El próximo gobierno mexicano debería adoptar el Bitcoin, pero no lanzar el peso digital

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La recomendación la hace Samson Mow, director general de JAN3, la firma que asesoró al gobierno de El Salvador en el proceso para convertirse en la primera nación del mundo en adoptar esa criptomodena como divisa de curso legal.

 

Por Claudia Villegas y Raúl Castro-Lebrija
 

El empresario canadiense Samson Mow, director general de JAN3, relata su historia de manera muy concreta: gracias a un amigo conoció al presidente de El Salvador, Nayib Bukele, lo asesoró y, para 2021, ese país se convirtió en la primer nación del mundo en adoptar el Bitcoin como moneda de curso legal.

El Salvador es un pequeño país de apenas 6 millones de habitantes. Sin embargo, la adopción de esa criptomoneda le ha permitido tener un crecimiento del PIB de doble dígito, un aumento del turismo del 30% —lo que era impensable hace solo dos años— y un incremento en los niveles de Inversión Extranjera Directa, solamente en 2022.

“Si eso puede pasar en un pequeño país como El Salvador, Bitcoin podría hacer de México una potencia. Podría detonar un crecimiento económico masivo, poner al país al frente de la industria Fintech y crear una nueva industria en el país”, expone en entrevista con Revista Fortuna.

¿Cómo? Primero al usarlo como un instrumento de inversión confiando en que —luego de la crisis vivida en 2022 que llevó la cotización a mínimos históricos— el Bitcoin seguirá apreciándose en la medida que lo adopten muchas otras naciones.

Pero la adopción de la moneda virtual ha atraído también a inversionistas, a empresas de tecnología, ha atraído a personal más calificado e incluso podría propiciar el lanzamiento de bonos respaldadas en esta moneda para financiar al gobierno, como ya lo proyecta el país centroamericano.

Asimismo, al emitir instrumentos destinados o respaldados en Bitcoin, México podría participar de la minería de la moneda. Lo único que se requiere es hacer solo un cambio a la actual legislación para que las empresas del país lo puedan aceptar.

“Y eso es lo que el Bitcoin está haciendo por El Salador: tienes a mucha gente emigrando al país, la población migrante está regresando y estamos viendo a empresas estableciéndose ahí “, relata.

“El mensaje clave que estoy tratando se llevar al Senado de México —añade— es que ahora vivimos una transformación generacional del dinero que no hemos visto antes. Ahora el dinero es digital, el dinero es puramente información y no es información que sea controlada por una entidad como un banco central o un gobierno; lo controlamos los individuos”.

Por ello, “así como asesoramos al presidente Bukele en la ley que permitió el uso de Bitcoin, espero que podamos asesorar al próximo gobierno de México. No a este gobierno, al próximo”

“Hay un potencial para que el Bitcoin transforme no solo a México sino a la región Latinoamérica completa y para traer más prosperidad. México puede estar el frente de esta revolución”, asegura.

 

NO AL PESO DIGITAL

Pero así como Samson Mow propone que México adopte el Bitcoin como moneda de curso legal, también considera una mala idea el proyecto de Banco de México (Banxico) de emitir una CBDC o, en términos llanos, un peso digital.

Algunas naciones como Nigeria, Bahamas, Granada, Dominica y en días pasado también China han puestos en circulación versiones digitales de sus monedas oficiales. Pero, para el caso mexicano, sería una muy mala idea.

¿Por qué? “Porque quien controla el dinero controla al país. Estarías sacrificando democracia para darle el control a un banco central. Un peso digital no sería privado, alguien podrá ver todo lo que compras, todo lo que haces. Incluso tu dinero puede expirar”.

Es decir, al ser un peso basado en un sistema digital, alguien puede desconectarlo del sistema o determinar que tu dinero en específico ya no tiene valor. El peso digital no sería un tema tecnológico o económico sino democrático.

“Uno de los elementos claves que los países tienen que entender es que los libres flujos de dinero son críticos; uno quiere que el dinero ingrese al país porque así crece la economía. Por eso El Salvador ha sido exitoso porque se convirtió en un paraíso del Bitcoin”, concluye Samson Mow.

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