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M&G Polímeros México no sólo tuvo que cargar con las vicisitudes que trajo la pandemia, sino enfrentar los adeudos de su casa matriz que cayó en Chapter Eleven y que casi la hace descarrilar también; en 2022, la institución financiera que colaboró en su recuperación recibió un reconocimiento del organismo de representación mundial del factoring y cuentas por cobrar
*Por Elías González Rogel, Dirección Financiera de IPADE Business School.
Recientemente, Factors Chain International otorgó el premio a la mejor operación de 2022 a una institución financiera mexicana que estructuró una operación para financiar a otra empresa mexicana que se encontraba en concurso mercantil.
Es el caso de M&G Polímeros México, subsidiaria de Mossi & Ghisolfi (M&G), empresa de origen italiano cuya fundación se remonta a 1953 y que se especializó en la producción de envases de PET.
En un esfuerzo por reducir el costo de producción del PET para competir con sus rivales asiáticos, Mossi & Ghisolfi emprendió en 2013 la construcción de la planta de PET más grande del mundo en Corpus Christi, Texas, con un costo total estimado de mil millones de dólares; el proyecto permitiría ampliar en 65% su capacidad instalada de producción de PET al año.
Desafortunadamente, el proyecto resultó desastroso debido a retrasos en la ejecución, a costos de construcción inesperados y a disputas con las firmas de ingeniería y construcción.
La gota que derramó el vaso fue el huracán Harvey, que azotó a Texas en agosto de 2017, el cual causó un severo deterioro en la construcción.
La empresa, sobreendeudada y sin liquidez, se acogió en Estados Unidos a la protección del Chapter 11 y en Italia al concordato preventivo, un tipo de estado previo a la quiebra, según la ley italiana.
La crisis de M&G arrastró a su subsidiaria mexicana, que fue incapaz de pagar más de 500 millones de dólares de deuda acumulados con seis bancos y tres proveedores estratégicos.
Hay que hacer énfasis de que la empresa en México tenía una operación sana, eficiente y rentable y el reconocimiento de administrar la mayor planta de PET en México, ubicada en Tamaulipas, con una base de clientes triple “A” y una participación del mercado local de 35%, y de 18% del mercado norteamericano.
En marzo de 2019, M&G Polímeros México logró el concurso mercantil preacordado con sus acreedores, lo que le permitió suspender de manera temporal su obligación de pago para buscar un acuerdo de reestructura. Pero llegó la pandemia de Covid-19 y con ella los graves efectos sanitarios y económicos ya conocidos.
La viabilidad peligraba por su sobrendeudamiento y su falta de recursos para operar. Su buró de crédito estaba manchado y tenía suspendidas sus obligaciones de pago.
Necesitaba liquidez con urgencia. ¿De dónde o cómo podría obtener recursos frescos que aseguraran su viabilidad y las fuentes de empleo?
No podía solicitar ningún préstamo o producto financiero y la posibilidad de un sell & lease back de sus activos fijos era prácticamente imposible, dada la alta especialización de los equipos e instalaciones. También se habían hecho esfuerzos serios, pero infructuosos por conseguir capital fresco para operar nuevamente.
El valor de las buenas relaciones
Entonces llegó Banco Monex, que tenía más de 10 años de relación con M&G Polímeros México, pues era parte del grupo de bancos que negociaban la reestructura, conocía a fondo la historia y situación de la compañía y sabía que, en sus cuentas por cobrar, la empresa tenía un activo valioso que se podía utilizar, así que le propuso una estructura para otorgar financiamiento sin garantía, una modalidad de Factoraje Internacional B2B (Back-to-Back) en la que la institución financiera compra las cuentas por cobrar de exportación mediante un factoraje sin recurso (Gráfico 1).
Con la ayuda de un banco corresponsal norteamericano, notifica la venta de los derechos de cobranza y cobra las facturas. La ingeniosa estructura permitió recortar el plazo de cobro de entre 120 y 180 días a solo dos, concediéndole la liquidez que le permitió mantener su operación en marcha.
El grupo italiano fue liquidado en 2018, pero M&G Polímeros México tomó un derrotero muy diferente: logró un acuerdo de reestructura financiera en septiembre de 2020, lo que incluyó todos los activos de su planta; sus acreedores refinanciaron a largo plazo la deuda y condonaron parte de los intereses.
A cambio, tomaron el control accionario de la empresa. Así, M&G Polímeros México se convirtió en una empresa independiente que ahora trabaja con sus recursos, sus proveedores y sus clientes.
Las lecciones
El caso de M&G Polímeros México nos recuerda tres lineamientos de la dirección prudencial de los negocios: Primero, que una empresa puede caer en iliquidez por factores ajenos a su control, como, por ejemplo, un desastre natural o una crisis sanitaria.
Por eso es recomendable establecer medidas preventivas, como mantener un nivel conservador de apalancamiento y una reserva de caja que permita margen de maniobra ante la adversidad.
Segundo, que una empresa sin alternativas viables de financiamiento de deuda y capital también cuenta con otras fuentes que dependen de los activos de su balance, donde un buen ejemplo es el esquema sell & lease back de sus inmuebles, el arrendamiento operativo de mobiliario, y/o equipo de tecnología, y transporte o el factoraje de sus cuentas por cobrar.
Tercero. En los momentos de crisis es recomendable mantener la calma, analizar las alternativas, buscar la asesoría de expertos, tener humildad y armarse de valor y paciencia.
*José Elías González Rogel es profesor del área de Dirección Financiera de IPADE Business School. Ha sido socio fundador, directivo y consultor en temas de finanzas corporativas, valuación de empresas, fusiones y adquisiciones, modelos financieros, así como finanzas personales y startups.
Gráfico 1
Factoraje Internacional sin recurso B2B (Back-to-Back)
Estructura de la operación
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