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Por Victor Vega/OCA Reputación
La crisis hídrica que se padece en más de la mitad del territorio nacional, dibuja un panorama propicio para impulsar el plan de desarrollo para el sur-sureste que promueve el presidente López Obrador. El discurso presidencial se ha centrado en el crecimiento asimétrico entre los estados del norte y el sur que, por un lado, ha generado problemas de contaminación y sobreexplotación de recursos en los estados más industrializados, y, por el otro, pobreza y falta de oportunidades para el desarrollo en la región históricamente olvidada por los ‘gobiernos neoliberales’. El eje de la propuesta es el Corredor Interoceánico del Istmo en el que espera captar inversiones de empresas interesadas en relocalizar sus cadenas productivas en México.
La Red de Agua de la UNAM alerta que 71% del territorio nacional presenta algún grado de presión hídrica alta o muy alta, lo que implica que no hay disponibilidad suficiente para atender las nuevas demandas de consumo. Esta situación fortalece la narrativa del gobierno federal, respecto a la necesidad de priorizar el consumo humano y limitar la disponibilidad de agua para las industrias en los estados que padecen condiciones de sequía, particularmente en el norte del país.
AMLO cierra la llave del agua al norte
Con la reciente aprobación de las reformas a la Ley Minera, de Aguas Nacionales y Equilibrio Ecológico, el gobierno federal ejercerá un control más estricto sobre el manejo de los recursos hídricos para la minería y las industrias asociadas. Sin embargo, el presidente López Obrador busca un control total sobre el manejo del agua. La secretaria de Economía, Raquel Buenrostro, reveló que está en camino un nuevo decreto que establece que no se concederán nuevas concesiones de agua para uso industrial en zonas con problemas de sequía o escasez. Detalla que la medida se aplicará principalmente para los estados del norte y el Bajío, y aclara que se respetarán las concesiones vigentes, pero si alguna empresa busca ampliar sus operaciones en la misma zona, va a requerir la aprobación del presidente de la República en lo que respecta al uso de agua.
Oasis en el Istmo
La coyuntura encaja perfectamente con los planes del gobierno para impulsar las inversiones en la franja de corredores industriales del Istmo de Tehuantepec, donde la semana pasada se publicó el decreto que emite la declaratoria de los primeros seis polos de desarrollo en Oaxaca y Veracruz que forman parte del Corredor Interoceánico del Istmo. Con la declaratoria se abre el concurso público para la licitación de los espacios para las empresas interesadas en instalarse en la zona. Los polos están reservados para 11 vocaciones productivas entre las que destacan eléctrica y electrónica; semiconductores; industria automotriz; farmacéutica; agroindustria; generación de energías renovables; tecnologías de la información; y petroquímica. Según la secretaría de Economía, las concesiones tendrán una vigencia de dos años con opción de prórroga por otros cinco años. Para evitar la especulación, la duración de las concesiones será hasta que los gastos de capital erogados impliquen una pérdida para los inversionistas y una vez alcanzado ese punto, se convertirán en propiedad privada. Para atraer las inversiones, la secretaría de Hacienda ofrece un paquete de incentivos fiscales que incluye la exención del 100% IVA e ISR en los primeros tres años. El gobierno destaca que la viabilidad del proyecto está respaldada por el desarrollo de infraestructura carretera y ferroviaria, conectividad portuaria, logística multimodal, un gasoducto y la disponibilidad de recursos hídricos, además de acceso a fuentes de energía renovable.
Sí, pero…
La iniciativa privada ve con buenos ojos el proyecto del Corredor Interoceánico y celebra que se entreguen incentivos fiscales para atraer inversiones; sin embargo, cuestiona que se busque coaccionar a las empresas. El IMCO advierte que la prohibición de nuevas concesiones de agua en 16 estados, atenta contra la certidumbre jurídica y afecta el potencial para atraer inversiones. Considera que el otorgamiento de concesiones de agua debe responder a criterios técnicos y no políticos o ideológicos, además de que el gobierno federal debe aprovechar la dinámica del nearshoring para potenciar el desarrollo en todas las regiones del país. Por su parte, la Concamin señala que es necesario conocer el alcance del nuevo decreto sobre concesiones de agua; espera que haya excepciones porque no puede ser una medida tan radical además de que puede echar abajo la promoción de inversiones que realizan los gobernadores en el norte y el Bajío.
¿Qué se espera para la industria?
- El tema del agua coloca en una situación vulnerable a los sectores industriales que son vistos por el presidente como responsables de la sobreexplotación en los estados del norte y por la opinión pública como altos consumidores de agua.
- El caso de Tesla, en Nuevo León, ilustra la visión pragmática y el ánimo de negociación del presidente para no poner en riesgo inversiones multimillonarias y de alto impacto reputacional para México.
- El Corredor Interoceánico tiene mucho potencial para el desarrollo industrial, aunque quizá choque con la dinámica del nearshoring de acercar lo más posible las cadenas productivas hacia el mercado final.
- Más allá de los discursos y las promesas, el gobierno federal deberá cubrir las necesidades de infraestructura, seguridad pública, conectividad, certidumbre jurídica y acceso a talento, agua y energía en el Corredor del Istmo.
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