anierm aún no cuentan con un balance sobre si el valor de las exportaciones se verá compensada por el de las importaciones.

Pensando en nearshoring

Tajonar considera que si bien en materia logística el país va viento en popa con lo que llama un hub logístico en el marco del T-MEC, con proyectos que van a brindar facilidades a la relocalización, como el Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec (CIIT) o una infraestructura ferroviaria “sin costuras” que unirá las economías de los tres socios comerciales, México todavía tiene pendientes en materia de seguridad.

“El sector empresarial sigue trabajando, sigue habiendo más productos de México en el mundo, pero lo que sí nos gustaría es que haya políticas públicas de aporte y aliento a la competitividad de estos sectores, que están pasando por momentos difíciles”, señala.

Un punto clave es impulsar la participación de la pequeña y mediana empresa en la actividad exportadora donde menciona el caso del programa Small Business Development Center (SBDC) del Departamento de Comercio de EUA para justamente abonar con asesorías gratuitas para dar mayor valor agregado a sus productos, y enviarlos a competir a los mercados internacionales.

“Hablamos de apoyos que beneficien al empresariado, a la empresa mediana, a la chica, a ser más competitivos y con esto tener circunstancias similares a lo que pasa con otros países”, sostiene.

Tajonar asegura que los esfuerzos de fomento al comercio exterior hacia el empresariado mexicano han estado diezmados en estos cinco años, por lo que reconoce casos independientes como el de Jalisco, que pasó un proceso para obtener la certificación de EUA y colocar aguacate en la mayor economía del mundo, donde antes sólo existía la participación del aguacate producido en Michoacán.

El ejecutivo advierte que los esfuerzos del sector exportador e importador debe contar con convocatorias similares a las de organismos multilaterales donde consultores expertos, cámaras y asociaciones puedan tener una plataforma de impulso a la pyme, desde la asistencia técnica, la capacitación y una presencia en promoción internacional.

“Estamos hartos de elefantes blancos; de institutos de competitividad o de programas que al final siempre encuentran la manera, programas que a veces pueden ser botines políticos, para fines políticos”, indica.