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La economista en jefe de Grupo Financiero Base, Gabriela Siller, señala que México no aprovechó las ventajas del nearshoring, acotado ya porque China está normalizando sus costos de trasporte, encarecidos por la pandemia, por lo que el país se alejó de un crecimiento de 4% y de generar 550,000 empleos adicionales formales
El país dejó ir el Momento México que tuvo el año pasado y cuando las economías están dejando atrás los impactos de la pandemia, y siguió creciendo de forma inercial, dejando de generar 550,000 empleos formales adicionales a los 752,748 reportados por el IMSS, y tasas del PIB de 4% en lugar de 3%, resultado de los beneficios que habría traído consigo una relocalización de las cadenas productivas o nearshoring más plena.
El país se vio afectado además por problemas coyunturales, como la escalada inflacionaria y las altas tasas de interés, que prevalecerán por más tiempo, pero también por malas decisiones políticas con impactos no vistos desde el error de diciembre de 1994, además de rezagos estructurales.
“El punto es que hay problemas estructurales en la economía como son el bajo nivel de inversión y el alto nivel de informalidad en el empleo.
“Con tanta informalidad, con rezago en la inversión, pues no hay forma de que México pueda crecer a tasas aceleradas en el largo plazo” mencionó en conferencia de prensa Gabriela Siller, directora de análisis económico de grupo financiero Base.
En sus perspectivas de 2023, Base señala un escenario central donde la economía mexicana crecerá a un ritmo de1.73%, pero también un escenario negativo, donde el PIB mostrará una contracción de 0.71%, en caso de que la desaceleración de Estados Unidos, principal socio comercial de México y la mayor economía mundial, se traduzca en recesión.
Si Estados Unidos muestra una recesión moderada a partir del segundo trimestre, anticipa Siller, “entonces esto implicaría ya una caída para el PIB de México”.
Al cierre de año pasado con cifras oportunas del INEGI, la economía de México creció 3% frente a 2021, resultado del dinamismo de las exportaciones hacia el mayor mercado del mundo, EUA, que comenzó a ralentizarse en el cuarto trimestre.
Otros factores que beneficiaron el entorno fueron la Inversión Extranjera Directa (IED), con registros de transacciones extraordinarias el año pasado, como la fusión de Televisa y Univisión, que se acabarán en 2023, y por un nivel de remesas histórico, que han apoyado al consumo.
De panzazo (y mal ambiente)
Siller explica que con todo el progreso alcanzado el año pasado, la dinámica respondió sólo a un efecto rebote, que significa que México no tuvo una expansión económica, donde, a diferencia de otras economías inclusive similares, no se alcanzó a recuperar lo perdido por la crisis del coronavirus.
Si bien hubo flujos de IED al país, en sentido inverso, con la información disponible, también hubo salidas no sólo de inversión, sino de la inversión correspondiente a mexicanos que decidieron mover sus operaciones al extranjero, por montos del orden de 15,450 mdd.
Los extranjeros que trasladaron sus inversiones directas fuera de México, que vendieron maquinaria y equipo y cerraron sus plantas, por su parte, representaron salidas por 12,000 mdd, indicó la experta.
La suma de estas cantidades resultó en montos de inversión de 27,450 millones de dólares que no se quedaron en México tan sólo el año pasado, apuntó la experta, básicamente por el efecto que arrojan las encuestas entre especialistas del Sector Privado del Banco de México donde la Gobernanza sigue apareciendo como el principal freno para la economía, en siete lecturas consecutivas, seguida de la Inseguridad Pública, las políticas internas y la alta inflación.
“La verdad es que en México estaríamos nadando en inversión fija bruta, en creación de empleo, en crecimiento económico de 4%, lo que sería un verdadero momento económico mexicano”, señaló Siller.
Recuerda que el descenso en la inversión fija en México se dio a partir de 2018, estancada ya desde 2015 pero no a tasas tan limitadas.
“Esto se da por una pérdida de confianza y aunque hemos comentado algunas veces que la cancelación de la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de México fue una mala decisión económica, a través del tiempo se confirma cada vez más que ha sido el peor error de política económica desde 1994, y esto lo venimos arrastrando por una falta de confianza para invertir en México”.
¿Del nearshoring al friendshoring?
Siller urge a que México aproveche las ventajas del T-MEC y la cercanía con Norteamérica y EUA, acuñado como friendshoring, en momentos en que a Estados Unidos no le conviene establecer paneles de controversia en contra del país en materia energética; “de alguna manera Estados Unidos está viendo con quien prefiere estar mal”, dice, con relación a la guerra comercial de la potencia con China, y porqué México es mejor aliado.
El friendshoring puede colocar el país en la ruta del crecimiento con tasas de PIB de 3%, de acuerdo con Siller, en caso de que la primera economía mundial esquive una recesión o sólo presente una recesión moderada entre noviembre y diciembre de este año, con un crecimiento completo en 2023 de entre 1.4% a 1.5%.
“…si aprovechamos el T-MEC si se puede dar un crecimiento del 3% pero no nada más en este año sino también en los siguientes años, al menos, porque en la medida que vas acumulando más, pues la economía se hace más productiva”, dijo.
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