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En los 12 meses transcurridos hasta abril, el Índice de Precios al Consumidor (IPC) aumentó un 4.9% tras avanzar un 5% en marzo, aunque los precios de las mercancías, los bienes y los servicios exhibieron fortaleza en su lectura mensual.
Los precios al consumo en Estados Unidos subieron en abril por el aumento del costo de la gasolina y los alquileres, mientras que la inflación subyacente se mantuvo fuerte por el repunte de los precios de los autos de motor usados, lo que podría garantizar que la Reserva Federal mantenga las tasas de interés elevadas durante un tiempo, consigna este miércoles información de la agencia Reuters fechada en Washington.
El Índice de Precios al Consumo (IPC) subió 0.4% el mes pasado, tras avanzar un 0.1% en marzo, según informó el miércoles el Departamento de Trabajo. A tasa anual el IPC aumentó un 4,9% tras avanzar un 5% interanual en marzo.
El IPC anual alcanzó un máximo del 9.1% en junio, lo que supuso el mayor aumento desde noviembre de 1981, y se está desacelerando a medida que el aumento inicial de los precios de la energía tras la invasión rusa de Ucrania desaparece del cálculo.
Los economistas encuestados por Reuters habían previsto que el IPC subiera un 0.4% el mes pasado y aumentara un 5% a tasa interanual.
Presiones
Los precios de la gasolina subieron el mes pasado, después de que Arabia Saudita y otros productores petroleros de la OPEP+ anunciaran nuevos recortes en la extracción.
No obstante, desde entonces, los precios del crudo han tendido a la baja, presionando los costos de la gasolina según aumentaban los riesgos de recesión, a consecuencia de las alzas agresivas en las tasas de interés promulgadas por la Reserva Federal de EUA (FED) desde marzo de 2022 para llevar el objetivo de inflación a 2% en el horizonte.
Abonando a los visos de una posible recesión, además de la política restrictiva que ha significado el endurecimiento de las condiciones crediticias para los estadounidenses destaca también el punto muerto en el que se encuentran las negociaciones sobre el techo de deuda del Gobierno Federal.
Los datos de inflación se dan en un entorno donde el empleo, según datos de abril difundidos el viernes anterior, mostró una aceleración, con salarios presionados y una caída de la tasa de desempleo hasta el 3.4%.
Se trata de los informes sobre inflación que los responsables del Banco Central estadounidense tendrán en sus manos en su reunión de política monetaria entre el 13 y 14 de junio próximos.
Tasas elevadas
El aumento de la inflación y la resistencia del mercado laboral hacen improbable que la FED empiece a recortar las tasas este año, como esperan actualmente los mercados financieros.
La semana pasada, el Banco Central estadounidense subió su tasa de referencia a un día otros 25 puntos básicos, hasta situarlo entre el 5% y el 5.25%, y señaló que podría poner en pausa su campaña de endurecimiento de la política monetaria, la más rápida desde los años 80, aunque en su comunicado de política mantuvo un sesgo alcista.
La Fed ha subido 500 puntos básicos su tasa oficial desde marzo de 2022. Excluyendo los componentes de los alimentos y la energía, los llamados precios subyacentes aumentaron a 0.4% el mes pasado, el mismo ritmo reportado en marzo.
El llamado IPC subyacente se vio impulsado por el alza en los precios de los automóviles y camiones usados, que aumentaron por primera vez desde el pasado junio de 2022. Aunque los alquileres siguieron presionando al alza al IPC subyacente, la inflación de los alquileres está a punto de llegar a su estabilidad.
En los 12 meses transcurridos hasta abril, el IPC subyacente avanzó un 5.5% tras ganar un 5.6% en marzo.