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¿Cuántas veces te quejas en el día? ¿Pides y no se te da? ¿Trabajas arduamente y estás enojado con tus resultados? ¿Compites con los demás? ¿Cada año es una oportunidad para “resoluciones nuevas” y a los pocos meses están donde empezaste?
El uso del internet nos da la oportunidad de ver cómo viven otras personas, en otros países, con otros hábitos y, probablemente, con otros niveles socioeconómicos y culturales, pero todo lo que vemos ¿Es real?
Muchas personas viven de la imagen porque venden contenido, otros representan su imagen con su estilo de vida, otros comparten por el gusto de compartir. Siempre hay mensajes detrás de cada imagen. Las redes sociales son la carta presentación de cada humano que lo elige.
El lado positivo es que, si no tienes la oportunidad de viajar, tienes acceso ilimitado a lectura y a descubrir otras formas de vida. Si viajas, pregúntate ¿Cuál es tu para qué de viajar?
Algunos escapan de su realidad, y piensan que el pasto es más verde del otro lado; otros son curiosos, otros saben que viajar es como leer miles de libros. Cuando nos adentramos a la cultura del país que visitamos, nuestra percepción sobre la vida se amplía.
Es cierto que como eres en tu país, serás en otro país, o ¿Candil en la calle, obscuridad en la casa? ¿Qué tipo de ciudadano universal eres? ¿Cómo tratas a tu familia? ¿Cómo tratas a desconocidos? ¿Cómo te hablas y tratas? ¿Cómo gestionas las consecuencias?
El cómo siempre estará relacionado con el para qué ¿Para qué? ¿Para qué? ¿Para qué? La pregunta de oro. El “¿Para qué?” en la vida nos conecta con un propósito interno proyectado a lo que hacemos y cuando profundizamos en ello dejamos de compararnos con los demás, dejamos de temer al rechazo y de desear la incansable aceptación.
Para ello, te invito a profundizar en una herramienta poderosa; la gratitud- Al final te dejo un ejercicio.
Ensayos clínicos, experimentos de laboratorio y encuestas a gran escala han revelado que, sin duda, la practica de la gratitud tiene resultados significativos, duraderos y positivos.
Llevar un diario de gratitud durante dos semanas produjo una disminución constante del estrés percibido (28%) y de la depresión (16%) en profesionales sanitarios.
La gratitud está relacionada con un 23% de reducción de los niveles de hormona del estrés (cortisol).
El consumo de grasa en la alimentación se reduce hasta en un 25% cuando las personas llevan un diario de gratitud.
La gratitud se asocia a un 10% de mejora en la calidad del sueño en pacientes con dolor crónico (76% de los cuales sufría insomnio) y el 16% de la disminución en los niveles de depresión.
La gratitud nos capacita para que tomemos las riendas de nuestra vida emocional.
La gratitud refuerza la autoestima.
La gratitud fortalece las relaciones.
La gratitud incrementa la fuerza de voluntad.
La gratitud profundiza la espiritualidad.
La gratitud impulsa la creatividad.
La gratitud mejora el rendimiento atlético y académico.
Mitos sobre la gratitud:
La gratitud lleva a la autocomplacencia: Los estudios reportan que practicar la gratitud genera que las personas se sientan con más energía, vivas y alertas. La gratitud está relacionada con el logro de metas.
La gratitud es ser positivo de manera inocente
La gratitud no solo no implica un pensamiento inocente, sino que a veces puede representar reconocer sentimientos desagradables.
Si agradezco no me reconozco a mí mismo
Los estudios reportan que las personas agradecidas se sienten más en control personal sobre el éxito. Las personas agradecidas también reconocen sus éxitos.
La gratitud no es apropiada en medio del sufrimiento
Al contrario, la gratitud nos ayuda a ver el panorama completo.
Es necesario ser religioso para estar agradecido
La gratitud no es exclusiva de las personas religiosas es un estado mental y de ser universal.
¿Listo para ser agradecido? Te invito hacer el reto de 21 días de la gratitud de Robert Emmons para florecer este 2023.
Recomendaciones
1.- Tomar cinco o diez minutos para escribir, al menos cada dos días. Hacerlo como un compromiso y cumplirlo. Elegir hacerlo por la mañana o por la noche.
2.- Ser creativo. Se puede utilizar lápiz y papel o grabar una nota de voz.
3.- Ser detallista en lo que se escribe.
4.- Incluir “sorpresa”: ¿Qué fue inesperado? ¿Qué pensamiento catastrófico no se cumplió?
5.- Utilizar el lenguaje de los regalos.
6.- Pensar en las personas con las que se está agradecida y por qué.
7.- Analizar los aspectos de nuestra vida en donde tendemos a dar por sentado que la cosas tienen que ser así.
8.- Dejar que la gratitud dure mucho tiempo. Para ello, dar detalles, no repetir una misma oración todos los días.
9.- Incluir no solo a las personas que nos han ayudado sino a las personas que han ayudado a nuestros seres queridos.
10.- Agradecer por las cosas negativas que pudieron suceder pero que no pasaron.
Robert Emmons – Gratitudes Works
Cuando veas contenido de gente que te inspira en tus redes sociales, agradece. Cuando conozcas a alguien incoherente a ti, agradece. Cuando te equivoques, agradece. Cuando pretendes que todo está bien, agradece. Cuando te pongas a la defensiva, agradece. Cuando prosperes, agradece. Cuando hagas el amor, agradece. Cuando comas, agradece. Cuando aprendas algo nuevo, agradece. Cuando te frustres, agradece. La vida es un eterno agradecimiento para florecer.
Perla Harriet Ernest
Visionaria y fundadora
Experta en comportamiento humano
Comunicación intercultural